Orígenes

Capítulo Lucas: 9.

Capítulo Lucas: 9.

Aquí continúa el capítulo ocho.

Subí las escaleras de emergencia del edificio donde vivía Sofía y para mi suerte su ventana estaba abierta como la dejaba Fredy cada vez que me iba de casa temprano. Observé mi celular y busqué el sistema GPS, desde esta distancia podía ver donde se encontraba Liam. Y me alegraba saber que estaba en casa.

Caí de pie en la sala cerrando la ventana por precaución y cargué mi arma metiéndola en mi espalda y guardándome el móvil.

Había silencio, y el corazón se me disparó cuando vi juguetes regados por el piso. Sofía tenía el piso con cosas nuevas, estaba limpio y me siento bien de poder ver que han vivido bien después de todo.

La puerta de una de las habitaciones sonó y quise esconderme, pero probablemente sea Sofía. Así que me senté descansando en el sofá, todo el viaje no pude cerrar los ojos pensando en que alguien puede hacerle daño a Sofía y mi hijo, no podía no hacerme mentes cuando se trataba de Rob.

— ¡Si haces algo verás lo que puedo...!

Me levanté del sofá cuando una voz masculina salió del pasillo y me llevé la mano detrás del cinturón cogiendo el arma. Fruncí el ceño cuando me miró de forma asustada, era moreno y su pelo era negro.

—Sofía...—Llama calmadamente.

Sin confiarme demasiado mi alerta se enciende fulminándole con la mirada, ¿Quién coño es este?

— ¿Qué sucede, Edgar? —La voz de Sofía solo me calma una pizca, pero aún lo sigo mirando mal.

Hasta que Sofía se queda a su lado observándome perpleja, corro la mirada a ella y suspiro un poco. Ella parece entenderlo demasiado rápido porque estaba preparada para recibirme.

—Entonces si venías. —Dice en un susurro.

Suelto un suspiro largo.

—Nunca te miento, al menos no a ti. —Sonrío cansado abriendo mis brazos.

Ella corre a ellos con los ojos llenos de agua hacia mí, cuando la estrecho contra mi pecho inhalo su aroma familiar que hacía un tiempo que no lo aspiraba. Beso su sien y la abrazo fuerte, demostrándole que la he extrañado como nada.

—Te he extrañado tanto, Lucas. —Susurra para que nadie escuche, y sé que se refiere a mi nombre. Le cojo la cara con ambas manos.

—También yo, nena. —Beso su boca sintiéndola, acariciándola con mis labios.

Me abraza de nuevo y soy capaz de besar su pelo antes de preguntarle en su oído.

— ¿Quién coño es?

Se separa nerviosa y me mira antes de separarse no demasiado y señalarlo.

—Él es Edgar, suele cuidar a Landon cuando voy a trabajar y a clases. —Me explica cogiéndose las manos detrás de su cuerpo, observo a Edgar de pie a cabeza que me sonríe nervioso y me planteo investigarlo luego.

—Entonces... ¿Puedo irme? —Edgar dijo más nervioso que antes, se retorció en su puesto estirando a coger su chaqueta.

—Sí, muchas gracias por cuidar de él Edgar. —Sofía se acerca hasta él besándole la mejilla sonriente, le abre la puerta.

—No hay de qué, nos vemos. —Y no tarda en irse.

Me cruzo de brazos observando a Sofía sin moverme de donde estaba.

—Ahora, ¿Quién es él y de donde le conoces? —Ataco.

Suspira sonriendo y volviéndose acercar.