Never Knew I Could Feel That Much

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{ Amanda }

Me quedé con la boca abierta, realmente no sabía qué decirle. Sus mejillas lucían tan rojas como las mías, tal vez hasta el mismo estaba sorprendido.

— Yo...— miré mis dedos — ¿Por qué saldrías conmigo? Digo, no soy la más bonita que digamos.

— Sí lo eres — le miré alzando una ceja — Mira no quise incomodarte, realmente salió de mi boca por impulso — bajé mi mirada sintiéndome algo decepcionada — ¡Pero sí quiero una cita contigo! Amanda te acabo de conocer y realmente quiero conocerte mucho más. Eres divertida, amable y sí eres hermosa. No te digas que no eres bella porque te estás mintiendo. Quien te haya dicho que no; ha sido su peor mentira.

Volví a sonrojarme.

Sus palabras me hicieron temblar las rodillas, lo bueno que estaba sentada sobre el sofá. ¿Cómo puede decirme eso? Sabe decir lo exacto para acelerar mi corazón. No quiero compararlo porque sería una tontería, ya que Luke y Harry son completamente diferentes. Luke es delicado y Harry es un grosero. No hay comparaciones, no son iguales y debo de entenderlo.

— Qué lindo eres Luke — le vi con una sonrisa, él me la devolvió — Pero, ¿qué hay de Georgina? Te vi hablando con ella y creí que estaban en algo.

— ¿Ella? No la conozco, bueno, sólo de vista pero ella simplemente se acercó a hablarme y ya.

— Ehmm, no quiero ser metiche pero ¿por qué ella te dijo que esperaba tu llamada? — de pronto me arrepentí, parecía una acosadora — ¡No intento incomodarte ahora, es que Georgina y yo no nos llevamos para nada bien! Y no digo que tú no puedas con ella so-

Él ríe levemente, así que cerré mi boca.

— Ella dijo eso de la nada. Ni siquiera le di mi número ni ella a mí — confesó.

Entonces Georgina solo quería molestarme. Lo vi venir.

— ¿Entonces quieres conocer a este tímido chico en una cita? — se apuntó con una sonrisa nerviosa.

— ¡Claro que sí! — sonreí enormemente — De verdad me encantaría.

— Eh eh, querrás decir hermosa chica — se acercó a mí.

— Creeré en tus palabras — me acerqué también.

Por primera vez, me creeré cada cumplido. Tal vez para sus ojos sí soy una mujer hermosa. No "enana", "duende", "cosa", ni "fea". Solamente Amanda.

{ Harry }

El departamento es un desastre. Empecé a recogerlo, cogiendo una escoba por primera vez, pero terminó el lugar aún más cochino y no entiendo cómo. Y no quería Amanda para que lo limpiara, aunque el "yo" de antes hubiera querido eso, ahora nada más quiero su presencia. Y es que extraño gritar y pelear con ella, esa era nuestra forma de demostrar nuestros sentimientos. Al menos yo, y es que sigo con mi problema de hablar y decirle todo lo que siento. Solamente me puedo sentir sensible por dentro, pero jamás puedo sacarlo. Y es que jamás creí sentir demasiado. Por fuera soy egoísta, loco y una decepción al herir con mis propias palabras y acciones, y ella está a punto de conocer mis verdaderas intenciones. Pero temo quedar solo una vez demostrándole todo, quedando algo así como "rechazado". Quiero que ella sea la única presenciando mis palabras reales, quiero que sean aceptadas por sus oídos. No quiero ser herido por un "adiós", que es lo que merezco para una gran lección.

Dos días después, por la noche, luego de arreglar mi obsequio; decidí salir. Iba buscando con mi mirada a Amanda, aunque posiblemente tarde horas porque aún no sé dónde se está quedando.

Ella podrá estar conviviendo con aquel chico bueno llamado Luke, pero yo sé que Amanda sigue queriéndome. Puedo sentirlo cuando estoy con ella, sus piernas flaquean y sus ojos me dicen miles de cosas. No puede ocultármelo.

Visualicé a lo lejos, en el parque, un picnic algo así como nocturno. Una pareja estaba cantando, el chico tenía una guitarra y una hermosa voz femenina cantaba junto con el chico. Reconocí inmediatamente la voz de Amanda, y al acercarme más, pude notar que sí eran ellos. ¿Eso era una cita? Había pequeñas velas sobre el mantel y lucían felices. Jamás la había visto tan feliz. El pinchazo en mi pecho volvió, y eso hizo fruncir mi ceño. Amanda rió, y miró lentamente hacia mi dirección. Su sonrisa cayó y pude notar que Luke dejó de tocar su guitarra para verme también.

Me sentí avergonzado.

Lo único que pude hacer fue dejar mi regalo en el suelo e inmediatamente salí de ahí a pasos rápidos.

{ Amanda }

— Luces hermosa esta noche — dice Luke, empezando a tocar su guitarra una canción conocida.

— Tú luces genial, Luke — mordí mi labio con inocencia — Me gusta esa canción.

— Quiero que la cantes conmigo.

— Esta es la mejor cita de la vida — reí, y empecé a cantar junto con él.

La cita era maravillosa, no teníamos comida lujosa ni nada, solo era chatarra y la verdad era mejor así. Luke trajo su guitarra y fue una idea buena porque la diversión aumentaba mientras cantábamos canciones famosas. La vista del parque era increíble, el lugar olía a pasto fresco y era una sensación agradable mientras las luces mercuriales nos iluminaban. No quiero olvidar esto nunca.

Reí nerviosa, dejando mi vista a un lado. Al voltear, me encontré con alguien viéndonos. Era Harry. Nos miraba, y al verlo, me sentí mal. Y es que él no puede ver mi rostro; estoy fingiendo y mi corazón se está rompiendo porque no me siento del todo bien, pero solo puedo verlo y recordar como él era salvaje, tan frustrante e intoxicante conmigo. Me perdió por un error y ahora extraño nuestras peleas y gritos, pero eso no me hará correr a sus brazos. Me hubiera gustado que él luchara por mí, pero no le importé demasiado.

Dejó un regalo en el suelo y lo vi irse casi corriendo.

— Discúlpame Luke — le dije.

Me levanté del suelo y corrí hacia el regalo. Decía mi nombre, así que abrí la bolsa color rosa y saqué lo que contenía adentro. Era una camiseta blanca, y era de él. Lo reconocería en donde sea, él siempre las usaba y además mantenía su clásico olor que jamás pude exhalar en un abrazo. Jamás sabré que es estar en sus brazos y me da miedo admitir que lo necesito. Él me hace sentir mal, pero no hay manera en la que él no me haga perder la cabeza y ese sentimiento es algo fuerte. No se puede ir, por lo menos, no ahora.

Metí su camiseta dentro de la bolsa y miré el camino en el que él se fue. ¿Debería ir con él?



My Room, My Rules | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora