{ Harry }
Estaba sentado sobre el sofá mirando la televisión. Los programas americanos eran estúpidos, además no entendía el humor gringo. Solté un bostezo, sentía mis párpados cerrarse de a poco, de pronto, mi celular vibró despertándome.
— ¿Bueno? — dije confundido, el número no estaba registrado.
— Hola, Harold — oí la dura voz de mi madre, rápidamente abrí mis ojos y me reincorporé en el sofá, soltando leves balbuceos pero nada coherente salía de mi boca.
— ¿Mamá? ¿a q-qué se debe tu llamada? — dije confundido.
— ¿Bromeas, cierto? ¡Llevo días intentando comunicarme contigo, jovencito! Por eso he cambiado el celular para ver si así me contestabas — me regañó, yo reí nervioso. Había estado ignorando las llamadas de mis padres, es que, no quería hablar con ellos.
— Pues lo que pasa es que... mi celular ha estado fallando desde que llegué. Ya sabes, Estados Unidos es delicado con la señal de los celulares Ingleses — mentí, seguramente la mentira más estúpida del mundo.
— Sí, claro — obviamente no me creyó — Bueno, ya que me confirmaste que estás vivo, ¿cómo vas con tus estudios? Ya no quiero tener que pagar otra universidad, Harold. Ya son muchas las escuelas en las que te he cambiado por tus bajas calificaciones. ¿Vas bien?
— Sí, muy bien — volví a mentir, bueno, no me iba tan mal, pero no entraba en clases, así que ya se imaginarán.
— No confío en tus palabras, pero haré que te creeré porque pronto iremos a visitarte. Espero no estés mintiendo. Ya sabes que no me agrada mucho la idea de que estés del otro lado del mundo, así no puedo inspeccionarte. Así que vete preparando para nuestra visita, Harold — exigió.
Un sollozó se escuchó.
Amanda.
— Bueno, los estaré esperando. Sólo... por favor avisen — rogué.
— ¿Por qué?
— Para estar preparado... digo, para recibirlos — sonreí falsamente, aunque no pudiera verme. Estaba algo fastidiado por su llamada.
— Oh... pues en ese caso, iremos sin avisarte, así que prepárate tú — colgó.
— Mierda — gruñí entre dientes.
Otro sollozo más fuerte se oyó.
— ¡¿Quieres callarte?! — le grité, otro chillido se escuchó — Cierra la boca, Amanda.
Ahora se escuchó como sorbió su nariz.
Intrigado fui hacia allá y abrí la puerta de nuestra habitación, donde la vi en la parte de su cama, llorando. Hice una mueca, no porque me sintiera mal por ella, sino, porque parecía imbécil.
— Vete, puto.
¿Qué mierda?
— Bueno.
Me di la vuelta y de pronto escuché algo estrellarse contra la pared. Volteo y miro como su libro estaba hecho un desastre.
— Me voy — vuelvo a darme la vuelta.
— He reprobado otro examen de contrapunto — sollozó, yo le miré.
— ¿Acaso te pregunté? — alcé una ceja — Acaso vine y te dije: "¿oye todo bien? ¿te pasa algo?" No, sólo vine a callarte.
Sus mejillas se enrojecieron, pero no sabía si de vergüenza o enojo, o ambas.
— La vez pasada aprobaste ese examen y yo lo reprobé. Yo estudié y tú no. ¿Cómo le hiciste? No soy buena en esa materia y al parecer tú sí. Siempre eres el primero en terminar los proyectos — explicó desesperada, yo sonreí orgulloso.
— Lo sé, soy bueno en todo.
— Ayúdame. — rogó.
— ¿Por qué debería hacerlo?
— Te recompensaré.
— No quiero nada tuyo.
— Porfis.
— No.
— Ándale.
— No, no quiero nada que venga de una niña tan fea — me doy la vuelta y salgo de la habitación.
Necesito una follada o algo así porque me siento tan estresado. ¿Cómo le haré para subir mis notas antes de que mis padres vengan?
¿Entrando a clases? Buen chiste, lo sé
{ Amanda }
Miré letra por letra y ejercicio por ejercicio. Nada. Llevo dos exámenes reprobados y el de mañana tendrá el mismo destino que el de los otros dos. Salí de la habitación con estrés y me fui a la cocina por un vaso de agua. Harry estaba ahí mirando la televisión. Él me miró, supongo que sintió mi mirada sobre él. Le sonreí, solamente para aparentar amabilidad. Harry me lanzó un beso con su mano, a lo cual yo hice una mueca de asco. Soltó una carcajada y siguió viendo tele. Me acerqué a él y me senté a su lado.
— ¿Me ayudas? — pregunté con entusiasmo.
— ¿Quieres que te mate? — preguntó sin verme.
— ¿Podrías? — él me miró — Estoy cansada. No quiero presentar en Navidad por haber dejado la materia.
— Uy, suena horrible — asentí — Por eso no te ayudaré.
Rió y yo negué con mi cabeza para irme nuevamente a la habitación. Ni siquiera sé por qué le pido ayuda.
Cogí el libro y me puse a leerlo otra vez. Miré por un momento el reloj y me asusté al ver que ya era casi medianoche. Seguí "estudiando", aunque no valiera la pena porque no entendía. Era tanto el sueño que tenía que me quedé dormida. Pronto, alguien tocó mi brazo toscamente. Abrí los ojos asustada y miré el reloj. Tres de la mañana. Solté un grito y Harry tapó mi boca con su mano, yo me callé y miré sus ojos sin comprender nada.
— Te ayudaré a estudiar. Así que andando, antes de que me arrepienta — quitó su mano y se sentó a mi lado.
Sonreí, una sonrisa verdadera.
Y así fue como él me ayudó estudiar toda la noche.
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My Room, My Rules | Harry Styles
Fanfiction❝Que quede muy claro; mi cuarto, mis reglas.❞ Copyright © 2016 osnapitzanie