One-Shots

Es Mía [Tsukiyama Shuu]

Tsukiyama tenía los ojos puestos en un libro en particular, buscaba algún libro nuevo que no haya podido leer ¿Qué mejor lugar que una biblioteca pública? Examinó varios libros encontrando casi todos los que había leído ya.

Un particular olor llegó a sus fosas nasales, era un olor dulce, como a frutillas. Siguió aquel dulce olor llegando hacia el fondo de la biblioteca, en donde una joven de cabellos (C/C) trataba de alcanzar un libro. Tsukiyama se relamió los labios, era ella quien olía tan delicioso.

El hombre de cabellos púrpura se acercó para alcanzar el libro y ofrecerlo a la muchacha.

La chica lo observó con sus grandes y brillantes ojos (C/O), con una mirada tímida.

— G-Gracias — Agradeció ella tomando el libro y haciendo una ligera reverencia.

El toque de sus suaves manos despertó el hambre en el más alto.

— Parece un libro interesante — Habló Tsukiyama mirando el título

— L-La verdad ya es la quinta vez que lo leo y es muy bueno — Dijo la joven tímidamente rascando su mejilla.

— ¿Puedo saber tu nombre? — Preguntó el varón observándola con una sonrisa.

— (T/N), (T/A) (T/N) — Se presentó la chica haciendo una leve reverencia.

— Yo soy Tsukiyama Shuu — Se presentó él tomando la mano de la chica y depositando su suave beso en el dorso de esta, acto que provocó a la muchacha un leve sonrojo.

El fuerte olor entró por las fosas nasales de Shuu, mientras sentía la suavidad en sus labios, deseaba pasar su lengua por la blanca piel de la muchacha y tomar un bocado. Sin duda era una presa ideal para un Ghoul Gourmet como él.

Pasaron varios días desde que Tsukiyama conoció a aquella joven muchacha, siempre la observaba desde las lejanías. Ella iba a la Universidad por las mañanas y trabajaba medio tiempo en la librería en las tardes, sus notas eran de envidiar en la Universidad, siempre tenía la nariz metida en un libro y vivía en un apartamento muy humilde.

Ella le provocaba un deseo inigualable, algo que no había experimentado ni siquiera con Kaneki. Aquel olor a frutillas siempre llegaba hacia él y lo embriagaba, haciéndolo perder la cabeza, estaba ansioso por probarla, quería comérsela.

(T/N) era hermosa, por lo cual muchos chicos querían salir con ella; sin embargo, Tsukiyama siempre los atrapaba y torturaba para comérselos, murmurando la frase «Es mía».

Era un fin de semana normal, sábado exactamente, (T/N) iba camino a Anteiku para leer su libro de historia nuevo, realmente amaba la historia, el libro era «Mein Kampf» o «Mi Lucha», el libro escrito por Adolf Hitler.

— Buenos días, Touka — Saludó la de ojos (C/O) con una sonrisa, entrando a la cafetería.

— (T/N), buenos días ¿Quieres pedir algo? — Preguntó la de cabellos azulados con una sonrisa.

— Lo mismo de siempre está bien — Río (T/N).

— Un moccachino, entiendo — Sonrió la chica más joven.

(T/N) se acomodó en una mesa cercana al ventanal abriendo su libro para poder disfrutar de su lectura. La silla del frente de movió, lo cual provocó que la peli (C/C) despegara sus ojos del libro, allí frente a ella, estaba aquel carismático hombre, Tsukiyama.

— Ha pasado un tiempo, mademoiselle — Sonrió el hombre frente a ella.

— Hola — Sonrió (T/N) haciendo un gesto con la mano como saludo.

— ¿Hmmm? Ese libro... Interesante, no sabía que te gustaba guerra — Comentó Shuu al notar la portada.

— Me gusta la historia en general y las guerras son parte de la historia que han marcado al mundo, gracias a ellas hemos progresado cada vez más — Respondió la peli (C/C) con entusiasmo.

— Aquí tienes tu café, (T/N) — Dijo Touka colocando la taza sobre la mesa, antes de lanzarle una mirada no muy agradable a su acompañante.

Touka se retiró dejándolos a solas de nuevo. (T/N) tomó la taza y la llevo hasta sus labios antes de darle un sorbo a su café. Tsukiyama seguía detalladamente aquel movimiento deteniéndose en sus labios. Los labios de la muchacha tenían una curva perfecta, finos y de un suave color salmón, Shuu quería morderlos.

— Dime (T/N) ¿Te gustaría visitar la biblioteca de mi casa? — Preguntó Tsukiyama con un deje de desesperación en su voz, posando su mano en la mano de la chica.

— ¿Puedo? — Cuestinó la chica con ligera emoción.

— Claro, tengo muchos libros de historia que pueden gustarte — Sonrió el de ojos púrpuras, acariciando con su pulgar el dorso de la mano de la chica.

(T/N) se estremeció ante la caricia.

Shuu miró el rostro de la muchacha, su cabello enmarcaba sus finas facciones, sus brillantes ojos enmarcados por largas pestañas, nariz respingada y sus labios rosas. En ese momento se dio cuenta de que el hambre que tenía era diferente al que creía. No quería comérsela, quería poseerla.

La noche llegó, (T/N) caminaba por los pasillos de la enorme mansión acompañada por Tsukiyama, quien la guiaba. Ambos llegaron a la enorme biblioteca, tenía varios sofás y todas las paredes cubiertas por libros, (T/N) estaba fascinada.

La peli (C/C) tomó un libro y lo ojeó, sin notar cómo el varón la miraba. Los ojos de Tsukiyama se tornaron negros con su iris roja. Se acercó a la chica tomando sus hombros y rozando su nariz con la oreja de esta, olfateando su esencia.

(T/N) volteó casi dando un grito al ver los ojos del más alto, la chica tembló al tener a un Ghoul tan cerca, estaba muda, no sabía que hacer o que decir, tenía miedo.

Shuu se acercó a su hombro antes de lamer desde su clavícula a su oreja, tenía un gusto exquisito para el paladar del Ghoul. Mordió ligeramente su clavícula extrayendo sangre, la cual lamió como si su vida dependiese de ello.

La muchacha jadeó de sorpresa al sentir las manos del Ghoul acariciar descaradamente una de sus piernas alzándola a su cadera mientras dejaba ligeros chupetones en su cuello.

Shuu la miró a los ojos sonriendo perversamente, en seguida la besó apasionadamente, explorando con su lengua la cavidad bucal de la joven mujer y enredándola con la de ella.

La chica estaba sorprendida, sus mejillas estaban encendidas con un tono carmín y su corazón palpitando fuertemente, cedió ante los besos y las caricias del mayor posando los brazos sobre el cuello de este.

— Ahora me perteneces. Eres mía y sólo mía. — Susurró Shuu al separar sus labios — Me gustas tanto —

— T-También me gustas — Susurró la chica desviando la mirada apenada.

Shuu la cargó antes de recostarla en uno de los sofás con una sonrisa maliciosa se posicionó sobre ella.

— Vamos a hacer bebés~ — Canturreó el hombre antes de besarla de nuevo.