Capítulo XXIII - ¿Por qué no me dijiste que te ibas?"

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Cerré mi casillero y suspiré. Qué dura era mi vida. Estaba bastante confundida, pero al menos, no tanto como las noches del sábado y el viernes. Esas si habían sido un completo desastre.

Entonces Dinah y su familia eran vampiros y tenían poderes, pero no esos de volar, poderes raros, que no sabían de donde los sacaba. Ally y Camila eran mujeres lobo. No había hablado con ninguna de las dos así que ese tema no estaba aclarado, aunque no tenía ganas de aclararlo ahora también, ya tenía demasiado con el nudo en mi cabeza, prefería procesar esto primero y después hablar con Ally o Camila para aclarar todo. Y además, Dinah me había mirado tan fijo y me había hecho sonrojar tanto que no le había preguntado sobre el ataque del bosque, el cual supuse que había sido un cazador, por lo que Dinah le había dicho a Camila. Tampoco le había preguntado qué había sucedido con el chico que había muerto en el bosque la noche de la fiesta. Pero pensar en eso solo me daba más dolor de cabeza, así que metí todo en una carpeta mental y lo puse en un cajón que tenía un cartel que decía 'Preguntar luego'.

Lauren había desaparecido buscando a Camila porque hoy no nos había traído a la escuela por... No recuerdo que excusa. Pero sabía que todas íbamos a vernos porque biología era la primer clase del día. Y no sólo estarían Camila y Lauren, también iba a estar Dinah. Lo cual me ponía muy nerviosa e incómoda, sin contar la inseguridad que sentía. No sabía si debía hablarle o hacer como las demás clases en que ella se hacía la desinteresada. No sabía si ella quería hablarme después de haberla obligado a saltar por la ventana. No sabía nada. Era tan estúpida que me ponía de los nervios y me daban ganas de tirar de mi cabello por la exasperación que sentía en esos momentos.

La campana me despertó haciendo que sacara mi espalda del casillero y caminara hasta el aula de biología.

¿Sería muy incómodo entrar y ver a Dinah allí? No Normani, no. Tú sabes de ella y ella sabe de ti. Compórtate como si nada hubiera pasado, ¿Sí? Como si ella no hubiese estado a punto de besarte pero no pudo, porque la entrometida de tu mejor amiga entró por la puerta.

Despejé las imágenes de los labios de Dinah acercándose a los míos. Y también su majestuoso rostro tan cerca del mío que podría haber jurado que no tenía una maldita imperfección.

Seguí caminando a medida que notaba como los pasillos se iban vaciando de gente. No había ningún rastro de Lauren o de Camila, tampoco de Dinah, pero imaginaba que ella ya estaba dentro del aula, como siempre.

Doblé la esquina de un pasillo y divisé a la perfección la puerta de biología. Algunas personas entraban mientras hablaban y actuaban como adolescentes, y otras venían por los pasillos para amontonarse en la puerta.

Respiré profundo y me llené de valor para poder entrar a la maldita aula. Ni siquiera sabía por qué estaba tan nerviosa. Ni siquiera sabía si Dinah iba a estar allí.

Con mi ceño fruncido, me metí a la fila de adolescentes llenos de acné que me miraban como si fuera un extraterrestre mientras intentaba entrar al aula sin ser atacada por sus miradas.

Por supuesto que Dinah estaba allí. Y por supuesto que no estaba mirándome. Y por supuesto que estaba dibujando.

¿Habrá tenido otra visión? Ay por Dios Normani, ya estás hablando como si fueras una experta en el tema y ni siquiera sabes tu nombre.

Caminé hasta nuestra mesa y me senté a su lado, sin querer interrumpirla.

- Hola. - Yo no era ninguna maleducada. Bueno, nunca me habían educado, pero sabía lo que era ser cortés, así que haber saludado había sido mi mejor logro en el día.

Dinah levantó su vista de su cuaderno, me miró, asintió con la cabeza y sus ojos volvieron a quedar fijos en sus dibujos.

¿En serio? ¿Esto era en serio? ¿O estaba bromeando?

No digas que no te lo advertí. » NorminahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora