D I E C I S I E T E

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« Ya ves, a veces me canso de mí y de no tener valor para buscarte y cometer todo delito que este amor exija. "Quieta ahí, tus labios o la vida". »

—Ismael Serrano


—Me niego. Absolutamente no—alegó Kyuhyun.

Ryeowook volteó a ver a su abogado, estaba tan enojado que no podía mirar a Kyuhyun ni en pintura.

—El juzgado llama a Kim Ryeowook.

El pelirrojo se levantó y caminó hacia el frente.

—El motivo de su decisión es por caso de infidelidad, ¿cierto?

—Sí, su señoría.

—Sin embargo, si bien tengo entendido, usted ha tenido amoríos también.

—En efecto, pero han sido antes de contraer matrimonio con Cho. Yo lo he respetado durante estos dos meses, me he preocupado de que tenga lo que necesite, de que no le falte nada.

—Las pruebas que me ha traído el abogado del señor Cho Kyuhyun muestran lo contrario.

Ryeowook sonrió sin gracia y frunció el ceño.

—¿Disculpe?

El juez extendió las pruebas hacia el pelirrojo, el cual las tomó rápidamente. Con sólo ver la primera pudo darse cuenta de que eran falsas.

—Esto es estúpido, ninguna de estas fotografías es real. 

—Fueron tomadas de las cámaras de vigilancia de algunos lugares que usted y sus amantes visitaron recientemente, ¿cómo pueden no ser reales?

—Se llama photoshop, ¿lo conoce?

—Vuelvan hasta que resuelvan sus problemas—anunció, ignorando por completo al menor—. Vuelvan cuando tengan verdaderas razones, un divorcio no es un juego.

—Nadie dijo que estaba jugando—murmuró Ryeowook entre dientes. 

El juez dio un último martillazo y los únicos cuatro presentes se levantaron. 

Hangeng caminó hacia Kibum, irradiando superioridad. 

—No vas a lograrlo, Kibum.

El menor le miró molesto, lo ignoró y se retiró junto a Ryeowook.

—Tranquilo, Wook. Haré lo posible para que cortes lazos con Cho Kyuhyun—el pelirrojo asintió—. No dejaré que Hankyung vuelva a vencerme—dijo eso último para sí mismo. 



Ryeowook se dedicó a observar su taza de té, intacta. 

—¿No quiere darte el divorcio?—preguntó Henry.

—No...y pareciera que lo vio venir, porque incluso llevó información falsa. 

El menor hizo una mueca.

—Todo se va a arreglar, vas a ver.

El mayor apoyó su cabeza en la mesa, buscando eliminar todo tipo de contacto con el castaño.

—Wook, anímate...

—Es fácil decirlo, tú no estás atado a ese idiota. Aish, estoy molesto.

—En primer lugar, ¿por qué te casaste con él?

—Por lástima y por necesidad. Hice algo, y ese algo ponía mi empleo en riesgo. Además, él no dejaba de rogarme.

Henry suspiró y echó un vistazo a su reloj.

LETRAS Y CAFÉ - | YEWOOK |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora