Aprovechando que ya no me tenía agarrada por la cintura me separé bruscamente empujándolo hacia atrás. Viendo la cara de tonto que se le quedó, rematé la jugada dándole una buena bofetada en la cara. Me di la vuelta y busqué a las chicas para irnos de allí inmediatamente. Las encontré a cada una con una copa en la mano y bailando animadamente en grupo con los amigos del camarero.
- Oye, ¿nos podemos ir ya? - pregunté nada más llegar al lado de Danielle.
- ¿Por qué? ¡Esto no ha hecho más que empezar!
- Vale, tampoco os voy a obligar a acompañarme si no queréis - eché una mirada a las otras dos chicas y añadí - Me voy, cuida de ellas anda.
En ese momento noté cómo alguien cogía mi brazo. Era él. Aquel chico que me había besado instantes antes.
- Oye, lo siento, no quería...
- ¡Suéltame! - grité sin dejarle continuar.
- Hey, más te vale hacerle caso, eh guapetón. - dijo Danielle a mi favor.
Soltó mi brazo y antes de que pudiera irme empezó a hablar, haciendo que me interesara por saber lo que decía.
- Lo siento, yo... Me dejé llevar... Pero no sé, tienes algo que me ha encantado de ti, no quiero que creas que soy un loco obseso pero sólo... Necesito saber tu nombre.
- Pero, ¿por qué lo quieres saber?
- No tengo ni la más remota idea, pero lo necesito, por favor.
- Déjame en paz. - y harta de tonterías, le dije a Danielle que no se preocupara por mí... Sino de nuestras amigas, y me fui de allí.
Como era la primera vez que iba a ese club no sabía ni por donde iba ni por donde salir, así que acabé en las puertas de los cuartos de baños. Aprovechando la situación, entré al se señoras, y para sorpresa mía estaba más limpio de lo que una se esperaba. Me miré al espejo, ahí afuera con toda la gente hacia calor y estaba sudando. Me eché agua por el cuello y brazos, cogí mi bolso que estaba apoyado en el poyete del lavabo y salí. Y... ¿A que no adivináis con quién me encontré?
- Ogg, otra vez tú... ¿No puedes simplemente dejarme en paz? No puedes ir por ahí persiguiendo a la gente, asustas.
- No persigo a todas las personas, sólo a ti.
- Anda, mira que suerte la mía...
- Oye, de verdad que lo siento. Debí entender que tienes novio y... Que no puedo hacer nada en contra de eso.
No sabía si perdonarle de una vez o seguir haciéndome la fría, realmente me divertía aquella situación, pero quería salir de ahí y no sabía por donde, así, si le perdono, a lo mejor me dice por donde tengo que ir.
- Está bien, en fin, supongo aue todo ha sido culpa mía por ser tan sexy... ¿no? - dije haciéndome ver divertida.
- No lo voy a negar. - dijo mostrando una sorisa torcida.
La verdad es que no está nada mal y cuando sonríe... Puuf, casi irresistible.
- Bueno, ¿te importaría decirme donde está la salida? Por favor.
- Ya bueno, sí, sí me importaría, porque en verdad no quiero que te vayas.
- Ohh, venga por favor.
- Hagamos un trato, te llevo afuera si me dices tu nombre.
- ¿Otra vez con eso? ¿Para qué lo quieres saber?
- Curiosidad, o quizá porque no me he rendido en la tarea de conquistarte.
- Puuf, mira, haz lo que quieras, pero en esta discoteca hay miles de chicas más guapas, con mejor cuerpo y el doble de fáciles que yo ¿Por qué no pruebas suerte con ellas?
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Our Little Secret.
Hayran KurguMe llamo Lucía Aguilar y desde pequeña me ha gustado bailar, pero no ballet ni nada de eso, lo mío era el breakdance. Mi madre nunca apoyó esto, ya que para ella yo tenía que ser una princesita, pero estaba mi padre que siempre me decía que tengo qu...