T R E C E

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  "La muerte puede consistir en ir perdiendo la costumbre de vivir."

—César González-Ruano


Ryeowook observó la lápida. Miles de arreglos florales lo decoraban, y a pesar de la inmensidad de la tumba, las flores no hallaban espacio. Dejó el pequeño ramo en un pequeño espacio, que por cierto fue difícil de encontrar. Observó la foto del fallecido con cierto resentimiento. 

—Cuanto te odio, Choi Siwon. 

El pelinegro sonrió ante sus propias palabras. Admiró la hipócrita sonrisa fotografiada, ahora tenía náuseas. 

—Si lo odias, ¿por qué has venido?

Ryeowook volteó hacia los lados al escuchar la voz desconocida. Cuando finalmente encontró al dueño, notó como este sonreía y se paraba junto a él.

—¿Tú quién eres?—lo cuestionó Wook.

—¿Acaso eso importa, Kim Ryeowook?—el mayor le miró sorprendido—. Sólo vengo a informarte que debes alejarte de Cho Kyuhyun—habló el castaño, yendo al grano.

—¿Disculpa? 

—Aléjate. Él es peligroso. ¿Nunca te has preguntado que es lo que hace cuando despiertas en la madrugada y no está?

El pelinegro le miró confundido. No le pasaba seguido, pero algunas veces había despertado y el menor se encontraba desaparecido. Incluso lo buscaba por toda la casa pero no había rastro de él. ¿Acaso...? Ryeowook sacudió la cabeza y alejó cualquier idea estúpida que se le viniera a la mente. Kyuhyun era totalmente honesto con él, de eso estaba seguro. 

—Tengo que irme—dio media vuelta para alejarse, pero el contrario lo detuvo.

—Sé que no me crees. Comprendo perfectamente. ¿Confiar en un desconocido o en tu propio amor? Yo también dudaría si alguien me dijese lo que yo te digo, pero por favor, confía en mí. Él-

—¿Él qué, Kibum?—el mencionado giró hacia el propietario de la voz; Hangeng—, ¿hablabas de Kyuhyun, maldito insolente? 

El menor sonrió.

—Sí. ¿Por qué? ¿ahora no puedo pronunciar su nombre? 

—No. 

—Hankyung, eres idiota. ¿Por qué no lo piensas mejor? Reconsidera mi propuesta.

—Puedes meterte tu propuesta por donde te quepa. 

Kibum rió. 

—Ya quiero ver tu enorme cabeza colgada, será entonces cuando te pueda decir «te lo dije»

Hangeng frunció el ceño. 

—¿Enorme cabeza? Eso es estúpido.

El castaño se acercó hasta él y le susurró al oído; —No hablaba de esa cabeza—Kibum dio un vistazo abajo y sonrió al notar el repentino sonrojo del mayor. Comenzó a alejarse sin decir nada más. 

Hangeng buscó a Ryeowook con la mirada, pero este ya no estaba. Mierda, Kyuhyun lo castraría. 

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Yesung abrió al tercer timbrazo. Sonrió al ver al castaño con esa hermosa sonrisa tan propia de él. 

—¡Yeye!~—el mayor se acercó al azabache y lo abrazó con fuerza—, te extrañé mucho, querido. 

LETRAS Y CAFÉ - | YEWOOK |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora