C I N C O

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« Se encierra algunos locos en el mismo manicomio para hacer creer que los que están fuera son cuerdos... »

—Charles Louis de Secondat.


—¡No puede ser, Jong Woon!—gritó Suzy con entusiasmo. 

—No grites por favor...—pidió este.

—¡Es que, por los dioses de TVXQ, su novio, Cho Kyuhyun, los vio! Dime, ¿cómo fue? ¿te golpeó? ¿lo golpeaste? ¿pelearon por él? ¡cuéntame! 

—No es su novio...

—Ajá. ¿Entonces por qué a Ryeowook le afectó tanto? 

Jong Woon no sabía qué responder. ¡Mierda! ¿y si la pequeña tenía razón? ¿ese tipo era el novio de Wook, SU Wook?

—Debo alejarme de él—alegó Jong, recordando las palabras del susodicho Kim Heechul.

—¿Qué? ¡No, Yesung! ¿acaso no estás enamorado de Ryeowook?

—Sí, pero él no siente lo mismo. Por favor Suzy, él estaba jugando conmigo, y yo tan idiota creí que comenzaba a gustarle...

—...Mira, Jong Woon, sé que no tengo derecho de meterme en tu vida. Pero, piénsalo, debe haber una explicación lógica, así que-

—Tienes razón—la castaña sonrió.—, no tienes derecho a meterte en mi vida—su sonrisa se borró.

—Eres más lento que una tortuga, Kim Jong Woon. Espero que te des cuenta pronto de lo que estás perdiendo por tu estupidez. Y hasta que te des cuenta, olvídate de que me conoces, de que Chani y yo trabajamos en este lugar. 

—De acuerdo. Estás despedida. 

Suzy ahogó un quejido, se quitó el delantal, lo arrojó contra la cara del rubio, agarró a Chani de la mano y salió, no sin antes decir; —Así nadie te va a querer, así nunca superarás a Donghae, Jong Woon. 

Jong arrojó con el brazo todo lo que estaba en la barra y pasó su mano por sus cabellos, desordenándolos. Mierda, por segunda vez en su vida, Suzy había dado en su punto débil.



Las lágrimas no se detenían, ¿cómo es que el gran Kim Ryeowook se encontraba ahí, rogando, de rodillas?

—Por favor, perdóname... 

Ryeowook era un chico frío, muchas veces podría considerarse alguien sin sentimientos. Y el hecho de que estuviera llorando, rogando por su perdón, conmovió a Cho Kyuhyun. Se colocó a la altura del pequeño que yacía en el suelo y lo abrazó. ¿Cómo podría no perdonarlo? Era su hermoso Ryeowook, el pequeño al que amaba desde que comenzó su amor por la lectura. Sí, estaba seguro de que amaba más al pelinegro que a toda su biblioteca. 

—Con una condición...—comentó el castaño con serenidad, llamando la atención de Ryeowook—, cásate conmigo, Kim Ryeowook. 

Silencio. Ryeowook no sabía que contestar, definitivamente veía venir cualquier cosa. Cualquier cosas menos eso.

—Kyuhyun...yo...

—Es lo único que te pido. Lo único que te he querido pedir desde hace 10 años. 

Un nudo en la garganta del pelinegro se hizo presente. Quería a Kyuhyun, lo quería por todo lo que le había brindado. Pero, aún recordaba los besos de Jong Woon, sus caricias. Había pecado, y le había gustado. 

LETRAS Y CAFÉ - | YEWOOK |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora