Capítulo II - "Esa chica es la que está mal"

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— Hay dos opciones por las cuales todo el mundo está mirándonos... Una: De verdad estoy malditamente sexy hoy, y mi intento por parecer una chica normal y fea de diecisiete no ha funcionado...

— ¿O? — Lauren me miró como si esa opción no contara para nada.

— Dime por favor que no tengo un maldito moco o voy a enloquecer. — Lauren rió fuertemente y negó con la cabeza. — Bien, entonces es la primera.

— Todos nos miran porque somos nuevas en un pueblo con tan solo dos mil habitantes. Todos se conocen con todos y a nosotras nadie nos conoce, ¿okey?

— Tú tienes tus teorías, yo tengo las mías. Podemos vivir en paz con eso.

Lauren sacudió la cabeza negando.

— Tenemos que ir a secretaría para que nos den nuestros horarios. — Asentí y comencé a caminar. Paré cuando ví a Lauren quedarse quieta viéndome. — ¿Acaso sabes dónde es?

Maldita sea.

Miré a mi alrededor. Entre los susurros y las miradas fijas me puse un poco nerviosa. Sí, yo Normani estaba malditamente nerviosa por estos idiotas adolescentes que no saben disimular nada de nada. Una chica pasó junto a mí y toqué su hombro, me miró fijamente y sonrió.

Espeluznante.

— Disculpa, ¿Sabes dónde está la secretaría? — Asintió con la cabeza.

— Entra a la escuela, sigue derecho hasta el final del pasillo, segunda puerta a la derecha. — Volvió a sonreír. Le agradecí y se fue. Miré a Lauren.

— Final del pasillo segunda puerta a la derecha. — Ella saltó de la emoción y me tomó del brazo mientras entraba siendo un rayo de sol a la escuela.

Dios, permite que su emoción se vaya mañana.

[•••]

Después de ir a la secretaría y revisar nuestros horarios, conseguimos un tour guiado por la secretaria. Nuestra primera clase era Biología.

Gracias Dios por hacer de mi mañana, un día mejor.

La secretaria tocó la puerta del aula e hizo una señal al profesor para que saliera un segundo.

— Señor Cowell, ellas son Lauren y Normani, son nuevas en el pueblo. Sus padres trabajan en las afueras, en la ciudad, y hoy es su primer día. Espero que no sea una molestia recibirlas un poco tarde. Estuve enseñándoles la escuela un poco.

— Esta bien, pero sepan que no soporto la impuntualidad.

El señor Cowell aparentaba unos cincuenta y tantos, formal y seguramente apuesto en su tiempo.

Llevaba un traje a cuadros color marrón y verde oscuro y una camisa negra. Completa y totalmente de moda. Pero vamos, que se yo de moda. Aunque la mirada de Lauren era la misma que yo, supuse que estaba pensando lo mismo. Parecía un tanto antiguo, del tipo "No impuntualidad, trabajos a tiempo, no copiar en las pruebas." Ya podía oír su voz diciendo " SEÑORITA HAMILTON, NO PUEDE DORMIR EN CLASE. A DETENCIÓN. "

Sip, eso pasaría.

Entramos al aula junto al profesor y el miró fijamente a la clase, mientras la clase miraba directo hacia nosotras, yo.. Bueno, yo veía la pared.

Hola pared, vieja amiga... ¿Acaso eso es un chicle pegado allí?

— Clase. — Me sobresalté ante su potente voz y desvíe la mirada a él. — Ellas son las nuevas alumnas y nuevas en la ciudad. Las señoritas... — Él nos miró y yo reaccioné después de parpadear un par de veces.

No digas que no te lo advertí. » NorminahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora