Capitulo 30 El búho y el conejo.

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Comentarios de el autor:

Y regresamos a las actualizaciones. Como ya es costumbre me disculpo por la demora, entre chambas y demás pendientes no podía actualizar, pero las musas como que quieren regresar y ya ando poniéndome al corriente. Mi necedad en no abandonar esta novela es motivante y mas si me la recuerdan XD.

Gracias mil a todos mis fieles seguidores, entre ellos amigos muy queridos que, con su apoyo moral, ayuda en edición y oídos me animan a seguir adelante, ¡son geniales!. 

Esta vez quiero agradecer un mogollón a Cesavel y ShiRENJI que son de mis últimos lectores felices que me iluminaron mi día con sus preciosos comentarios y votos chulos. A veces las ocupaciones de el mundo real hacen que olvide un poco la novela y ver que aun la siguen con todo y mis demoras me pone muy feliz y es un plus que me ayuda a recordarla y no dejarla en el olvido. No se como agradecerle a mis lectores el que me apoyen moralmente con ese proyecto. Un abrazo a todos.

Los dejo ahora si con la novela =) .


Capítulo 30. El búho y el conejo.


Al verlo sintió un escalofrío. El cuerpo del conejo era pequeño y delgado. Probablemente era un chiquillo, incluso menor que Soto; pero esa máscara, y lo que le había dicho Laurel, lo tenían aterrado. Se quedó pasmado sosteniendo la cerradura, incapaz de poder cerrar la puerta. Se sintió como la primera vez que un policía lo regresó a su casa y, por ende, recibió una llamada de atención del sujeto y de sus propios padres. Sin embargo, esta vez era peor. Si esos sujetos eran asesinos, lo mejor era no relacionarse con ellos, pero el conejo estaba en su habitación y eso no era nada bueno, era una situación que esta vez no podría evadir.

-No te quedes ahí, Soto, entra por favor, necesitamos hablar.

El chico quedó más alarmado al escuchar esa voz, se oía distorsionada y extraña por la máscara pero logró reconocerla, confiaba en muy poca gente y por esa causa esos pocos elegidos merecían mayor atención de su parte.

Cerró la puerta lentamente y con movimientos pausados se sentó en la silla del escritorio, viendo fijamente al chico-conejo que observaba todas sus acciones.

-No... ¿No me digas que tú estás también involucrado con todo esto, Claudio?- Esto lo dijo visiblemente enojado y atemorizado.

El chico suspiró y se quitó la máscara al confirmar que la puerta tenía el pestillo puesto. Efectivamente, su primer amigo de la escuela era parte de esa misteriosa organización.

-¿A qué te refieres con "también"? Vengo a hacerte unas preguntas y resulta que sabes más de lo que supuestamente deberías saber.

-¡Ah! No estás en posición de preguntar, Claudio. Todo este tiempo no has querido ser mi amigo. Siempre fuiste un espía de las partes turbias del gobierno, pudiste seguir la charada si volvías a tu papel de perfecto alumno de Handherzn - Le contestó enojado, su miedo a los conejos podía irse al diablo en ese momento.

-Me temo que necesito que entiendas la importancia de las preguntas que estoy por hacerte. Soto, soy tu amigo, y es probable que se relacione con mi trabajo real pero créeme, en verdad me agradas.

-Es bueno escuchar eso de un asesino.

-No soy un asesino...- suspiró. -Tengo una poderosa razón por la que soy un conejo... y bueno, prefiero considerarme un espía de los animales de Cielo, tengo mis razones y son poderosas. No sabía que estuvieras tan al tanto de nosotros.

Sino en una cajita de metalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora