Un nuevo día había comenzado y mi rostro esbozaba una sonrisa que no lucía hace ya muchos años. El concilio daría inicio en unas horas, comenzaban a sentirse los nervios, el destino de toda la tierra media está en manos de unos pocos representantes, de los cuales prevemos se tome una correcta resolución. Dos de los pequeños hobbits le dieron travesura a la mañana, corriendo por toda la casa de Elrond, cantando en la mañana y fumando como dos pequeñas chimeneas, los medianos exploraron el lugar más rápido de lo que cualquiera pudiese imaginar. Es asombroso el estilo de vida que llevan los pequeños de cabeza rizada, los envidio en verdad, una vida sin preocupaciones y completa normalidad en la lejana comarca, apartados de guerras y calamidades. De camino al comedor pude ver al resto de los integrantes del concilio, junto con mi sobrino.
- ¿Estas algo nervioso no es así? – Pregunte mientras me sentaba junto a sí.
- Si no lo estuviera, sería mi padre quien estaría en aquí y no yo. Pero tanto como el, yo también busco lo mejor para todos. – respondió.
- Entonces quita a tu padre de tu mente, sé que aún no hemos tenido suficiente tiempo juntos... – Mencioné mientras tomaba sus manos – pero confío... en que harás lo correcto. –
El concilio se llevó a cabo a cabo tal y como se esperaba, aunque sus resultados en verdad me dejaron sorprendida. Se había formado la comunidad del anillo, compuesta por cuatro medianos, un enano, un elfo, dos hombres y un mago. Los cuales se darían a la tarea de llevar el anillo único a Mordor. Todos comenzaron a preparase para partir, Aragorn fue a despedirse de su amada, el pequeño portador Frodo igualmente con su tío y yo fui en busca de mi sobrino.
- ¿Ya guardaste tu arco? – Pregunté al entrar a su habitación.
- Absolutamente, ¿tú ya comenzaste a empacar? –
- Absolutamente – Respondí sonriendo.
- En verdad si vuelvo al bosque, quiero pasar tiempo contigo. Hay mucho de lo que quiero conversar... -
- Lo harás y conversaremos de todo lo que gustes, ven déjame arreglar tus trenzas – mencione mientras me acercaba a el – Tienes la mirada de tu madre ¿sabes? -
- Tú me recuerdas mucho a ella... - suspiró -
- Tú me recuerdas mucho a tu padre...-
Hablar sobre todas las alegres, risueñas y curiosas charlas que surgieron mientras lo ayudaba a enlistarse sería innecesario. Las pocas horas que teníamos para disfrutar fluyeron tan rápidamente que lo siento injusto. Por un breve momento, sentí como si nuestra brecha de tiempo jamás hubiese existido y como por arte de algún hechizo el pasado jamás hubiera ocurrido. Así de hermosos fueron los pocos momentos en los que pudimos estar reunidos, aunque no los últimos. Solamente pude acariciar de nuevo aquel rostro en el cual aguardaban los bellos ojos de mi hermana y la firme mirada de aquel a quien pretendí olvidar, se sentía como si él hubiera sido obligado a crecer muy rápido, pero es curioso. ¿Qué es lo curioso?, sentir que fue el mismo, quien se obligó a madurar. Ya había llegado la hora de partir, acomodé el bello prendedor de Lorien en su capucha y lo abracé con todas mis fuerzas.
- Conmigo jamás va a existir un saludo formal – Mencioné con algunas lágrimas en el rostro – Muchos dirán que irán a la guerra, pero no a la victoria... simplemente recuerda, no hay nada más poderoso que aquello de lo que no te pueden despojar, tu valentía y tu coraje, son armas más poderosas que cualquier espada o flecha. Tienes además una promesa que cumplir, debes volver al bosque y seguir conversando conmigo. – suspire.
- Prometo dar todo de mí, en mi alma y en batalla siempre estaré pensando y conservando en mi corazón la promesa de volver a verte y de volver a casa. Prométeme que harás que mi padre deje de ser tan malhumorado. – rio el joven sindar.
- Prometo intentarlo, pero deberás hablar con Mithrandir si quieres asegurarte. – Comenté con una pequeña sonrisa.
Nos despedimos con una última mirada, simplemente no había más que decir por el momento. La comunidad comenzaba su larga travesía hacia Mordor. Con algo de nostalgia observaba el horizonte donde poco a poco se perdía el rastro de los valientes emisarios. De alguna forma sentía una gran pérdida a pesar de lo precoz de nuestro encuentro, aun así, los sentimientos que se habían forjado eran más que suficientes como para sentir una gran ausencia en mí corazón.
- Es igual a su padre... - Mencionó Elrond mientras se acercaba a mi sigilosamente.
- Al igual que a mi hermana... -
- Tus cosas están listas junto con dos silvanos que te acompañarán. Los mismos fueron enviados por el propio Thranduil para guiarte por el camino más seguro. Se te extrañara mucho aquí...–
- Ya lo creo Gilliel... - Mencionó Arwen mientras se acercaba con lágrimas en sus ojos.
Abracé a Arwen con la misma intensidad con la que abracé a Legolas, ella de hecho sería a una de las que más extrañaría, aunque a pesar de eso, voy a extrañar a tantos buenos amigos que en verdad espero que entiendan que no soy buena despidiéndome. Ya era mi momento de partir, la bella Arwen y su padre me acompaño hasta mi caballo y con más sentimientos de los que podría describir partí hacia el bosque. Las lágrimas no dejaron de brotar, sería un viaje quizá tan doloroso como el anterior, solo podía mantener en mi corazón toda aquella esperanza que quedara en mi.
---------------- PERDON---------------
Es súper corto, lose. Pero se viene un capítulo súper emocionante (al menos para mí), lo que será el regreso al bosque, los cambios sufridos por el mismo y el reencuentro con Thranduil. Espero aun así que sepan disculpar, tomo más tiempo de lo esperado y en verdad no me gusta brindar a mis poquitos lectores (son 2-3 pero los amo con todo mi corazón por apoyarme) algo con lo que no me siento cómoda o del todo a gusto, siento que sería faltarles el respeto ya que ustedes se toman un tiempito para leer esto que con todo amor hago. Saluditos y nos leemos luego.
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Perfume
FanfictionNunca es tarde para volver a creer en aquello que se nos fue arrebatado. El regreso de un recuerdo intenta devolver al corazón del rey Thranduil aquello que le fue robado, en tanto la guerra del anillo único se acerca sin descanso.