Palabras que poco significan cuando es demasiado tarde.
El tren estaba medio vacío, por lo tanto había un silencio cómodo. Podía pensar con tranquilidad, que es lo que he estado haciendo durante todo el camino. Miraba por la ventana, esperando llegar a mi destino. Iría al aeropuerto de Wisconsin, para ahí tomar un vuelo directo a Inglaterra, mi verdadero hogar por así decirlo. Así que una nueva bienvenida a mi viejo lugar me espera. Me voy a casa. Dejaré que toda la lluvia se lleve el dolor de ayer, sé que mi familia y amigos me esperarán y que han perdonado mis errores. Nunca es tarde para ser alguien nuevo, ¿cierto? Ya no quiero ser arrogante ni mucho menos amargado, aún soy joven, aún puedo hacer las cosas bien. No dejaré que mis errores me definan, quiero ser alguien verdadero, alguien que pueda ser amado, para así yo amar a pesar de todo.
Pasar mi tiempo en Kansas fue mejor de lo que esperaba. Fui en búsqueda de una experiencia que me dejara divertirme durante el trayecto. No solamente me divertí sino; sufrí, peleé, grité y amé a mi manera. Me arrepiento de muchas cosas, pero jamás de haber puesto un pie allá. Y lo más cómico de todo es que, me gustó cantar al fin de cuentas. La cosa que creí que odiaba, terminó por gustarme. Y me río en mi mente, pues jamás pensé que Música me gustaría.
Jamás acepté las reglas de Amanda. ¿Qué si hubiera puesto orden como ella tanto quería? Hubiera armonía entre nosotros. Y río nuevamente, negando con mi cabeza. Sus famosas reglas de respetar y mantener las cosas bajo orden no fueron cumplidas. Por eso ella tiene sus demonios y todos se parecen a mí, pero estoy seguro que el tiempo se tomará un dulce momento para borrarla de mis recuerdos. Merecemos un nuevo ciclo, y por el bien de nosotros, no podemos regresar.
Distancia, tiempo, ruptura, lucha, silencio, el tren corre por sus vías.
Y aquí es donde vuelvo a cuestionarme; ¿Qué hubiera pasado si hubiese sido amable con Amanda desde el principio? ¿Qué hubiera sido de nosotros?
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He llegado a la famosa "Ciudad Universitaria". Un día después, un poco tarde, lo sé. A simple vista se ve que es una buena escuela, y me sorprende de un estado tan desconocido como Kansas. En fin, solamente quería escapar de la realidad de Londres. Entré a Música, no me gustaba, pero era lo que había para mantenerme distraído. ¿Por qué? Porque estaba harto de las reglas de vivir correcto que tanto mis padres me repetían, por eso mismo también me vine a este país. Alejarme de mis padres era una buena opción, no quería que me hincharan los huevos con sus constantes regaños. Es mi vida, y la viviré a mi manera. No me importa desperdiciar el tiempo, quiero vivir una experiencia increíble.
Llegué al edifico 2, que era en el que estaba seleccionado. Fui a la recepción, donde vi a una anciana. ¿Ella sabría en dónde está mi departamento? Es compartido y no me hace mucha gracia.
— Soy, ¿el nuevo?, ¿podría darme mi llave, por favor? — mostré una sonrisa algo forzada. Ella sonrió y buscó en la computadora cuando le tendí mis papeleos. Luego, me dio las llaves.
— El número de su habitación está escrito en su llave. Bienvenido joven Styles — la señora vieja me anunció con una pequeña sonrisa.
— Gracias.
Miré mi llave. 126.
Al darme la vuelta, topé con un cuerpo. Supe que era una chica al momento de oír su grito afeminado. Todo fue tan rápido, pues al chocar con ella topé con su cuerpo y dejé caer su desayuno al suelo. Café tirado, donas pegadas en el suelo, fruta esparcida. Volví a mirarla, ella me miró. Su expresión en el rostro reflejaba asombro al ver sus cosas.
— ¡Fíjate por dónde vas, idiota! — me gritó y me miró — Tiraste mi desayuno — dijo, sus ojos estaban brillosos.
Tenía razón; debí fijarme. Por mi culpa había tirado su desayuno, así que le veo arrepentido.
— Lo siento tanto, en serio. Venía distraído, como verás, soy nuevo — le apunto mi maleta, su entrecejo fruncido se relaja y me mira de una manera neutra.
— No, yo lo siento — se disculpa — No debí gritarte, lo siento.
— No te preocupes. Si me disculpas, iré a buscar mi habitación seleccionada — le informé, ella asintió con una ligera sonrisa.
La chica era algo pequeña, tenía su cabellera larga muy bien peinada con dos coletas, la hacía ver de cierta forma adorable. Además, tenía un vestido de cuadros y zapatos blancos bien limpiados. Todo una chica ordenada, a simple vista lo podía notar.
— Y... ¿Qué departamento te tocó? — me preguntó con interés.
— Uhmm — miré mi llave nuevamente — 126.
Sus ojos se abren con sorpresa y una gran sonrisa aparece en su rostro. Me parece curioso verla así, y antes de que yo pudiera decir algo, ella se adelanta.
— ¡Ese es mi departamento! ¿Eres tú mi nuevo compañero? Qué casualidad, te he estado esperando por semanas. Bienvenido. — habla con emoción.
— Genial, por lo menos estoy con alguien conocido — sonreí, mostrando mis dientes.
Tal vez compartir departamento sea interesante.
— Tonto, nos acabamos de conocer — ríe, negando levemente con su cabeza — Venga, te llevo a nuestro departamento. ¡Y una disculpa, Margaret! Limpio eso en un momento — le anuncia a la señora recepcionista, ella asiente sin remedio.
La chica pequeña me lleva hacia los ascensores, ayudándome con mis maletas.
— Soy Amanda, un gusto. ¿Cómo te llamas tú? — me mira con una sonrisa amble, yo no puedo evitarlo y le sonrío de la misma manera. Qué buena bienvenida, estoy recibiendo esto con los brazos abiertos. Ambos entramos al ascensor, ella presionó el botón del piso seleccionado.
— Me llamo Harry Styles — sonrío de lado.
Ella asiente, sus mejillas no tardan en sonrojarse. Una vez llegando al piso, caminamos por un pasillo y luego llegamos a nuestro departamento. 126, decía en la puerta. Amanda introduce su llave y después entra, y me mira esperando a que haga lo mismo también. Lo hago y veo un lugar pequeño, pero se veía acogedor.
— ¿Te gusta? Es pequeño pero cabemos los dos — ríe un poco.
— Es genial — digo con sinceridad.
— Y por allá está nuestra habitación. Es una litera, pero te advierto que yo duermo en la parte de abajo — confirma, yo asiento, mirándola con diversión — Bueno Harry, espero llevarnos muy bien. Me has caído excelente, a pesar de que has tirado mi desayuno.
— Yo lo lamento — muerdo mi labio.
— No te preocupes, ya es cosa del pasado. Y bien, ¿en qué facultad estás?
— Uhmm estoy en Música, ¿y tú?
Una gran sonrisa vuelve a salir de sus labios.
— ¡Esto ya es el colmo, Harry! Yo también estoy ahí. Vaya, tenemos mucho en común, ¿no? — cruza sus brazos, mirándome con fascinación.
— Créeme que sí, hasta yo estoy sorprendido.
— Verás que nos divertiremos mucho este semestre juntos — dice Amanda con emoción, yo le miro — ¿Amigos?
— Amigos — ambos sonreímos.
Y eso hubiera pasado si hubiese sido amable desde el principio.
Sonreí, terminando de imaginar lo que hubiese pasado si tan solo... olvídenlo, pasó lo que tuvo que pasar.
Pero al menos puedo decir que tuvimos una triste y trágica aventura amorosa.
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My Room, My Rules | Harry Styles
Fanfiction❝Que quede muy claro; mi cuarto, mis reglas.❞ Copyright © 2016 osnapitzanie