One-shot dedicado a LadyYoguishi, espero le guste n.n
____________________________________(T/N) San Real, una bella joven de cabellos rubios de puntas azuladas y ojos azules como el mismo cielo, la heredera de la familia mafiosa San Real, un destino que ella no escogió y del cual ha querido huir.
Era una mañana lluviosa y una persona encapuchada corría por las calles de la pacífica ciudad de Namimori, mientras algunas personas de traje la perseguían.
La persona encapuchada corrió lo más rápido que sus piernas daban y se escondió en un abandonado lugar que poco a poco caía en ruinas. La capucha resbaló por la cabeza de aquella persona revelando sus rubios cabellos en la soledad de aquel lugar, no era nadie más que (T/N).
— ¿Q-Qué es este lugar? — Dijo la joven caminando por los deteriorados y oscuros pasillos del lugar, temerosa por lo que pudiese encontrar.
La joven encontró una sala donde había un gran sofá de terciopelo rojo, que daba la espalda al ventanal. Sentado en él, había un joven, su cabello de un tono azulado peinado de forma peculiar, padecía de heterocromía, ya que un ojo era azul profundo y el otro era rojo escarlata, su siniestra sonrisa surcaba su rostro de manera socarrona y observó fijamente a la recién llegada.
— Kufufufu~ — Río el muchacho — ¿Pero qué tenemos aquí? Una pequeña intrusa — Dijo antes de levantarse del sofá y caminar hacia ella.
— ¿Q-Quién eres?
— Rokudo Mukuro.
La joven retrocedió unos pasos hasta lograr chocar con la pared, quedando sin escapatoria. El joven peliazul la aprisionó contra la pared usando sus brazos y acercando su rostro al de ella para observarla mejor.
— ¿Qué hace una princesa de la mafia en este lugar? No es apropiado ver a una mujer como usted en este edificio — Habló él tomando uno de los mechones de la chica y llevarlo a sus labios.
La rubia no pudo evitar sonrojarse ante el acto y la cercanía que tenía aquel desconocido con ella. Aclaró la garganta y trató de hablar firmemente, algo que le fue imposible, pues su voz temblaba por el nerviosismo.
— N-No tengo por qué darle explicaciones — Se defendió ella.
— Por supuesto que tienes, este lugar es de mi propiedad y entraste sin ningún permiso — Atacó Mukuro con una sonrisa maliciosa y una mueca burlona.
— Y-Yo... Huía de mis guardaespaldas — Dijo finalmente presionada por la mirada del joven.
— Kufufu~ Presa de tu propia familia, que situación tan peculiar Kufufu~ — Se burló el de ojos bicolor ante aquello.
— La princesa debe estar por aquí, síganme — Dijo una voz masculina por los pasillos de la mansión.
— Oh no — Murmuró la de ojos cielo con cierto pánico reconociendo la voz del hombre.
Mukuro mantuvo su sonrisa viendo hacia la puerta unos segundos, se acercó a la muchacha antes de depositar un beso sobre sus labios y desaparecer entre una espesa niebla que rodeó la habitación.
— Hasta pronto, Princesita.
La voz del peliazul hizo eco por toda la habitación hasta que la niebla se esfumó dejándola sola y impactada en aquel lugar. (T/N) tocó sus labios antes de sentir la mano de su guardaespaldas en el hombro.
.
.
.(T/N) se encontraba mirando a ha luna, su ventana y puerta se encontraban cerradas, sin darle oportunidad de salir, ella no quería ser jefa de la familia, era demasiado para alguien tan joven como ella, pero tendría que asumirlo en cualquier momento.
— Amo a la familia, pero no podría soportar la carga de ser jefa — Pensó la joven tocando el cristal con las yemas de sus dedos.
La rubia suspiró y se dirigió a su cama para recostarse, cerró los ojos para poder dormir, pero le resultó imposible, pues cada vez que se relajaba para dormir, la imagen de Mukuro besándola llegaba a su mente.
— Es una tontería — Dijo colocando su brazo sobre sus ojos, mientras el color rosa adornaba sus mejillas.
Una sombra misteriosa se coló por la ventana de la habitación, mientras la rubia trataba de conciliar el sueño, algo que le era difícil recordando lo que había sucedido esa tarde. La sombra desconocida se acercó a la cama para recostarse al lado de la joven, acariciando aquellos hilos de oro teñidos de azul. (T/N) se sobresaltó ante el toque, con miedo volteó encontrando un par de ojos bicolor que reconoció al instante.
— ¿M-Mukuro? — Murmuró la San Real con sorpresa reflejada en su mirada — ¿Qué haces aquí? ¿Cómo...?—
La niebla la silenció con un dedo sobre sus labios, sonriendo con malicia antes de tomar su mejilla y acercarse a besarla sosteniendo su nuca. El beso era demandante y pasional, algo que hizo temblar a (T/N), era un toque tan tentativo y agradable, rodeó el cuello de Mukuro con sus brazos y el peliazul, manteniendo el beso, la levantó de la cama al estilo nupcial.
En menos de un segundo, ambos se encontraban en Kokuyo Land de nuevo. Sus labios se separaron, Mukuro sonrió con autosuficiencia y (T/N) tenía una expresión tímida con sus mejillas tintadas de rosa.
— A partir de ahora, princesa, estaremos juntos hasta que tú lo desees — Dijo el ilusionista bajándola de sus brazos.
El muchacho tomó la delicada mano de la joven y besó el dorso de esta, inclinándose frente a la chica, justo como si ella fuese una verdadera princesa.
(T/N) asintió, realmente no lo conocía bien, pero no podía negar la atracción magnética por aquel muchacho de peculiar peinado y ojos bicolor. Ahora era libre y estaría con él. Mukuro se levantó tomando su cintura y besándola de nuevo, se aseguraría de que ella se mantuviese a su lado, la cuidaría y protegería, no permitiría que ella volviese a aquella prisión.
Un ilusionista y una princesa, que pareja tan peculiar, pero sin duda eran el uno para el otro.
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One-Shots
FanfictionPequeñas historias de amor "Character x Reader" con tus personajes favoritos del anime/manga/otomes/juegos. Ven y vive estas experiencias con los personajes que amas. Disclamier: Ningún personaje me pertenece, pertenece a su respectivo creador. Las...