Capítulo 29.

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*Narra Niall*

Ha sido un gran día. He comido con mi padre, después he llamado a Lucía para saber cómo está y me ha alegrado mucho volver a hablar con ella. Ahora estoy en casa de Deo, mi primo, manteniendo una charla desde hace ya rato.

- Tío, vámonos de fiesta.

- Deo, te lo he dicho como un millón de veces, no quiero.

- ¿No quieres, o no puedes?

- Las dos cosas. Le he prometido a Lucy que no iría contigo.

- Joder, le recordaba más divertida... Por favor, tengo un plan estupendísimo, no te lo puedes perder.

- Sorpréndeme. - dije sarcásticamente.

- Primero, vamos trajeados y alquilamos una limusina, segundo, nos tiramos toda la noche de pub en pub. ¿Qué te parece?

- Que es un plan pésimo. - y después de haber dicho esto, empezamos a reír.

- Para ti puede que sí, pero a mí me hace ilusión ir en limusina.

- No es nada de otro mundo, eh.

- Claro, tú como estas acostumbrado... Capullo.

- Ja, ja, ja.

- Venga por favor, como en los viejos tiempos.

- En los viejos tiempos yo estaba soltero, y los dos sabemos cómo de rápido me sube el alcohol.

- Oh vamos, si es por eso, tú tranqui, que yo te cuido.

- Los dos también sabemos cómo de rápido te sube el alcohol.

- Joder... Vale, tú ganas. Pero no se te ocurrirá decirme que no a unas Guinnes en nuestro bar favorito, ¿no?

- Por supuesto que vamos.

Y diciendo esto nos levantamos, yo fui al baño y cuando salí vi a Deo con mi móvil.

- ¿Qué haces?

- ¿Quién? ¿Yo? Eh... Nada. ¿La del fondo de pantalla es Lucía?

- Sí. - dije acercándome hasta él y mirando el móvil.

Me encanta esa foto. Sale ella sóla de pie, con pantalones cortos, unas gafas de sol y con los labios como si estuviera lanzando un beso. Adorable.

- Buff, pues sí que ha cambiado, cómo está la tía.

Le di un manotazo en la cabeza y le quité el móvil.

- No me quiero ni imaginar lo que está pasando por tu sucia mente, pero que sea la última vez.

- Créeme, por mucho que quiera, no lo será.

Se acercaba el segundo golpe cuando se alejó corriendo dejándome sólo en el salón mientras él salía a la calle.

- ¡Cobarde! - grité una vez fuera.

Fuimos a un bar cerca de la casa de mi primo. No es el típico que siempre está abarrotado de gente ni donde la música no te deja oír a tus amigos, sino algo más tranquilo, acorde con el pueblo. Me trae muchísimos recuerdos este sito, sobretodo buenos. Mi primer beso con Lucía cuando apenas éramos unos críos, mi primera fiesta y bueno... Mi primera borrachera, entre otros.

El viejo camarero se alegró de verme, y yo a él, digamos que es un viejo amigo de la familia. Una vez con nuestras cervezas en la mano, nos hicimos una foto y decidí esperar un tiempo a subirla al instagram, me gusta que la gente sepa lo que hago, que las fans lo sepan, pero no quiero que esto se llene de gente, gente molestando. Tras cuatro cervezas y siendo ya las nueve de la noche, decidí dar por terminada la velada.

Our Little Secret.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora