Legolas

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- ¿Tu eres Gilliel verdad? – Preguntó el joven elfo.

No sabía que decir, su rostro no demostraba nada más que un poco de duda, pero no sabía qué hacer, o como responder. Ya había perdido tanto, su hogar, el amor de su vida, una hermana, no quería perder nada más. En ese momento no pudo ser simplemente racional y pensar en que deseaba o pensaba Thranduil sobre ella teniendo una relación con su sobrino, pero el corazón deseaba recuperar un poco de lo que perdió y ni mil ejercitos de elfos al mando del cascarrabias de su padre podrían hacer en ella diferencia.

- Sí, lo soy... - Respondió con una leve sonrisa.

- ¿Tu eres del Bosque cierto, eres una Sindar? – Cuestionó.

- Ciertamente, al igual que tu soy una Sindar del Bosque Verde... -

- ¿Hace mucho que no estas allí verdad? –

- Un largo tiempo ha pasado desde la última vez que sentí el aroma del aire en el bosque, lo extraño mucho –

- El bosque ha cambiado, tanto que sería difícil reconocerlo. De lo que una vez fue puro y basto... hoy solo quedan recuerdos de troncos grises... lo poco que se conserva intacto es nuestro hogar... aunque la verdad es que vivir encerrado no es lo más excitante de todo...- Comentó mientras se acercaba a su lado.

- Lamento oír eso... - Agregó mientras suspiraba. Inclusive su hogar había sido afectado, tanto que ahora sus memorias solo serán recuerdos de lo que alguna vez fue y jamás volvería a ser.

- No deberías, al menos tienes los buenos recuerdos... nosotros casi olvidamos como lucía el bosque antes de la obscuridad... - suspiró -... mi padre me habló de ti... -

- ¿Qué te ha dicho el rey Thranduil de mí? – No podía negar la curiosidad que aquello le causaba, para ser sinceros, pensó que este jamás le nombraría palabra considerando sus decisiones pasadas.

- Me ha dicho que eres alguien muy importante para nosotros... tía... Gilliel...- Respondió mientras le tomaba las manos dando una traviesa sonrisa. No pudo evitar dejar caer unas cuantas lágrimas y sonreír como hace mucho no lo hacía. – Es difícil no notar el parecido con mi fallecida madre...-

- ¿En verdad te recuerdo a ella? – Preguntó con notoria emoción, aquel era un halago como pocos. Estaba a punto de partir en llanto nuevamente, comenzaba a sentirse culpable por dejarlo solo durante tanto tiempo, jamás pensó en que su hermana pudiera perecer, uno nunca piensa en perder a aquellos que ama. –¿No me odias por haberme ido? –

- Yo no puedo juzgarte, no se tus motivos. Y no pretendo que me los cuentes... sé que no estás lista para hacerlo... sea lo que sea que haya pasado, yo no puedo cuestionarte, también tuve algunas historias en el pasado... pero ahora lo importante es que pude verte. Sé que esta travesía será difícil, y a pesar de que soy un buen guerrero, la maldad de Saurón es muy potente. – suspiró con ánimos de temas más afables – Mi padre me ha hablado un poco de ti... pero nada más de lo que ahora se... -

- ¿Qué te gustaría preguntar? –

- ¿Puedo abrazarte? – Preguntó, y mi cuerpo se derrumbó por dentro – Sé que apenas nos conocemos, pero más que yo sabes que esta podría ser la primera y única vez que nos veamos... Significaría mucho para mi...-

Sin pensarlo dos veces accedió y lo cubrió en sus brazos, apoyó el rostro en su hombro y él respondió de igual manera. Ambos quedaron en calma hasta que el silencio se rompió por los inevitables sollozos.

Era un hombre, pero mantenía a un niño que necesitaba cariño.

- Eres tan parecida a mi madre... - Agregó mientras las lágrimas le jugaban una mala pasada.

- ¿Es tan difícil dejar caer la carga que llevas después de tanto? - Susurro la mayor en su oído– No eres el único que se lamenta... las lágrimas no son pecado para ningún guerrero...-

- No es eso lo que me detiene-

- ¿Qué te detiene? –

- El dolor de que mi padre no halla llorado conmigo... - replicó con furia – Cargué este peso desde que ella se fue... poder soltarlo con alguien que lo entienda se siente como... como... no sé cómo explicarlo...-

- Estar libre otra vez... -

Ambos estuvieron sintiendo un duelo muy fuerte, aunque él lo había llevado en su espalda por más tiempo del que cualquiera pudiese imaginar y por más tiempo del que cualquiera podría resistir tal dolor, era un momento tristemente hermoso, de sentimientos puros y lazos que ni siquiera el tiempo puede cortar. No podía comprender el tipo de duelo que Thranduil había tomado, pero sea lo que fuere que haya hecho, Legolas debia comprender que todos toman las cosas de distintas formas, todos tenían distintas obligaciones, sentimientos y necesidades que mantener. No podía imaginar cuan sofocada debía estar la mente de este chico, no sabía qué asegurar o desmentir, solo sabía que ambos necesitában de esto. Un largo rato, les tomó a ambos para separarse el uno del otro y al mirarse se sintieron como si no hubiera nada más que decir. Las luces de la luna y las estrellas iluminaban mágicamente todo el lugar, comenzaba a hacerse tarde y ya era hora de ir a cenar.

Caminaron juntos hacia donde todos estaban reunidos, Elrond y Arwen sonrieron al verlos entrar unidos. Sabía que por dentro él seguía sintiéndose un poco mal por no haber hablado antes, pero solo estaba respetando órdenes y haciendo lo que creyó era mejor para todos.

En la tarde del día siguiente se llevaría a cabo el concilio, todos estaban reunidos descansando y recuperando fuerzas, Elrond le había hecho el favor de enviar un emisario al bosque para avisar sobre su regreso, sabía ahora que si había quedado alguna duda en su ser, luego de hablar con su sobrino ya no tenía ninguna.

- Legolas voy a regresar al bosque. – Mencionó caminando junto a él.

- ¿En verdad lo harás?, recuerda que el bosque ya no es lo que solía ser... -

- ¿No te alegra? – comentó haciéndole una caricia en la mejilla.

- No es eso, es solo que en verdad el tiempo será aburrido en comparación a estar aquí. Mi padre no tiene la fama de alguien interesante... -

- Te sorprendería saber cuan divertido fue tu padre alguna vez... - Ambos tomaron asiento en una pequeña mesa con algunos aperitivos, mientras escuchában los dulces cantos y el suave sonido del arpa.

- ¿Tú fuiste su amiga en el pasado? –

- En verdad fuimos los mejores amigos... ahora seguramente ya siquiera recordará nuestras travesuras... durante nuestra juventud el solía ser muy diferente a como me lo describes – Rió – Era idéntico a ti... pero las personas crecen y necesitan cambiar... madurar... aprender y nadie está a salvo de ello... ni siquiera tú con tu aventurero espíritu... -

- Si de mí dependiera... solo tomaría mi arco y seguiría la voz del viento... - suspiró – Pero en verdad quiero pasar tiempo contigo, en estos momentos en los que todos estamos al filo de una guerra inevitable, no quiero perder nada más... yo tampoco quiero perder... -

- Algún día podrás seguir la voz del viento... pero ahora tienes una misión más importante con quien veo es tu amigo. Apóyalo, le espera una gran travesía y no puede estar solo...-

- ¿Cómo sabes que nos espera una travesía? –

- Poseo algunos dones que pueden dejarme ver eso... la edad de los elfos se termina para dar paso a la de los hombres y tú, no debes dudar. –

Luego de eso, solo hablaron de cosas pasajeras. Anécdotas, historias y simplemente grabando en sus retinas los rostros que creyeron jamás volver a ver...

PerfumeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora