- Maldita sea Normani, si fuera hombre probablemente tendría que estar calmando una erección en este momento. Te ves muy sexy. Te violaría. Es más, creo que ya me excite.
No pude evitar soltar una carcajada.
- ¿Debo decir gracias?
- No debes agradecer, es la verdad. No sé por qué no te vistes así más seguido, le causarías un infarto a más de uno.
No sabía si Lauren estaba halagándome porque de verdad estaba linda o porque era mi mejor amiga y tenía que hacerme cumplidos.
Tenía un jean ajustado hasta tal punto que prácticamente no podía respirar, una blusa blanca que dejaba a la vista mi abdomen, una camisa de cuadros amarrada en la cintura y una chaqueta amarilla. Como era una fiesta en un bosque, tomé unas botas cortas negras que me hacían un poco más alta, pero no tanto.
- ¿Estas segura de ponerte tacones? - Lauren se había parado en frente del espejo de mi habitación, tomó mi perfume y se lo puso en el cuello.
Llevaba un vestido de color blanco suelto que igual marcaba su figura y unos tacones negros que hacían sus piernas diez veces más largas.
- El glamour se encuentra en todos lados mi querida Normani, el bosque no es un límite. - Rodé los ojos.
Lo más probable era que ella cayera en el barro y yo ensuciara mi trasero para sacarla de allí.
- Como digas. ¿Mila te dijo a qué hora venía por nosotras?
- No, pero si me dijo que nos iremos de la fiesta antes de medianoche.
- Cosa que no va a pasar.
- Claramente no. - Ambas nos reímos y sentimos como el timbre sonaba.
Tomamos nuestras cosas y bajamos. Ally y Camila nos esperaban paradas la una junto a la otra. Lauren se dirigió directamente a Camila para besar sus labios. Puse mis manos en los bolsillos traseros de mi pantalón y me acerqué a Ally. Dios, tenía mucha vergüenza por lo que le había dicho hoy en la tarde.
- Te ves preciosa.
Estúpida amabilidad, que no entienden el efecto que causan esas palabras en las mujeres.
- Gracias. Te ves linda. - Y era verdad. Maldición que sí lo estaba.
Traía unos jeans ajustados en sus tobillos color negro y llevaba una blusa que dejaba ver sus hombros con mangas. Zapatillas de tacón negras no muy altas y tenía su cabello perfectamente liso. Todo eso y su deslumbrante sonrisa la convertían en una chica por la cual voltearías a ver en la calle. Era guapísima, y no había forma de contradecirlo.
- ¿Vamos? - Asentí con la cabeza y ella rodeo mis hombros con uno de sus brazos para conducirme hasta el auto.
Camila estaba callada. Pero no callada como siempre: Tímida. Estaba callada rara. Callada enojada. Callada irritada. Y por la manera que veía a Lauren, y Lauren la veía a ella imaginé que había problemas en el paraíso.
- Camila no quiere que vayan a la fiesta. Sinceramente no es un ambiente agradable para ustedes. - Me giré a ver a Ally que me susurraba. Estaba sentada junto a mí en el asiento trasero del auto de Camila.
- ¿Por qué? - Volví a susurrar. - ¿Qué hay? ¿Drogas? ¿Alcohol? ¿Desnudos inminentes? No creo que nada sea tan malo como para ponerse así.
- Créeme. No es nada de lo que te imaginas.
Okay. Creo que esta es la parte de la película en que me asusto... ¿Que seguía? Ah sí, el asesinato.
Luego de dar vueltas y vueltas por la carretera, encontramos el camino para entrar por el bosque hacia la fiesta. Lauren estaba más enojada con Camila ahora, porque la acusaba de haber alargado el camino para que no llegáramos a la fiesta. Y por supuesto que yo pensaba lo mismo.
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No digas que no te lo advertí. » Norminah
FanfictionADAPTACIÓN. Esta historia no es mía. Créditos a quién corresponda.