Capítulo 66.

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Último capítulo.
Narra Axel.
Olvide. Simplemente me olvide de como reír, incluso he olvidado como llorar.
El reloj me miente, indica las 11:25 de la noche en punto; Pero miente, sé que miente, el tiempo se detuvó, justamente se detuvó al compás de sus latidos. El tiempo ahora es relativo, puedo escuchar como el segundero del aparato avanza, puesto que, es el único ruido audible dentro de la habitación, pero no estoy seguro de que los minutos pasen dentro de mí. No puedo ni siquiera escucharme a mi mismo, estoy perdido, no sé que está pasando,solo estoy consciente de que está pasando,y sé que después, Cuando termine de pasar no seré el mismo, no soy el mismo que era hace un día, incluso hace semanas, no soy el mismo desde que aquella chica con su delicada torpeza me golpeó con una guitarra.
Ella se ha ido. Sólo puedo decir que se fue. Ella jamás volverá y es tonto que a pesar de que sé esto sigo esperándola; Supongo que no tengo remedio.
La mayoría de las personas le lloran a muertos que no precisamente han fallecido.
Hay demasiadas formas de matar a alguien, una de ellas es no volver a mencionar su nombre jamás. Y de todas estas formas, aquella castaña tuvó que elegir morir de la forma más caótica posible.
No puedo decir que me rompió, sería una cobardía de mi parte. No puedes simplemente ir por ahí culpando a las personas de haberte dañado, es tonto, nadie puede romperte sin que tú se lo permitas; Ahí, justo ahí radica mi problema: Le di permiso de hacer conmigo lo que quisiera desde la primera vez que Sonreí al recordarla.
Nadie puede olvidar a nadie. Somos recuerdos, somos momentos, estamos hechos de cada uno de ellos, si olvidamos alguno- por muy pequeño que sea- estamos olvidando una parte de nosotros mismos. A veces es más saludable guardar ciertos momentos en alguna parte de nuestra memoria, donde la luz no entre, donde todo este a obscuras, podremos entonces así tener al alcanze recuerdos que valen la pena, no me refiero a que sera más fácil acceder a los momentos «Felices», estos no son los mejores momentos. Los mejores son aquellos que nos hacen sentir algo y por los que si viviéramos una y otra vez volveríamos a sentir lo mismo, con la misma intensidad de la primera vez.
Del mar infinito de sentimientos ella me hacía sentir exactamente lo mismo cada vez. Me hacia sentir vivo, y eso no es lo admirable. ¡Ella era mágica!. Deben creerme. No estoy mintiendo; Verán ella pudo revivir a alguien que estaba muerto.
Otro de los poderes derivados de su magia es que me hacia ver. Quizá para mis ojos todo estaba negro, pero ella hacia, ella podía- no sé cómo-  que mi corazón viera.
¿Qué sucede cuando alguien mágico muere?
¿A donde va toda esa magia?
Eso aún estoy tratando de averiguarlo, no tengo resultados aún, y supongo que no son inmediatos y cuando los tenga no estoy del todo seguro si quiero conocerlos.

La Chica De La Trenza MarronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora