Mentora y Elay

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Mentora

- ¿Quería verme mi señor? -

- Es correcto, quería encomendarte algo -

- Usted dirá mi señor - Dijo algo sorprendida

- Como sabrás, aquí en el bosque todos contribuimos los unos con los otros para así generar un provecho general. De primera mano, sé que estas dotada de algunos de los dones artísticos más bellos que existen, y en verdad creo que tu ayuda sería muy bien recibida por todos para adoctrinar a nuestros jóvenes, en aquello en lo que destaques. - Comentó amablemente.

- Estaría más que encantada, de hecho, pude traer muchos libros y documentos de Rivendell que podrían servir- dije entusiasmada

- Entonces tomarás tu lugar como mentora hoy mismo - mencionó con algo de alegría - espero ver grandes cosas de los jóvenes que guiaras -

- No dudes que daré mi mejor esfuerzo -

Luego de dar una reverencia me retire busca de mis libros. Desde relatos antiguos hasta música y batallas, de todo tenía alguna cosa. No podía estar más feliz al pensar que el finalmente me había dado una tarea tan importante y siento que poco a poco irá comenzado a ablandarse conmigo. Con todas mis fuerzas tomé aproximadamente unos veinticinco libros y aunque con algo de esfuerzo comencé a dirigirme camino al salón en donde se impartirían dichas clases. Sin darme cuenta de que en realidad no podía con el peso que estaba llevando, perdí la vista hacia el frente y choque con lo que esperaba fuera una pared.

- Disculpa ¿estás bien? - Mencionó un conocido elfo de rostro preocupado

- Elay mis disculpas- dije mientras él me extendía su mano ayudándome a pararme

- Debiste pedir mi ayuda, eso es mucho para una sola persona -

- No quería molestarte, además estaba algo entusiasmada- ambos comenzamos a levantar los libros del piso

- Déjame ayudarte a llevar eso -

Elay era un elfo de cabello castaño y ojos tan claros como las propias estrellas, se mostraba amable y comprensivo. Era uno de los más cercanos ayudantes de Thranduil. Ambos nos abrimos camino hacia el salón en tanto conversábamos sobre las temáticas que enseñaría, se lo notaba interesado así que decidí invitarlo a asistir cuando quisiese.

- Bueno, aquí te dejo, mucha suerte hoy - Mencionó mientras apoyaba los libros en una mesa

- Muchísimas gracias recuerda que puedes venir cuando gustes -

- Prometo hacerlo, pero hoy me encuentro algo atareado con asuntos del reino -

- Entiendo, entonces te dejo continuar - Ambos nos saludamos y él se retiró.

Pronto varios jóvenes elfos de no más de trecientos años atravesaban las puertas para ingresar a sus clases. Todos lucían algo impacientes, me recuerdan a mi hermana a Thranduil y a mi cuando éramos jóvenes. En su mayoría eran chicas las que tomaban mis clases, ya que en el caso de los chicos era preferible dedicarles el mayor tiempo posible a entrenarlos en batalla. El tiempo comenzó a transcurrir y con mucha alegría pude notar lo bueno de cada uno de ellos y al cabo de un año ya había hermosos resultados. Todos los jóvenes eran dedicados, lo noté ni bien comencé a hablar, estaban interesados hasta en los detalles más mínimos y siempre querían saber más. Todos se cuestionaban cada pequeña duda y la compartían con los demás, era un deleite escucharlos hablar y ver cuánto progresaban a lo largo de las clases. Thranduil se notaba satisfecho con mi rendimiento, aunque no había demasiado cambio en su actitud hacia mí, a pesar de que nuestro trato no es más personal del que debía, seguía siendo muy frio. A pesar de que tanto lo intentara el no cambiaba de actitud y mientras nuestro trato seguía estancado, las cosas con Elay se habían forjado poco a poco y comenzaban a tener una suerte de premisa personal. Ambos compartíamos miradas cómplices, nos reuníamos a mirar las estrellas juntos y poco a poco comenzó a crecer un sentimiento el cual me recordaba mucho a Thranduil. Al culminar el primer año de mi regreso, Elay me regaló un colgante con una bonita piedra blanca.

- Ten, esto es un regalo para ti - mencionó extendiendo el colgante.

- Oh Elay es hermoso no debiste -

- Es para conmemorar el primer año que ha pasado desde que volviste -

Él era muy detallista, siempre me acompañaba, me ayudaba o estaba atento a lo que necesitase, jamás había sentido nada igual desde me fui del bosque, el me hacía sentir feliz y disfrutaba mucho su compañía. No había pasado tanto tiempo desde que nos conocíamos, pero quizás él era lo que me deparaba el destino y de hecho él había retornado un poco de la luz que me había sido arrebatada.

- Cada vez que lo veas y te sientas algo confundida, recuerda que esa luz que hay en él, es lo que tu significas para mí. Eres una estrella que guía mi camino-

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Si disfrutaste regala una estrella, ¡si tienes dudas, sugerencias o comentarios no lo dudes coméntalo! Amo leer sus reviews. También los invito a ver el resto de mis historias, tienen temáticas absolutamente diferentes, pero estoy segura de que quizás alguna llegue a gustarles. Inclusive tengo un libro de Oneshots en los que pueden pedirme historias personalizadas y sobre los personajes, o lo que quieran. Saludos, nos leemos luego.


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