Capítulo LI - "Normani, no enloquezcas".

183 25 5
                                    

N/A: No se olviden de votar y comentar muchoooo, nos leemos pronto.
________________________________

Toda esta previa me estaba matando de a poco. El estómago cada vez se me achicaba más y más y rogaba que no terminara vomitando en el piso de la sala de los Lawrence, en frente de ellos. Sería lo último que me faltaba.

— Hablaré con ella primero. — Les susurró Dinah, mientras ninguno despegaba su mirada de mí. Luego de unos segundos, en los que todos se quedaron estáticos en sus lugares, incluso yo, Gordon y Milika se pararon y comenzaron a caminar hacia afuera. Todos los siguieron, uno atrás del otro. Pero esta vez, ni siquiera Drew pudo verme a los ojos mientras salía por la puerta y la cerraba. — Normani, no enloquezcas. — Fue lo primero que me dijo Dinah, mientras lanzaba mi bolso a alguna esquina del cuarto, ni siquiera estaba segura si había roto algo o si había aterrizado sobre el suelo. Caminé con rapidez y me puse frente a ella, que me había seguido con la mirada por cada paso que había dado.

— ¿¡Que no enloquezca!? ¡PERDISTE EL DERECHO DE PEDIRME ESO EN EL MOMENTO EN QUE TODOS ME MIRARON COMO SI ALGUIEN HUBIESE MUERTO! — Dinah no respondió, y de repente se me hizo un nudo en la garganta, incluso más grande que la masa que invadía mi estómago, y mi vista se nublo. Me senté en el sofá junto a ella de repente y apoyé mis manos temblorosas sobre mis rodillas. — ¿Es Mila? Dímelo. Puedo soportarlo. — Dinah tomó una de mis manos con las suyas y sentí su mirada sobre la parte derecha de mi rostro.

— ¿Qué? ¡No! Te juro que Camila está bien. — De pronto sentí que volvía a respirar y junté las cejas mientras lo veía.

— Pero acabo de ver a Lauren roncando en su cuarto. — Negó con la cabeza.

— Nadie se murió, Manz. — Tragó saliva y me acomodé sobre el sofá para verla directamente a los ojos.

— Dime qué está pasando. Ahora mismo Dinah. — Por un segundo, mi propia voz retumbó en mis oídos, y me di cuenta que había sonado igual que Milika cuando Zayn hacía alguna de las suyas. Dinah se acomodó en el sofá al igual que yo y me miró a los ojos por unos cuantos segundos que duraron una eternidad. Acarició mi mejilla con uno de sus dedos, y dejó caer la mano sobre mi pierna.

— No he sido completamente honesta contigo. — Sentí que mi rostro se arrugaba de a poco. Lamió sus labios y volvió a acomodarse en el sofá. La palabra 'nerviosa', quedaba corta si me refería a cómo se encontraba Dinah en este momento. — ¿Recuerdas que hace mucho tiempo, tú me preguntaste sobre los vampiros, y yo te dije que la verdad, era que no sabíamos mucho de su origen? — Asentí con la cabeza, para que supiera que recordaba a la perfección ese día. Me había obligado a bailar con ella sin música. Sonreí interiormente. — Te mentí. — Mis cejas se juntaron aún más y al notarlo, se apresuró a hablar. — Te mentí porque no sabía si podía confiar en ti. Y luego, cuando me di cuenta de que sí podía contarte lo que sea, omití ese tema. No sé por qué, sólo lo hice. Pero ahora... Tú necesitas saberlo todo. — No estaba enojada. Tal vez un poco confundida. Confiaba en que ella había tenido sus razones en el pasado, pero si iba a contármelo ahora, no tenía por qué causar una escena que era claramente innecesaria. Tampoco quería crear una pelea cuando Dinah parecía tan nerviosa. — Sabes que siempre bromeamos sobre que somos los hijos perdidos del diablo, y que cuando muera y me convierta en cenizas iré al infierno... — Asentí con la cabeza otra vez. No sabía qué responder con exactitud. — La verdad, es que no somos hijos del diablo. Es, más bien, nuestro abuelo.

¿QUÉ?

— ¿QUÉ? — Mi cabeza empezó a dar un millón de vueltas y no pudo evitar recrear la imagen de Dinah disfrazada de diablo hacía unas cuantas noches, en la fiesta de Halloween.

No digas que no te lo advertí. » NorminahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora