LETRAS Y CAFÉ - | YEWOOK |

N U E V E

« La verdad siempre es decepcionante, ésa es la razón por la cual todo el mundo miente. »

—Frédéric Beigbeder.

 —¿Qué quieres, Cho?—preguntó Heechul con tono desinteresado.

Kyuhyun acercó las imágenes que había recibido, boca abajo, hacia el mayor. 

Heechul las tomó con cierto enojo, ¿lo hacía citado hasta ahí por unas estúpidas fotos? En cuanto las observó, sintió como la sangre bajaba hasta sus talones. ¿Qué mierda estaba viendo?

—Esto es ridículo—alegó Heechul, dejando las imágenes nuevamente en el escritorio—, ese no puede ser mi Wookie.

—¿Estás seguro de eso?

—Sí. Wook estuvo conmigo anoche.

Kyuhyun frunció el ceño.

—¿Por qué fue contigo?

—Porque necesita alguien que lo escuche, que lo entienda—el pelinegro se acercó—, y que no sólo lo presione para contraer matrimonio, Cho. Y esas son características que evidentemente no posees. 

El menor desvió la mirada y observó nada, tragó saliva de manera silenciosa y no dijo nada más.

—Puedes retirarte.

—No necesito tu permiso, de todas formas ya me iba.

Heechul salió de la oficina del castaño, azotando la puerta.

Kyuhyun se levantó y se aseguró de cerrar la puerta con candado. Sacó su teléfono y llamó al número bloqueado. Necesitaba hablar con Sungmin. 

Heechul citó a Ryeowook, tenía que aclarar las cosas. 

Escuchó el timbre y se apresuró a abrir, no esperó a que el pequeño saludara, lo arrastró hacia adentro, cerro la puerta y lo guió hasta la sala, para después sentarlo en uno de sus carísimos sofás negros de piel. 

—¿Sobre qué querías hablar?

—¿Dónde estuviste anoche?—preguntó Heechul decidiendo no perder tiempo. 

—¿A qué te refieres? Estaba en casa.

—No me mientas Ryeowook—habló Heechul elevando la voz—, ¿en dónde estuviste? ¿con quién? ¿a qué hora volviste?—caminó hacia él—, ¿qué hicieron?

Ryeowook se levantó, quedando cara a cara con el mayor, quien lo miraba con decepción. 

—No sé de que hablas, pero me decepciona que no confíes en mí. 

Heechul tomó sus brazos con fuerza.

—¿Confiar en ti? ¿acaso hablas en serio? ¿cómo puedo confiar en ti después de todas las veces que me has mentido?

—¡Yo nunca te he mentido!

—Ah, ¿sí? ¿y cuando eramos niños? ¿cuando íbamos al colegio? ¿¡cuando te acostaste con Siwon!? ¿¡ESO NO ES MENTIR!?—el rostro de Ryeowook palideció—. Lo sé todo, y no fue una vez, fueron varias. ¿Cómo lo sé? Los atrapé, los vi con mis propios ojos. ¿Sabes que es lo peor? Que confíe en ti, te dí todo Ryeowook, eché a perder mi vida por tu culpa, sin mí probablemente hubieras muerto el día que papá te echó de casa. ¿Y sabes qué? No me importó, porque eras mi hermano, Ryeowook, mi pequeño Wookie, mi hermosa jirafa, pero ya no más. Ignoré el hecho de este engaño porque te amo y amo a Siwon. Sin embargo, ya me cansé, de ti y tus caprichos, eres una persona egoísta, incapaz de sentir amor, incapaz de preocuparte de alguien que no seas tú. ¿No pensaste en Kyuhyun? ¿Jong Woon? ¿Siwon, yo? ¿siquiera pensaste en lo que pensaría Sunhee si te viera?—los ojos del menor se aguaron, y Heechul pudo verlo—. Claro que no lo pensaste, porque está muerta. ¿Y sabes algo? Pensándolo bien, fue tu culpa. Tú la mataste, Ryeowook. Tú y tu ambición por ser el mejor. Tú y tu egoísmo mezclado con ella y su amabilidad no fue un buen final, ¿cierto? Vete de mi casa, y llévate tus cosas cuando te vayas, porque será la última vez que pises este lugar.