Perfume

Despertar (fragmento) adelantos

La noche se veía dichosa de recuperar la clara mirada de Gilliel, aquella furiosa herida carmesí solo vivía en el recuerdo y ahora se recuperaba en compañía de su verdadero amor.

La mirada de ambos estaba encaprichada con la llave del otro, puesto que aquellas puertas que allí se encuentran escondidas necesitaban ser abiertas.

- Gilliel... - susurró el rubio – no puedo perdonarme esto... -

Aquella sin pensar demasiado tomó el rostro de Thranduil, lo observó entre sus manos como si lo viera por primera vez, lo acarició como el tesoro que era para ella y en su corazón encontró la respuesta, en esa mirada. "- ¿Por qué hice esto? - "se atormentaba una y otra vez, que remedio, aquello ya era cuento pasado. El mayor se notaba descolocado, pero no era incómodo en absoluto, era perfecto.

Gilliel presiono un poco con sus manos las mejillas de este y lo trajo contra sí, al fin pudo sentir de nuevo esa sensación, esa calidez, ese sabor, aquel perfume...

Thranduil acompaño aquella calidez con todo gusto, al principio estaba sorprendido, pero ambos lo necesitaban tanto como la luz de la oscuridad.

- No vuelvas a dejarme... -

(...)

Los días pasaban y ambos nutrían una relación naciente, sonrisas, largas caminatas y charlas sin fin por todo el palacio se habían convertido en las actividades favoritas de ambos, en cambio por parte de los elfos más grandes se atribuía aquello como una tremenda depravación.

Los rumores corrían por todos lados, el rey ahora pasaba tiempo con la hermana de su fallecida mujer, con aquella que les había dado la espalda a sus obligaciones, con una mujer que había intentado arrebatarse su propia vida. Aquella era una cobarde para todos ellos.

Tal fue la conmoción sobre el tema que se llamó a una reunión con el objetivo de destituir a Thranduil, de lo contrario la señora debería irse.

(...)

- ¡No te dejaré pelear! - reprocho a gritos el gran elfo.

- No te estoy pidiendo permiso... -