El recuerdo de un amor olvidado ©

Capítulo 14: Mi regalo

Laura

-¿No crees que vas muy rápido? -Pregunté. Iba aferrada fuertemente a Nicolás ya que tenía miedo de caerme. Está era la primera que me subía a una moto y el ir con un chico menor de edad no me daba mucha confianza.

-¿Tienes miedo? -Respondió él con una risa

-¡Claro! Es la primera vez que me subo a una moto

-Lo divertido de las motos es la velocidad -Volteó a verme.

-¡Maten la mirada al frente! -Le reclamé.

El me hizo una mueca y volvió su mirada hacia adelante.

Dix si me pasa algo ahora te culparé a ti

~ ¿Que tengo que ver yo? ~

Tú fuiste el que me dijo que viniera

~ ¿Por qué me haces caso? ~

¡Porque eres mi conciencia!

~ tómame más con el ángel malo de al lado de tu hombro ~

Y el bueno ¿Cuál es?

~ No tengo idea ~

-Nicolás ¿Cómo conseguiste esta moto?

-Un amigo me la vendió barata, la tenía que vender ya que o si no su padre la regalaría

-¿Y tú licencia? Eres menor de edad...

-Eso no importa, además tu novio también tiene un auto y no le reclamas nada ¿Cierto? -me miró de reojo. Yo desvié mi vista hacia otro lado. Se me había olvidado el hecho de que Justin tenía un auto que pocas veces usa.

-¿Quién te dijo que tiene un auto?

-Tu mamá

Mi mamá de verdad que no sabe ser discreta...

-Hablando de ella... ¿Cómo te tomaste la idea de tener un hermano?

No contesté. En realidad ni yo sabía la respuesta, primero estaba odiando al breve ya que por su culpa se olvidaron de mí pero después reaccioné y me di cuenta de que no tenía nada que ver. Después sentí nervios por como cuando creciera la idea de que sus dos hermanos son novios influenciaría en su vida.

-Cuando nazca te digo -Respondí bajo para que no me escuchara. Apoyé mi cabeza en su espalda y cerré los ojos. La brisa daba un toque relajante al momento, lo único que molestaba era las bocinas de los autos molestos al ver que la moto los adelantaba de manera imprudente.

-No te quedes dormida, mira que aún no llegamos -Me dijo Nicolás mientras se movía haciendo que apartara mi cabeza de su espalda.

Hice una mueca enojada. Justo cuando me estaba relajando él me molesta.

-¿A dónde vamos? -Pregunté. No había pensado en eso.

-Al centro comercial

-¿Al centro comercial? ¿No se te ocurrió otro lugar?

-Es que quiero que veas algo en ese lugar... Será una sorpresa así que no preguntes

-Ya no quiero más sorpresas... -Volví apoyar mi cabeza en su espalda. Esta vez no me dijo nada más hasta que llegamos al Centro comercial.

Estacionó la moto frente a la entrada. Por lo menos no tengo que caminar mucho.

Nicolás me dijo que lo siguiera. Caminó muy rápido haciendo que yo en vez de caminar estuviera trotando.