Perfectamente imperfecto [Sera Yuya]

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Muchas chicas en el Instituto estaban sumamente enamoradas de Sakamoto, el chico tan perfecto que no podría ser un simple humano. Sakamoto era muy guapo, todo le salía bien y llamaba la atención lo extravagante que podía ser a veces; sin embargo, (T/N) no le encontraba el encanto que otras chicas sí.

Todas las preparatoria tenían sus ojos puestos sobre Sakamoto, mientras que ella tenía los ojos puestos en otra persona, Sera Yuya. Él era un chico de talla grande, pero eso no le quitaba que fuese atractivo y divertido. De hecho, la razón por la cual se enamoró de él fueron sus fallidos intentos de hacer reír a la gente, pese a que solamente dijera tonterías sin sentido y sin gracia, aunque (T/N) sí que lo encontraba gracioso.

Al principio, Sera estaba muy interesado en que la gente pensara que era genial sólo por ser un modelo de ropas de talla grande y la transición de eso a comediante fue curiosa de ver. La razón principal por la cual se enamoró fue su noble corazón, pues en el festival deportivo notó cómo él se desnudó, perdiendo su dignidad, por el bien de su compañera; Yagi. Esto conmovió mucho a la chica de cabello (C/C).

No estaban en la misma clase, (T/N) era estudiante de la clase 1-4, pero ella sabía lo bastante de él como para no admitir que le gustaba. No era prejuiciosa con respecto al tema del peso, de hecho le daban ganas de abrazarlo como si fuese un gran oso de felpa. La apariencia no era importante mientras él logrará conmover su corazón.

La chica se encontraba en el almuerzo con sus amigas, se encontraban en la azotea de la institución, la cual era bastante agradable para disfrutar de su comida sin ningún problema. Sus dos mejores amigas hablaban sobre lo genial y guapo que era Sakamoto, sobre lo perfecto que llegaba a ser y cómo querían salir con él. (T/N) rodó los ojos.

— Lo perfecto es aburrido.— Dijo la chica con grandes ojos (C/O) mientras se llevaba un bocado a la boca.

— ¿No te gusta Sakamoto-kun?

(T/N) negó.

— Hay otro chico que considero mejor, aunque puedan pensar que estoy loca y que tengo mal gusto.— Dijo la de cabello (C/C) mientras seguía disfrutando su comida.

— ¿Quién es? — Preguntaron sus dos amigas al unísono mientras se acercaban a ella, mirándola de manera curiosa.

— Sera Yuya.— Dijo sin más, orgullosa de admitir que el rubio con sobrepeso era el chico que le gustaba.

Sus dos amigas quedaron estupefactas ante la respuesta de la joven, antes de reír levemente por eso ¡Tenía que ser una broma!

— ¡Que gran chiste, (T/N)!

— ¡No es ningún chiste, realmente me gusta Sera-kun!— Inflando las mejillas con indignación cerró su caja de bento.

— No te enfades, (T/N). Por favor, perdónanos.— Dijo su amiga castaña mientras paraba de reír.

— La verdad... Creo que mientras te guste está bien. No sé que le habrás visto, pero si gusta es por algo.— Dijo la morocha mientras sonreía.

(T/N) suspiró. Realmente tenía muchas razones para que Sera le gustara y, pese a los prejuicios de la gente, era fiel a sus sentimientos.

— Quiero confesarme, pero no sé si hacerlo. Él no me conoce y dudo que yo le guste.— Dijo (T/N) mientras guardaba la caja de bento en su pañuelo.

— Pero, podrían conocerse. Seguro que con el tiempo él se enamorará de ti. Solamente debes dar el primer paso que es hablar con él.— Aconsejó la castaña mientras guardaba también su caja de bento.

La chica de ojos color (C/O) asintió. La mejor manera de comenzar con una relación era hablarse y conocerse mejor, aunque estaría muy difícil considerando que eran de clases distintas. Una vez bajaron de la azotea, (T/N) vio a Sera volver a su clase. Sus mejillas se tiñeron de rosa al ver al joven rubio, quien muy curiosamente siempre estaba en ropa interior. Tragó saliva con fuerza y se acercó al chico.

— Sera-kun — Le llamó con suavidad mientras se dirigía a él.

Yuya volteó a verla, encontrándose precisamente con la chica que le gustaba. Sí. A Sera también le gustaba (T/N), desde hacía un buen tiempo. Podría decirse que fue amor a primera vista en la ceremonia de bienvenida, aunque no se atrevía a decirle nada, ya que parecía ser inalcanzable para alguien como él, incluso pensaba que le gustaba Sakamoto como a todas las chicas de la preparatoria. Fue sorpresivo incluso que ella le dirigiera la palabra.

— Oh, (T/A)-san ¿Qué necesita?— Inquirió Sera mientras trataba de disimular su nerviosismo.

— ¿Puedo hablar contigo después de clase?

— U-Uh... Cla-Claro.

— Bien. Te veo detrás del gimnasio entonces.— Dijo ella con una encantadora sonrisa, haciéndolo sonrojar.

La chica se retiró emocionada, dirigiéndose a sus amigas, quienes le dieron muchos ánimos ante el logro de poder acercarse al chico que había robado su corazón.

El final de las clases llegó y (T/N) estaba muriendo de nervios. Era el momento de confesarle a Sera lo que sentía. Tenía que reunir valor incluso para dirigirse al lugar acordado, siendo ella la primera en llegar y, un par de minutos después, el rubio llegó igual de nervioso que ella.

Ambos se mantuvieron en silencio, esto porque (T/N) estaba recogiendo valor para poder decirle todo lo que sentía en su corazón. Se aclaró la garganta y volteó a ver al rubio.

— Sera-kun, te estarás preguntando por qué te cité aquí. — Dijo mientras agachaba unos momentos la mirada. — Tal vez esto sea muy sorpresivo e inesperado pero... Me gustas, Sera-kun. Sé que no nos conocemos, pero realmente quiero que nos conozcamos mejor y tal vez poder formar una relación y... ¡Cielos! Estoy siendo demasiado atrevida... Yo...— Comenzó a excusarse.

Él se sorprendió de sobremanera ante la confesión. No esperaba que la chica que consideraba inalcanzable fuera a confesar que tenía sentimientos por alguien como él. Sus pálidas mejillas enrojecieron y sus ojos brillaron ilusionados.

— Yo... Yo pensé que te gustaba Sakamoto.

— ¿Sakamoto? ¿Por qué todos piensan eso?— Inquirió ella con cierto fastidio.

— Bueno, a todas las chicas les gusta Sakamoto. Él es genial y, no importa lo que haga, todo le sale bien.— Dijo él rascando su nuca apenado.

— Sakamoto es demasiado perfecto y lo perfecto es aburrido.— Dijo ella logrando que Sera la volteara a ver. — Eres perfectamente imperfecto, justo como yo. Somos seres humanos con virtudes y defectos, algunas cosas nos salen bien y otras nos salen mal, no tenemos perfección física, ni somos superdotados. Somos humanos que pueden equivocarse, pero hacemos bien las cosas en las que somos buenos. Sakamoto no parece un ser humano y es por eso que no me gusta. En cambio tú, tú eres justo mi tipo. — Confesó (T/N) con una sonrisa dulce dirigida exclusivamente para Sera.

Él estaba conmovido por las palabras de la chica y eso solamente le hizo sentirse más enamorado. Sus ojos brillaron con más intensidad y su corazón parió fuertemente contra su pecho.

— Tú también me gustas, (T/A)-san, desde la primera vez que te vi en la ceremonia de bienvenida. Te consideré perfecta e inalcanzable, pero eres como yo. Un ser humano con imperfecciones.

(T/N) sonrió con alegría y sintió como su corazón golpeaba fuertemente su pecho. El chico que le gustaba le correspondía y no podría sé más feliz. Se lanzó a abrazarlo con fuerza, sin dudas era cálido y cómodo, como estas abrazando a un gran oso de felpa, tal y como había imaginado que sería.

— Yuya, te quiero.

— Y... Y yo te quiero a ti, (T/N)— Correspondió a su abrazo.

Alegremente, la chica se apartó un poco antes de plantarle un beso en los labios al rubio. Sin dudas era el mejor día de su vida.

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