Después de la muerte de su prima y el heredero Montesco, Neo Verona era un reino pacífico, había descendido y ahora era parte de un gran reino llamado "Italia". Tybalt se encontraba cabalgando en su pegaso negro, contemplando el paisaje de aquel precioso pueblo.
Por los lares, una mujer de otro pueblo caminaba visitando el lugar, sus ropas eran simples como las de cualquier otra pueblerina, pero ocultando algo que nadie podría predecir tan fácilmente.
Tybalt la observó desde la altura quedando embelesado con la dama, era la más hermosa mujer que había visto jamás. Tenía unos largos y hermosos cabellos rubios cual rayos de sol y una inocente mirada esmeralda que observaba los paisajes, y una pequeña sonrisa se asomaba por sus rosados labios. Volteó a verlo.
En ese momento el hombre de cabellos azabaches quedó perdido en aquellos orbes verdes. La mirada de ambos estaba conectada y sentían una íntima conección con aquella simple acción.
El morocho extendió su mano hacia ella, la rubia hizo lo mismo, ambas manos se tocaron y una carga eléctrica recorrió a ambos.
Tyblat bajó del pegaso sin soltar sus manos, sin decir nada, simplemente se mantuvieron contemplando sus ojos.
— ¿Q-Quién eres? — Preguntó ella con su voz aterciopelada, suave y dulce al oído.
— Simplemente puede llamarme Tybalt — Se presentó con una reverencia — ¿Me concedería el honor de saber quién es usted? —
— Mi nombre no importa — Dijo la desconocida desviando la mirada.
— No eres de por aquí ¿Verdad? — Preguntó el hombre soltando con delicadeza su mano.
— No, vine de visita desde el pueblo vecino. Queda cruzando el mar, es una isla llamada Sicilia — Dijo la muchacha señalando los horizontes en donde el mar se extendía.
— ¿Para qué ha venido de tan lejos?
— He venido a hacer una visita al nuevo reino que cayó del cielo. Tenía curiosidad de saber cómo era — Explicó la joven con una sonrisa — Qué hermoso pegaso, nunca pensé que vería uno — Pronunció acercándose al animal.
El imponente semental se dejó acariciar por aquel ángel de rubia cabellera, quien pasaba los dedos en su crin y barbilla.
Tybalt nunca había experimentado algo como lo que estaba sintiendo, era una sensación diferente a las de antes, era como si una llama quemara su pecho y se extendiese cada vez más por todo su cuerpo.
La rubia miró como el sol estaba a punto de ponerse en cualquier momento.
— Debo irme, me reprenderán si no llego a tiempo.
— Puedo llevarte si gustas — Ofreció el morocho para cabalgar su pegaso.
— Se lo agradecería mucho — Dijo la de ojos esmeralda con un asentimiento.
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One-Shots
FanficPequeñas historias de amor "Character x Reader" con tus personajes favoritos del anime/manga/otomes/juegos. Ven y vive estas experiencias con los personajes que amas. Disclamier: Ningún personaje me pertenece, pertenece a su respectivo creador. Las...