Capítulo 24.

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*Narra Lucía*

Entramos al pub y se veía mucho más iluminado y decente que el anterior. Nos acercamos a la barra y pedimos un par de cubatas para cada una, esta vez no nos invitaron, pero no está mal pagar por primera vez mi sexta, séptima y octava copa de la noche, ¿no? El alcohol ya estaba haciendo efecto en nuestra forma de actuar: nos reíamos por cualquier tontería, no nos salían las cuentas con el dinero de los cubatas... Un pequeño caos. Fuimos a bailar cuando las chicas se encontraron con unos chicos que aparentemente conocían, no me enteré de sus nombres por el alto volumen de la música, pero sin apenas dejarme tiempo para reaccionar, ya estaba bailando con un alto, moreno de ojos castaños con camisa negra y vaqueros desgastados.

- Hey, es la primera vez que te veo con las chicas... ¿Eres un nuevo fichaje del equipo?

- Hmm... Supongo que sí, más o menos.

- Me alegro. Pero... Espero que tú no estés pillada... Ya sabes.

- Lo siento mucho, pero sí. - las copas de demás estaban haciendo efecto en mi cabeza, me dolía y no era capaz de pensar con claridad.

- Una pena... - dijo acercándose, inconscientemente yo también me acerqué, no tenía fuerzas para alejarle de mí, es más, me agarré a sus hombros porque de un momento a otro me caería al suelo, pero él interpretó otra cosa... Sin darme tiempo a reaccionar tenía mis labios pegados a los suyos y su lengua haciendo virguerías. En cuanto mis pocas neuronas activas se dieron cuenta, le empujé y le dí la bofetada del siglo. Si la de Robert fue fuerte... Esta lo ha sido el doble. Mi intención no era darle tan fuerte, pero no sé si fue la rabia que tenía por haber caído en la misma trampa dos veces aquella noche o por algún efecto secundario del alcohol. Él puso su mano en la mejilla donde le había dado y cogió mi muñeca fuertemente apretándola por encima de mi hombro.

- ¡Ah! ¡Suéltame!

- Shh... Verás lo bien que lo vamos a pasar esta noche tú, yo y la parte trasera de mi coche.

- Eh tú, será mejor que sueltes a mi chica.

Y entonces apareció Niall con cara enfadada y tono amenazante.

- Y si no, ¿qué?

- Si no tendrás que vértelas con nosotros - dijo Louis apareciendo detrás con Luke.

- Oh, cuidado, un lisiado y su amiguito de... ¿Cuánto? ¿Dieciséis años?

- Diecisiete, y aún siendo pequeño sé como tratar a una chica.

- ¿Lo dices por esta? - dijo balanceando bruscamente mi mano, apretándola más fuerte y haciendo que de mí saliera un grito ahogado. - Bah, sólo es una zorra más como las que hay por todas partes en este pub.

*Narra Niall*

No, no le había dicho eso, a mi Lucía no. La ira se hizo dueña de mí y empujé a ese gilipollas haciendo que soltara la mano de ella y cayera al suelo.

- Te lo advierto, como vuelvas a insultarle no dudaré en partirte la cara, imbécil, ¿me has oído bien? Y tienes suerte de que sea alguien famoso y tenga que cuidar mi imagen pública, porque no llega a ser por eso y te hubiera dado de hostias hasta romperte la cara esa de subnormal que tienes.

No contento con eso, le levanté del cuello de su camisa.

- Y como vuelvas a molestar a mis amigos o a mí, no vives para contarlo...

- Niall.

Louis me llamó. Dí media vuelta soltando al hijo de puta ese y vi cómo Lucía parecía asustada escondiendo su cabeza en el pecho de mi amigo. Me acerqué y le llamé por la cintura, ella giró su cara y, con ojos llorosos, abandonó los brazos de Louis para acomodarse en los míos. No me abrazaba, sólo tenía sus brazos pegados a mi pecho y yo le acariciaba el pelo con una mano.

Our Little Secret.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora