M A G [YoonKook] Resubiendo

01 La hora de visitas 🌼

[Narra Jung Kook]

Ay, mi mamá...

Ella suele ser muy pesada cuando se trata de ir a visitar a su querida amiga. Yo ya le dije como mil veces que no me gusta, que me da vergüenza y prefiero quedarme en casa y jugar videojuegos.

Cuando le digo eso se enoja...

Hoy es uno de esos días. Un sábado por la tarde.

Mi mamá y su vecina, la señora Min, suelen juntarse a tomar el té y hablar de cosas como lo buen niño y tímido que soy, y que tengo dientes de conejo.

—Mentira, no soy como un conejo—dije mirándome al espejo y abriendo la boca.

Mamá me obligó a vestirme prolijo. Un pantalón azul oscuro, unos zapatos negros acharolados, una camisa con estampado de estrellas y lunas amarillas sobre un fondo azul y arriba un saco del mismo color. Ugh...

Me eché colonia por sexta vez porque según mamá, si olía a bebé, la Sra.Min estaría de buen humor.

Cosas raras que nunca entendí.

Bajé para encontrarme con mamá. Ella vestía casual, pero arreglada. Al verme me tomó la mano y salimos de casa para dar diez pasos y estar en la casa de enfrente.

Suspiré pesado al saber que tendría que encontrarme con el hijo de los Min. Lo odiaba tanto... Era maleducado, se burlaba de mí y me peleaba.

Una vez le dije que iba a darle un golpe con mi Iron man sobre su cabezota, pero él se burló de mí.

Entonces le pegué. ¡Já!

—¡Hola!—saludó la mujer animada y seguido me apretó las mejillas. Me dolió —Jung Kook te ves tan lindo como siempre. Todo un pequeño hombrecito.

—Hoy estrena trajecito—dijo mi mamá mirándome con una sonrisa.

—Hermoso, hermoso. Pasen por favor.

Ella nos abrió la puerta y volvimos, una vez más, a esa casa tan lujosa y blanca.

Mi madre y ella se fueron caminando hasta la sala y se sentaron en el sillón.

Yo me quedé mirando al pie de la escalera hacia arriba.

Me estaba mirando, asomado por el borde de la barandilla. Parecía el chinito de "The ring".

Nos quedamos mirando uno al otro unos cuantos segundos hasta que mi mamá me pegó el grito.

Tuve que ir hasta la sala y sentarse junto a ellas. La señora Min me ofreció unas masitas con chocolate. Yo la tomé porque eran deliciosas y creía haberme vuelto adicto.

—Hoy Yoon Gi jugará contigo—dijo de repente, haciendo que casi me ahogara con la masita a medio tragar.

No quería jugar con él. No.

Odiaba a Min Yoon Gi.

Pero como era un tonto vergonzoso pues le sonreí a la señora y asentí.