I'll Help You

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{ Amanda } 

Tengo que hablar con Georgina. Decirle la verdad, confesarle todo.

Me levanté temprano, hoy era Sábado por la mañana. Me quedé sentada en el sofá pensando en lo horrible que pasé la noche. Tal vez aquel sexo telefónico quedará grabado en mi memoria. Hice una mueca de asco al recodarlo, y en eso veo a mi amiga salir de su habitación. Ella me sonrió, Georgina era sumamente hermosa, algo que jamás podré ser.

— Buenos días, Amanda — se sentó a un lado de mí en el sofá — ¿Quieres desayunar, pequeña? Podríamos salir a comer.

— No... eh Georgina, tengo que hablar contigo — solté un suspiro al final. Ella me miró sin comprenderme, supongo porque yo estaba con la cara seria y eso era extraño para ella.

— Claro, ¿qué pasa?

Me mira fijamente. Tal vez arruine toda su ilusión cuando le diga la verdad de su "chico", pero necesita saberla. Yo se que Georgina confía sumamente en mí y creerá en todo lo que le diga porque entre ella y yo hay confianza absoluta, por eso somos amigas. No sabría decir si las "mejores" amigas pero había honestidad entre nosotras.

— Debes de saber algo, Georgina.

— Amy, dime. Me pones nerviosa — dijo entre pequeñas risas.

— Ya tengo un compañero asignado. El Lunes pasado lo conocí, y fue el chico que me insultó ayer. No de hecho, me ha estado molestando toda la semana — confesé, ella mostró una cara llena de sorpresa.

— Qué cabrón, ¿por qué no me lo dijiste? Iremos a partirle su cara — se levantó pero yo tomé su mano para que se sentara de nuevo, ella lo hizo, aún confundida por mis reacciones.

— Espera... ese chico... es Harry — murmuré lentamente, ella se quedó callada — El chico con el que sales, Georgina. Es un tipejo sin huevos. Es un grosero que juega con las chicas, ¿sabes con cuantas se larga? Apenas llevamos una semana y ya perdí la cuenta. No quise decirte porque yo se que te gusta, y realmente no quería arruinar nada de lo hay entre ustedes. Yo... lo siento.

Ella soltó una fuerte carcajada. Mi quijada cayó.

— Buen chiste, Amanda — siguió riendo — ¿No te queda lo comediante, sabes? Casi me lo creí, pero no. Qué bromita. ¿Vamos a desayunar? — dijo eso último con más calma, se levantó y caminó un poco pero yo me levanté igual y me quedé viéndola.

— Georgina no es ni una broma. Yo jamás juego contigo — espeté, ella se volteó a verme con seriedad — Harry está asignado a mi departamento. Chécalo por ti misma, ¿qué nunca te habló de mí?

— No, jamás — cruzó sus brazos.

Oh no, estaba enojada conmigo.

— No importa — negué un poco pero volví a mi postura — Sólo sé que Harry no es bueno para ti. Él es un maldito mujeriego, te va a lastimar. De hecho, perdón que te lo diga pero él se acuesta con otras aún estando contigo. Deberías olvidarlo. 

— ¡Largo! — me apuntó la puerta.

Me quedé helada. ¿Me estaba corriendo? ¿no cree en lo que digo? Mis lágrimas empezaron a caer de mis ojos por la sorpresa de sus palabras. 

— Eres una maldita celosa. ¿Te arde que los chicos se fijen en mí, cierto? Mejor vete con tu único amigo antes de que te corra a patadas. No puedo creer que mientas. — escupió frente a mí, ella era tan alta, yo quedaba frente a ella como una enana, que es lo que soy.

— Georgina... pero somos amigas...— dije entre sollozos.

— Éramos, ya no — abrió la puerta — Ya largo.

My Room, My Rules | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora