CAPÍTULO 36: ¿POR QUÉ?

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─Kevin... yo... ─Trato de articular palabras pero me bloqueo y no sé qué decir.

Intento darle forma a mis pensamientos pero no puedo. Una tormenta de dudas, miedos y recuerdos confusos explota en mi cabeza.

Su mirada preocupada y llena de temor tampoco me lo pone muy fácil. Sé que le quiero y aunque experimento miles de cosas cuando le tengo cerca, no todo es tan sencillo como decir sí o no.

Me siento muy dolida por todo lo que me ha ocultado. Si tan sólo me hubiera prevenido y explicado lo que sucedía...

No puedo evitar compararme con una marioneta a la que mueven de un lado a otro incapaz de poder decidir su destino. Eso ya lo ha hecho Kevin por los dos. Ha optado por no contarme lo que pasaba y manejar las cosas a su modo.

¿Tan poco confiaba en mí? ¿Tan seguro estaba de que le dejaría al saber la verdad? Su falta de fe en nosotros me enfada más aún.

─Marta, tu silencio me está matando. ─Susurra implorándome con la mirada que hable.

Yo estudio su rostro por unos instantes y agacho la cara antes de pronunciarme.

─¿Por qué? ─Susurro con voz apagada.

─¿A qué te refieres? ─Pregunta Kevin tildando de preocupación sus palabras.

─¿Por qué ahora? ─Le recrimino entornando los ojos. ─¿Me estarías contando esto si no hubiera aparecido mi nombre en ese papel? ¿O si no me hubiera pasado nada en el barrio de la Rosa? ─Él me mira confuso sin saber qué decir y yo continúo haciendo conjeturas. ─Si no, probablemente seguirías ocultándome cosas... O quizá volverías a apartarme de tu lado. ¿Qué más da si Marta se hace ilusiones y yo pisoteo sus sentimientos? Todo vale excepto contarle la verdad, ¿no? ¿Qué importancia tiene que ella esté hecha un lío y no entienda lo que pasa? Lo único relevante es que no se entere de nada.

Me pongo de pie y continúo hablando más alterada. Supongo que esta actitud está siendo mi manera de canalizar toda la preocupación y el miedo que siento después de su confesión.

─¿Y tú dices que me quieres? ¿Para ti "querer" es ocultarme cosas? ¿Decidir por los dos qué es lo que debe pasar en nuestra relación? ¿Tan convencido estabas de que te rechazaría? ¿Ese concepto tienes de mí? ─Kevin se levanta y se acerca extendiendo los brazos con la intención de atraerme hacia él, pero yo doy un paso atrás decidida, haciendo que se detenga y me observe destrozado. ─Pues te diré una cosa, Kevin: lo que más me duele de todo esto no es tu pasado con las drogas, ni los errores que cometiste en tu adolescencia, ni que te metieras en un lío con esa banda... Lo que realmente me ha hecho daño es que no hayas sido sincero conmigo. Que no hayas permitido que enfrentáramos todo esto juntos...

Para cuando he terminado de hablar, las lágrimas caen sin freno por mis mejillas. Mi pecho se encoge en pequeñas sacudidas provocadas por el llanto y me tapo la cara con las manos. Me siento perdida. ¡Le quiero, maldita sea! Pero empiezo a pensar que ahora mismo eso no es suficiente.

En ese instante siento sus manos atrapar las mías y apartarlas de mi rostro con suavidad. Ese simple roce provoca que cientos de descargas eléctricas viajen por todo mi cuerpo.

─Lo siento... ─Susurra envolviéndome de nuevo en sus brazos. ─No lo vi de ese modo... Yo... sólo tenía miedo de perderte.

─¿Perderme? ─Le pregunto retirándome para encararlo. ─¿Cómo pudiste recibir una amenaza con mi nombre y estar conmigo después sin decirme nada?

─¡No lo sé! ─Responde enérgicamente. ─Ya sé que lo hice mal, pero estoy rectificando, ¿no? Para mí no ha sido fácil contarte todo esto... Marta, por favor. Dime que no estás pensando terminar con lo nuestro.

¿Y POR QUÉ NO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora