Capítulo VIII - "Bésala cuando termine la cita."

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- ¿Qué tal esto? - Saqué mi vista de mi libro de matemáticas y miré la ropa que Lauren me estaba mostrando. Asentí cansada y ella negó con la cabeza.

- No, es demasiado formal. Lo odio. Ni siquiera sé por qué lo compré. - Volvió a meterse en su habitación mientras maldecía en voz alta y yo apoyaba mi cabeza en el respaldo del sillón, suspirando.

Era sábado y yo estaba haciendo el bendito trabajo que me habían mandado a hacer, que era más fácil de lo que pensaba, y además, Camila Cabello, la linda chica de ojos marrones, no había tenido mejor idea que invitar a Lauren a una cita ayer, lo cuál significó que yo no dormí hasta las tres de la mañana, cuando ella seguía hablando de lo asombrosa que era. Ahora en este momento, ella estaba vaciando todo su armario, y estaba segura que después seguiría con el mío, buscando el atuendo perfecto para la cita con Camila.

- ¿Qué dices de esto? - Me mostró unos jeans azules ajustados junto con una blusa negra y negué con la cabeza.

- Eso es más para salir a bailar, Laur. Un vestido casual sería perfecto. - Ella corrió a su habitación nuevamente y sólo escuche ruidos de tacones volando por todas partes. Suspiré y volví a concentrarme en el trabajo que estaba delante de mí.

- Creo que esto es lo indicado. - Subí mis ojos y le sonreí. Llevaba un vestido de color rojo, poco arriba de las rodillas que remarcaba a la perfección su figura. Tenía sus habituales tacones altos de color negro y su sonrisa era estúpida y dudosa al mismo tiempo.

- Estás hermosa. - Hablé parándome. - Camila va a desmayarse cuando te vea. - Ella rió y me abrazó.

- Estoy tan feliz. No puedo creer que una chica tan linda me haya invitado a salir. - Pegó pequeños saltos en el aire y yo la acompañé.

Porque amaba saltar y estaba emocionada por ella.

- Vamos a peinarte. - Ella asintió y caminamos al baño. Tomé una la plancha y comenze a alaciar su largo cabello para luego hacerle unas ondas y se viera completamente natural.

- Estoy tan nerviosa. Ni siquiera sé que tengo que decir. - Retorcía las manos en su regazo. - No quiero mentirle sobre nosotras, pero tampoco puedo decirle la verdad.

- Entonces evita el tema lo más que puedas Laur, habla de ella o de la escuela, pero no digas una palabra sobre tu pasado. Cuéntale de tus gustos, de tus preferencias, qué es lo que quieres estudiar, ese tipo de cosas. - Ella asintió y yo tomé el último mechón de su pelo con el cual terminaba su alaciado.

- ¿Crees que deba besarla? - Mordió su labio y yo solté una carcajada mientras tomaba un mechón y comenzaba a hacer las ondas.

- No creo que Camila te lo pida, porque ella es Mr. Perfecta y tú lo sabes. Tal vez tengas que esperar a la segunda cita.

- Pero no quiero esperar a la próxima cita, quiero besarla.

- Entonces hazlo y deja de preguntarme si deberías. - Terminé con su cabello y la miré a través del espejo. Maquillaje, peinado y vestimenta perfectos.

Era oficial, mi mejor amiga estaba hermosa.

- Estás preciosa. - Ella sonrió y me abrazó. El timbre sonó y se separó de mí.

- Ay Dios, ya llegó. Hazla pasar, todavía no estoy lista. - Me gritó mientras corría hacia su habitación. Rode los ojos y tomé una chaqueta, porque estaba en pijama y no tenía ganas de que los vecinos me vieran raro.

Baje en pantuflas hasta la puerta principal del edificio y le abrí la puerta a Camila. Se veía tan linda nerviosa.

- Hola. - Ella me sonrió y noté que llevaba una flor en su mano. No pude evitar derretirme ante el gesto.

No digas que no te lo advertí. » NorminahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora