Jaque Mate

22.9K 866 1.3K
                                    

{ Harry }

— Oh no... — dijo en un audible susurro, casi sin creérselo — No puedes ser tú. No, ¿mentira, cierto? No puedes ser tú mi nuevo compañero asignado.

Me quedé un par de segundos sin poder emitir nada. Es que realmente yo también estoy algo... sorprendido. No es que fuera la gran sorpresa, pero no puede ser ella entre tantas chicas guapas de esta universidad. Después de reaccionar, esbocé una sonrisa burlona para molestarla. Ella hizo una mueca de desagrado al verme hacer eso, pero me ignoró tan pronto como pudo. Se fue yendo al pequeño comedor para comer su desayuno. No me tomó tanta importancia ya que me dejó solo en medio de la sala. No le hice caso de todas maneras, pero estaba inquieto. Esto era aburrido. No imagino cómo será el resto del semestre sin nada de emoción en este diminuto lugar.

— ¿Estás feliz de que sea tu nuevo compañero? — sonreí, ella ni siquiera me miró. Estaba muy concentrada comiendo su pan dulce, haciendo asquerosos sonidos con su boca al momento de masticar. Me provocó asco al oír eso.

— Estoy deprimida.

— ¿Por qué? ¿por qué te tiré tu primer desayuno esta mañana? — dije entre risas, ella me miró con su mejor cara de enojo.

— ¿Sabes? Las cosas no son fáciles. Yo ahorro para mantenerme viva aquí, así que el que me hayas tirado mi desayuno fue puro dinero tirado a la basura. Realmente eres un idiota. Un gran idiota. Idiota te queda corto, mejor retrasado — dijo todo eso rápidamente, volvió a comer lo último de su pan y después se levantó de la silla para tirar sus envolturas en el bote de basura.

Mi sonrisa se quitó. No me molestaba lo que decía de mí, pero quería hacerme el ofendido. Puse una cara seria, ella caminó para quedar frente a mí. Ojos con ojos, furia con furia. No me tenía miedo, ni yo a ella. Era un pequeño duende, ¿cómo temerle? No medía más de 1.55 y con esas coletas la hacía ver como una niña de doce años. Por eso no me sorprende ver ropa interior suya de figuritas, ya que va con su personalidad de niña chiflada. 

— Mira chaparrita, mejor quita las boronas de azúcar que tienes esparcida en tus labios — ella rápidamente quitó el azúcar con su mano, pero regresó a su postura anterior — Vas a tener que aguantarme aquí por el resto del semestre. Sí o sí.

— Pues tú también tendrás que aguantarme, entonces — me desafió.

— ¿Segura?

Me acerqué más a ella, ni siquiera se intimidó. Puse mi mano sobre su frente y la empujé un poquito hacia atrás. Ella retrocedió unos pasos. Me sorprendía que pesara tan poco. De sus ojos salieron chispas de furia cuando hice tal cosa. No pude evitar reírme, entonces eso la enfureció más.

— Esto no se queda así, tonto. Verás que no me quedaré con los brazos cruzados — se fijó en su reloj de muñeca y casi se salen sus ojos al fijarse la hora — ¡Llego tarde a primera hora! Me largo.

Corrió hacia la sala, cogió la mochila que estaba en el suelo y salió a toda prisa. Yo también tendría que salir corriendo pero me valió llegar tarde. Cogí mi mochila sin libros, ni libretas, ni siquiera una pluma..., me la llevé vacía. Salí del departamento sin echar llave. La dejé abierta, y ni me importó un poco. Bajé hasta recepción, le mandé un beso a la anciana antes de irme, nada más vi como rodó sus ojos y no tardé en soltar una carcajada. Al estar expuesto fuera del edificio, me sentí un poco intimidado ahora así. ¿A dónde iría? Joder, ¿por dónde empiezo?

Caminé por las calles de la ciudad universitaria. Este lugar está rodeado de árboles, pinos y montañas. Miraba como también había muchos edificios escolares. Cada facultad tenía su propio edificio. Era genial, debo de admitir. Tomé un autobús, y éste me dejó frente a la facultad en el que estoy inscrito. Me sorprende que este sitio tenga sus propios autobuses; taxis; mercados, ya que para estar en un estado medio desconocido, está muy desarrollado. Nada se compara a Londres por supuesto, pero esto no está nada mal. Es un buen internado.

My Room, My Rules | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora