Capítulo XLII - "Es una ley, los vampiros deben ser jodidamente candentes."

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— ¿Estás segura? —  Le pregunté como por décima vez. Lauren respiró irritada.

— Sí, estoy segura. La llamé más de veinte veces pero no me contesta y tampoco fue a la escuela. Así que no sé en dónde está. — Seguí caminando en círculos en el patio delantero de los Lawrence mientras Drew me observaba con los brazos cruzados. Tomé mi frente y la froté esperando poder disipar mis pensamientos y preocupaciones. — Pero no te preocupes, ya ha hecho esto unas cuantas veces, las primeras me preocupé al igual que tú, pero luego ella me explicó que de vez en cuando se va a visitar a su tía enferma en no sé dónde, y que no me avisa porque siempre surge de imprevisto. — ¿En serio Lauren se creía la historia de la tía enferma, o sabía hacerse muy bien la tonta? — Llama a su madre, si no me crees.

— Sí confío en ti, es sólo que me parece tan extraño que... Haya desaparecido así... — Claro que me parecía raro porque yo en realidad sabía en dónde estaba. Aunque no confiaba en Mason, y como Dinah había dicho, tal vez era una trampa para que le demos lo que quería. Y ni siquiera sabía qué era eso.

— Oye, yo soy la novia. Déjame preocuparme a mí, ¿de acuerdo? Si logro hablar con ella le diré que te volviste completamente loca buscándola y me aseguraré de que te llame a pesar de que sea la última cosa que se le ocurra hacer. — Me quedé quieta en mi lugar y miré al cielo, que estaba más nublado de lo normal. Temblé por el frío y un rayito de luz que se escapaba entre las nubes me iluminó a mí sola, como si Dios estuviera llamándome. Le sonreí a Drew que ahora estaba sentado mirando al cielo.

— De acuerdo.

— Cambiando de tema, ¿con quién irás a la fiesta de Halloween?

¿En serio Lauren? ¿En serio?

— ¿Qué fiesta de Halloween? — Fruncí mis cejas sin poder creerlo.

— La que organiza la escuela. ¡OH POR DIOS! — Gritó y tuve que alejar el teléfono de mi oreja para no aturdirme, aunque fue imposible. — ¡TENEMOS QUE CONSEGUIR DISFRACES! ¿Qué tal enfermera y sirvienta?

— Adiós Lauren. — Sonreí mientras rodaba los ojos.

— Pero... — Le corté antes de que siquiera pudiera poner alguna estúpida excusa y caminé hasta Drew, mientras el pequeño rayo de luz me seguía.

Obviamente desapareció cuando me senté junto a él.

— Lauren no sabe en dónde está Camila. — Drew miró al horizonte y tiró el aire que tenía dentro de sus pulmones mientras una nube blanca se formaba por el frío que estaba comenzando a hacer. — ¿Podrías dejar de hacer que hiele jodidamente tanto?

— Puedo controlar los elementos, no el frío. — Me acerqué un poco más a él para mantener el calor. — Una cosa es correr o hacer que aparezca una nube, que es agua en estado gaseoso, y otra cosa completamente diferente es el frío. O el calor. Hago lo que puedo. — Suspiré cansada conmigo misma.

— Lo sé, es sólo que... No puedo evitar pensar que todo esto es culpa mía. — Observé cómo Drew juntaba sus cejas, confundido. — Mason me atacó a mí en el bosque, y quería matarme a mí. Tal vez si lo hubiera hecho nos hubiese dejado en paz a todos.

— O sea, que todo esto es tu culpa porque no querías que te matarán... ¡Eres tan mala persona Normani Hamilton! — Sonreí y golpeé a Drew en el hombro. — Vamos adentro antes de que te congeles. La calefacción si puedo controlarla. — Rodé los ojos.

— Ja, ja. Qué gracioso. — Nos levantamos y entramos a la casa, en donde una repentina brisa de aire cálido me golpeó la piel y me hizo tener escalofríos. — Esto es mucho mejor. — Caminé con Drew hasta la cocina, en donde Zayn y Liam comían cereal y Milika limpiaba unos platos con mucha energía. — ¿Y cómo está? — Ella ni siquiera se volteó a verme. Parecía tan nerviosa que me ponía a mí igual.

No digas que no te lo advertí. » NorminahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora