Capítulo V - "¿¡HERMANOS!?"

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En la hora del almuerzo me senté junto a Lauren que seguía indignada con todo el escándalo de Camila.

- Supéralo de una vez, Laur. - Dije tomando un poco de mi espagueti.

Hey, la comida de la escuela no es tan mala. Es eso, o que de verdad tengo problemas con la comida.

- Piensa que te hice un favor. - Le dije con la comida en mi boca, ella me miró mal.

- ¿Qué clase de favor es gritar, no sólo frente a ella, sino también en el pasillo donde la mitad de la población estudiantil estaba presente, que me gusta su trasero? - Dijo completa y totalmente histérica.

Bueno, si lo pones de esa manera, soy una pésima mejor amiga.

- Tú nunca ibas a animarte a decirle que te gustaba. -Tragué la pasta en mi boca. - Así que, para el futuro ella no tendrá que hacerse la maldita pregunta que hace que cualquier chica dude antes de invitarte a salir. - Hice una pausa dramática y ella alzó una ceja.

Odio cuando la gente hace eso, yo no puedo hacer eso. Maldita sea.

Rodé los ojos ante su gesto y hablé.

- "¿Y si no le gusto y me rechaza?" - Imité a la perfección la voz de Camila y Lauren rió.

- Está bien, eso es cierto, tienes razón.

¿Cuándo no la tengo?

Asintió dándome la razón, yo metí un bocado de pasta en mi boca como premio ante esas palabras.

- ¿Pero y si yo no le gusto? ¿Y si se asusta con lo que pasó y piensa que soy una maniática que quiere acosarla? - Su tono de verdad mostraba angustia, y la manera en que revolvía su comida me confirmo lo que pensaba.

- Mira Lauren... - Dije deteniéndome a mirarla y tragando mi espagueti. - Eres bonita, eres simpática, tal vez un poco gritona y de acuerdo, no eres perfecta, pero nadie lo es. - Ella me sonrió. - Cualquier chico o chica tendría suerte de tenerte y no lo digo porque soy tu mejor amiga, estoy hablando en serio. Y si esa chica linda no ve lo que yo veo y un millón de personas también ven, pues entonces es una imbécil. - Ella tocó su pecho y abanicó su rostro como si estuviera a punto de llorar, luego toco mi hombro y supuse que las palabras bonitas venían para mí ahora.

- Diría lo mismo de ti, pero tienes salsa en la barbilla. - Sonrió como si lo que hubiera dicho hubiese sido tierno y sacó su mano de mi hombro.

Uno desperdicia saliva en palabras bonitas para hacer sentir bien al otro, y ellos sólo te entregan su desprecio.

Rodé los ojos y tomé una servilleta de papel para limpiar mi cara.

Una chica delgada caminó hacia nuestra dirección mientras saludaba con una mano a Lauren y sostenía una bandeja con comida en la otra. Llevaba unas vans, un Jeans color negro y una remera roja, junto a su cabello perfectamente lacio.

- Hola, Lo. - Saludó alegremente y se sentó en una silla. Sus ojos eran de un color café claro y su cabello era castaño. Muy bonita a decir verdad.

¿Es que acaso todas las chicas y los chicos eran así en este pueblo? ¿Por qué no pueden repartirse alrededor del mundo para hacer de éste algo más bello? Que injusticia.

- Lucy. - Habló Lauren. - Ella es mi hermana Normani, Mani, ella es Lucía Vives, se sienta conmigo en Historia. - Estreché su mano y sonreí.

- Un placer. - Dijo.- Espero que no te moleste que me siente aquí, mi novia Vero estaba enferma hoy y no vino a clases. Y como tú hermana es tan buena me ofreció sentarme aquí.

No digas que no te lo advertí. » NorminahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora