{ Amanda }
Harry me da un corto beso en los labios. Sonrío. Y él vuelve con sus labios a mi necesitada boca. Deseo que sus manos recorran mi espalda, y como si él hubiese leído mi mente, lo hace. Siento millones de chispas, de esas en la que te hacen encorvar por las sensaciones. Claro está que lo deseo mucho, y Harry lo sabe muy bien. Y por lo que puedo notar, el chico me quiere de la misma manera.
Yo jamás había experimentado estos tipos de acaricias, ni siquiera las imaginé, pero él ha estado volando sobre mi cabeza y me ha hecho sentir de "esa manera" desde que lo vi con otros ojos. Harry es guapo, no me lo puedo negar. Me atrae esa faceta de chico rebelde, pero desearía conocer al chico romántico que lleva escondiendo. Pero me dio su camiseta, ¿cuenta, no?
Además, me pregunto; ¿Qué sería lo otro que me echó en la bolsa de regalo? Muero por saber, saber por qué lo pone nervioso.
— Uh... Harry — aprieto mis ojos al sentir su lengua acariciar mi cuello.
No puedo creer que haya vuelto al departamento que antes era nuestro. Aún sigue oliendo a quemado, pero estaba con él; debajo suyo, en el sofá, con mi vestido desabrochado, pero no quitado. Habíamos estado teniendo una sesión de besos ardientes, que ahora se están pasando a mi delicado cuello.
Quería sorprenderlo, por lo que tuve la iniciativa de ponerme ahora encima de él, sentándome a horcajadas y dándole un suave beso en su barbilla. Miré sus salvajes ojos verdes, éstos me miraron fijamente.
— Me alegra que me quieras tanto —dije, sonreí con sinceridad, lo veía como lo más valioso en este preciso momento. Es como si fuese un diamante escondido entre la tierra, solamente faltaba sacudirlo para que pudiese brillar.
Y su sonrisa se quitó.
Oh no.
— Eh Amanda, solamente me atraes, ¿de acuerdo? — aclaró, viéndose inseguro.
Y aquí vamos con mi corazón roto.
Me separé de él de golpe y me quedé parada a un lado del sofá. Me aseguré de abrochar bien mi vestido y luego lo miré con mis ojos tristes. No estaba fingiendo, lo sé.
— ¿Por qué te separas? — él se reincorpora y queda sentado sobre el sofá.
— ¿En serio quieres un porqué? — digo con la voz rota.
— Amanda, no te pongas así — suspiró.
— ¿Por qué te "atraigo" nada más? — hago comillas en el aire con mi dedos — Tú me gustas, Harry. Podríamos llegar a más, pero tú eres un cobarde.
Él frunció su ceño, y se colocó su camiseta de un tirón. Se levantó del sofá y quedó frente a mí.
— No soy un cobarde, mierda. Me atraes Amanda, eres linda, sí, pero no puedo decirte lo mismo. Mis sentimientos por ti no van a más allá — espeta con estrés, y la primera lágrima sale de mis ojos — Mierda, no quise... yo... no sé.
Se miraba arrepentido, pero no voy a caer otra vez. Confíe en él esta noche y ahora vuelvo a caer en sus redes.
— No me puedes hacer esto — gruño con furia — ¡¿Cómo quieres que confíe en ti si me sigues lastimando?! No puedo ser tu juguete para que luego un día te aburras y me dejes abandonada. Quiero ser algo permanente para ti, que nos queramos mutuamente y así enamorarnos. No quiero que me mientas y me utilices para tus beneficios. No soy tan estúpida, Harry. Ahora así te has pasado, en serio. Casi te daba mi virginidad, porque según yo me aseguré de que eras alguien verdadero que me quería y estaba seguro de sus sentimientos, pero no eres más que un miedoso patán. Casi me utilizabas.
Miré su camiseta que me dio de regalo y la cogí para hacerla bola con mis manos y lanzarla a cualquier lugar, no me interesaba. Miré al chico, él me miró asombrado.
— ¡No quiero tampoco que me compres con tus malditos obsequios que no hacen más que ilusionarme! No quiero nada de ti, carajo — lloré, y salí corriendo de ahí. Me daba coraje verlo.
Era vergonzoso llorar. Pero me pasaba por idiota.
Creí que le gustaba de verdad, e incluso pensé que estaba enamorado de mí, pero sólo es un chico inseguro que le teme querer a alguien de verdad.
Llegué al departamento, y vi a Luke dormido en el sofá. Sonreí, solamente un poco porque estaba demasiado triste. Cerré la puerta despacio, queriendo no hacer mucho ruido, pero aún así logré despertarlo.
— Amanda — dice modorro, y oigo cómo prende la lámpara que estaba a un lado del sofá. Lo veo, su cabello lucía despeinado. — Te estaba esperando, pero me quedé dormido.
— Qué lindo gracias, pero no debiste — me senté a su lado, él notó mi tristeza.
— No quiero incomodarte, pero, ¿todo bien? — acaricia mi mejilla, y es ahí cuando suelto en llanto — Oh dios mío, ven aquí — me acerco y Luke me abraza con fuerzas.
Me gustaba los abrazos de Luke, me hacían sentir protegida. Él era tan acogedor y me hacía sentir tranquila. Él tenía esa vibra, esa vibra que me hacía sentir feliz.
— No sé lo que pasó allá afuera, pero estoy seguro que solamente fue un mal momento, ya verás. Tú eres fuerte, hermosa. Llora, desahógate, y después, sonríe. Me gusta verte sonreír — dejé de sollozar y vi sus hermosos ojos azules.
— Eres tan lindo.
Él sonríe tímido.
— Uh, ve a dormir, descansa, ha sido un largo día para ti — me anuncia.
— Está bien — asentí con una sonrisa.
— Venga.
Nos separamos y ambos nos levantamos para ir hacia nuestra litera. Yo me puse mi pijama en el baño y lavé mis dientes para prepararme a irme a dormir. Regresé a la habitación y vi a Luke acostado, pero no dormido, en la parte baja de la litera.
Quería preguntarle algo, pero estaba insegura.
— Luke... — empecé con timidez.
— Sí, ¿linda?
Vamos, vamos.
— ¿Puedo dormir contigo? — me atreví, mordiendo mi labio inferior — Digo, ¡no es obligación, yo...!
— Claro — me interrumpió para después sonreír con sus labios cerrados.
Me acerqué a él y Luke se hizo a un lado para que yo pudiera entrar. Me quedé acostada con él, ambos frente a frente sin tocarnos. Podía escuchar sus latidos y estaba segura que él escuchaba los míos. Era tanto el silencio que podía escuchar su respiración, sus brillantes ojos azules miraban mi rostro con admiración. Aún en la oscuridad, podíamos vernos.
— ¿Ahora puedo hacerte una pregunta? — murmura.
— S-sí.
— ¿Puedo abrazarte?
— Hazlo — afirmé, y sentí sus brazos rodearme y su cuerpo acurrucándose junto al mío.
Cerré mis ojos con una media sonrisa. Sentía que podía dormir con paz, sin preocupaciones ni nada. Por eso quise dormir con él, porque sabía que sentiría esta clase de tranquilidad y protección. Sí, estaba nerviosa por dormir con un chico, pero era raro que con Luke me sintiera de lo más confiada y sin temor a nada.
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My Room, My Rules | Harry Styles
Fanfiction❝Que quede muy claro; mi cuarto, mis reglas.❞ Copyright © 2016 osnapitzanie