Capítulo Lucas: 10.

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Capítulo Lucas: 10.

Desde entonces, han pasado dos días desde que me vine a Seattle de nuevo. La muerte de Sofía ha impactado a todo el que solía estar cerca, Edgar se encargó de todo su funeral y ha tenido una muerte mejor que la que le dieron. Yo he estado en el motel estos dos días aun viendo a Liam por mi teléfono sin ser capaz de salir, estaba más asustado que cualquier otra cosa.

—Ma...ma. —Balbuceo Landon con la maraca en sus manos, lleve mis manos a mi pelo colocando mis codos en las rodillas. Sí bebé, yo te he quitado a tu mamá.

Me limpio la cara y observo el celular con el punto que marcaba el nombre de Liam, estaba en su departamento y el detector de movimientos me decía que había dos personas dentro. Debe ser la monja.

Cogí las cosas de Landon en mi mochila y lo cargué, no era el mejor ambiente quedarnos donde estábamos. Debería darle una mejor vida si quería cuidar de Liam, sí que nadie supiera donde lo dejé.

No le daré la misma vida que yo tuve, o Liam. Eso no.

Subí a mi coche cuando llegué al estacionamiento con mi capucha puesta, dejé a Landon en el portabebés del asiento trasero y conduje por las calles.

Me aseguré de dejar el coche un poco alejado del edificio donde Liam se alojaba y jugué con Landon mientras esperaba por la monja. Debía buscarle un nuevo hogar a Landon, ¿Qué mejor que una iglesia y una persona de confianza que puede cuidar muy bien de él como lo hizo con nosotros? Mi hijo no se merecía vivir la vida que yo tuve, o Liam, él vino a este mundo a ser mejor que cualquiera y no ganarse enemigos. Tuvo una buena madre, tendrá un buen padre y si es posible en un futuro tendrá un buen tío.

Paso mis manos por mi cara apartando las lágrimas de rabia que bajaban por mi rostro, dejo de Landon en mis piernas juegue con el claxon del coche hasta que unos momento después veo a la monja salir y hacer su camino al lado derecho de la acera.

Enciendo el coche y pongo a Landon de nuevo en su puesto, voy a darte algo mejor hijo.

La monja caminaba solitaria sonriéndole a todo el mundo que pasaba por su lado, cuando cruzo la calle vi el momento justo para llegarle. Así que giré el coche y anduve lentamente hasta que me detuve a su lado abriéndole la puerta antes de que pasara de largo.

—Perdone, tenga más cuidado. —Habla antes de agacharse y mirarme, su mirada casi se salió de su rostro cuando me observó fijamente. Por un momento pensé que iba a desmayarse pero se mantuvo observándome de pie a cabeza, como que si yo fuera un fantasma cualquiera.

Y en realidad lo era.

—Tenemos mucho de que hablar. —Digo, y señalo el puesto del conductor.

~*~

Landon jugaba en las piernas de la monja alias la virgencita cuando tomamos en asiento en el parque menos poblado de Seattle. Le entrego su juguete favorito, que suele ser una pelota de básquet, le sonrió cuando me coge la mano en vez de la pelota.

—No sabes el infierno que Liam está pasando, Lucas. —Es la primera en romper el silencio.

—Yo lo sé, créeme. Pero no puedo dejar que sepa que estoy vivo, eso le destruiría más. —Le digo dejando de jugar con Landon y viendo el césped de aquél parque.

—Solo porque dejaste que el tiempo pasara, tal vez él lo entendería.

—Tú eres la que no entiende. —Me reclino colocando mis codos en mis rodillas. —Liam está en peligro como yo y ese bebé, gente mala está detrás de mí arrebatándome mi felicidad de a poco. Nos odian, a mí y a Liam.

La monja se acomoda a Landon en las piernas cuando este se lleva el dedo a la boca como suele hacerlo.

— ¿Por qué?

Suspiro.

—Yo... —Cierro mis ojos. —Yo descubrí todo los secretos de esa familia, es decir, no sabes el poder que tienen y la maldad que les rodea. Te sorprenderías. Ellos se sienten amenazados porque yo lo sé, y puedo hacer con eso muchas cosas según mis habilidades. Robert es un hombre peligroso, y si no me equivoco fue el jefe de mi padre hace un tiempo.

>>—Temo por Liam, es la única familia aparte de este bebé que es lo que me queda. Pensé que no dañaría a más nadie, Sofía, su madre, tenía un hermano que me ayudó a recuperarme y solo por contarle mi secreto lo asesinó y violaron a Sofía. Es peor de lo que se ve.

—Jesús. —Exclama cerrando sus ojos, con mi hijo casi dormido en sus brazos.

—Sofía murió hace dos días, pensé que si estaría con ella no le pasaría nada pero me equivoqué completamente. Estaba cuidando de Liam cuando la mataron, es imposible cuidar a tantas personas a la vez cuando temes por la única que te queda en el mundo. —Me ahogo. —Si vuelvo con Liam tendríamos que estar escapando, y no es lo que quiero para él. No quiero herirlo, no quiero que lo asesinen por mi culpa. Es lo único que me queda.

La monja pasó una mano por mi espalda.

—Liam es lo único que me queda. —Digo, estiro la mano hasta el pequeño Landon y paso mis dedos por su carita. —Y tú bebé, son lo único.

La monja suspiró.

—Te comprendo, pero no sé cómo puedo ayudarte. —Dice mirándome.

—Sí, eso pensé que preguntarías. —Asiento. —Tú eres mayor, y a parte de trabajar en la iglesia tienes especialidad con los niños. —Balbuceo ahogado por lo que estaba a punto de hacer. —Quiero que te quedes un tiempo con él mientras alejo el peligro a otro lado. No le faltará nada, prometo que estaré pendiente de ustedes como de Liam. Pero necesito ayuda.

Ella asiente.

—Yo puedo hacerlo, voy ayudarte. —Sonrío observando la cara de mi hijo. —Lo estás dejando en buenas manos Lucas.

No evito soltar una lágrima pensando en todo lo que ha pasado últimamente y en lo que ahora estaba quedando mi hijo. Sin padres. Como yo.

—Muchas gracias. —Murmuro y dejo un beso en la manito de mi hijo. —Y, en cuanto a Liam...

—No le diré nada, lo prometo. —Sonrío, y me da un apretón de manos.

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OrígenesWhere stories live. Discover now