My Room, My Rules | Harry Styles

❆ Merry Christmas ❆

Lo siguiente será un especial navideño, no es la continuación del capítulo anterior y en el siguiente capítulo no será la continuación de este especial. 

We wish you a merry christmas
we wish you a merry christmas
and a happy new year

Los de facultad de Música se reunieron para celebrar la posada grupal. Ahora todos estaban cantando las famosas canciones navideñas como en un coro. Amanda cantaba feliz, pues amaba la Navidad. A su lado, se encontraba Harry, cantando con pocas ganas. Le gustaba la época, pero odiaba hacer cosas absurdas como cantar en grupo y ponerse ridículos sombreros de Santa Claus.

Al finalizar de cantar, todos formaron grupos con sus amigos para darse regalos.

— ¡Aww qué lindo, Harry! — exclamó Mónica, recibiendo un enorme oso de peluche por parte del chico. La pelinegra abrazó con fuerzas el oso mientras le daba un beso en la mejilla a Harry, quien gustoso aceptó el beso. A él le había tocado a Mónica en el intercambio grupal.

Mientras tanto, a Amanda le entregaron un par de calcetines. La verdad no esperaba la gran cosa porque Sergio le había tocado en el intercambio y aquel chico realmente jamás le había hablado como para que él supiera sus gustos.

— Uh noté que te gusta Green Day por la camisa que llevaste el otro día, así que te doy un álbum de su música — la chica le entregó el obsequio a Sergio, éste lo tomó con fascinación.

— ¡Gracias, Amanda! — el chico se dio la vuelta y la dejó sola.

Mientras la chica tomaba ponche, miró hacia Harry. Él tenía un montón de amigos, y ella estaba simplemente sola tomando de su bebida en un rincón del aula. Harry la miró por un instante, pero ella ya no lo miraba. No le dio importancia y siguió hablando con sus amigos, y Amanda ya no le vio más por estar con su ponche.

La mayoría en la Ciudad Universitaria se iban a ir con sus familiares, les darían todo el fin de semana para pasárselo afuera con sus seres queridos.

Mientras Harry intentaba cerrar su maleta, se dio cuenta que las cosas de Amanda seguían intactas, ella no había empacado nada. Ahora que él recordaba, jamás había escuchado a la chica hablar con sus familiares, y no es que la conociera de toda la vida, pero ni una llamada la había oído dar. Quitó eso de su mente y cerró su maleta. En un par de horas se iría al aeropuerto que no quedaba tan lejos del campus, así que no demoraría en llegar. Harry pasaría su Navidad en Londres con su familia, como cada año, y podría decirse que estaba ansioso de ver a sus viejos mejores amigos y obviamente estar con sus padres, bueno, casi, aún les resultaba un dolor de culo esos últimos.

Esperó en el sofá mientras veía un programa en la televisión. Amanda llegó al departamento, tenía lágrimas en sus ojos puesto a que tuvo que despedirse de Trevor. Él se iría a su estado natal para celebrar la Navidad con su familia, y aunque ella lo comprendía, él era su única y mejor opción que tenía. Harry le miró, y moría de ganas por preguntarle el porqué lloraba, pero su instinto le provocó mantener la boca sellada y le ignoró. 

— ¿No me vas a preguntar que tengo? — dijo Amanda, cerró la puerta y se quedó parada ahí sin moverse, solo miraba al chico.

— ¿Debería? — él nuevamente le vio.

— Pues vi que no dejabas de verme.

— No te ilusiones, niña. No es que me preocupes, simplemente me causó lastima tu vida — él murmuró, ya sin verla. Amanda apretó sus labios, pues sabía que algo feo le diría.