Quédate En Mis Brazos [Hiiragi Shinya]

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— ¡Alguien ayúdeme, por favor! — Gritaba corriendo una joven de cabellos naranja pálido, adornados con lazos celestes, y ojos de zafiro.

— ¡Alguien ayúdeme, por favor! — Gritaba corriendo una joven de cabellos naranja pálido, adornados con lazos celestes, y ojos de zafiro

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— No irás a ningún lado — Decía su perseguidor a sus espaldas, un vampiro.

— Aléjese por favor — Sollozaba la chica quedando de espaldas contra un árbol.

— Vamos a probarte linda — Sonrió maliciosamente aquel vampiro.

— Vamos Byakkomaru, no hieras a la chica — Se escuchó una voz agradable a espaldas del vampiro — Bang —

Un tigre blanco envuelto en llamas azules acabó con la criatura hasta desintegrarlo. Frente a la chica se encontraba un joven peliplata de ojos azules, con un uniforme negro y sosteniendo un arma semejante a un rifle, con una cuchilla incluida.

— ¿Estás bien? — Preguntó el joven uniformado acercándose a la muchacha.

— E-Estoy bien, gracias — Agradeció ella relajándose un poco.

— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó el peliplata con una amable sonrisa.

— Inoue (T/N).

— Hiiragi Shinya — Él extendió su mano hacia ella — ¿Quieres venir conmigo? Estarás segura... En mis brazos — Lo último lo había murmurado, lo cual fue inentendible para ella.

La pelinaranja tomó la mano de aquel desconocido hombre, dejando su seguridad en las manos de ese joven.

(T/N) fue resguardada por todos los uniformados que se encontraban en ese sector. Ella se mantenía en un vehículo mientras todos los demás se encontraban afuera luchando contra los vampiros.

— Quisiera poder ayudar — Susurró (T/N) mirando por la ventana, se sentía inútil.

Después de aquel alboroto los uniformados llevaron a la chica a una clase de ciudad-base alejada de su ciudad natal.

— Estarás bien aquí. Sólo no te alejes de mí ¿Sí? — Habló Shinya después de un largo silencio.

— Me gustaría poder ayudarles. Hacer lo que hacen ustedes. Mi hermanito siempre quiso hacerlo — Dijo la chica mientras su tono de voz iba decayendo, recordando como aquel vampiro había acabado con la vida de su hermanito de tan sólo 5 años.

— Todo estará bien, (T/N), sólo ten confianza y esperanza en que todo terminará — Dijo el varón sonriéndole.

— Agradezco mucho su amabilidad. Había olvidado como se sentía eso — Agradeció la muchacha con la mirada gacha y una pequeña sonrisa.

El resto del trayecto fue silencioso, hasta que llegaron a su destino.

— ¿Vas a llevarla contigo? — Preguntó un hombre de cabellos oscuros mirando al peliplata — Ella estará bien con nosotros, la llevaré a un lugar donde pueda descansar —

— Guren~ La llevaré conmigo, yo la salvé y me confió su vida a mí~ — Sonrió alegremente el muchacho de ojos azules antes de tomar la mano de la chica y, literalmente, arrastrarla consigo.

El Hiiragi condució a (T/N) hacia un enorme lugar, donde él y la familia Hiiragi habitaban.

— Wao — Susurró (T/N) ante la inmensidad del lugar.

— Puedes quedarte aquí, considera este lugar tu casa~ — Canturreó Shinya con una amable sonrisa.

— Agradezco su hospitalidad, no sé cómo agradecerle lo que ha hecho por mí — Sonrió (T/N) mirando los orbes azules del más alto.

— ¿Qué tal un beso?

El rostro de la muchacha se encendió de un color rojo ante aquella sugerencia, le apenaba tan sólo pensarlo.

— Es una broma — Rió Shinya acariciando suavemente la cabeza de la más baja — No necesitas agradecerme nada, lo hago porque me nace, no porque me sienta obligado — Sonrió amablemente.

— Gracias, de todo corazón lo que ha hecho por mí, Shinya — Agradeció la de orbes zafiro con una tierna sonrisa.

El Hiiragi acarició el rostro de la joven mujer, no era la primera vez que la había visto, realmente llevaba tiempo haciéndolo. (T/N) vivía con su hermanito Riki escondidos de los vampiros. Cuando contempló como aquel vampiro acababa con la vida de Riki, Shinya enfureció para finalmente acabar con él y quedando como un héroe frente a la chica que había robado su corazón.

— (T/N), quédate conmigo, estaré siempre para defenderte, sólo quédate en mis brazos — Susurró Shinya con voz apenas audible para que ella lo escuchara.

El peliplata acercó sus rostros, acto seguido encerró los labios de la Inoue entre los suyos, un beso que él moría por darle desde hace un tiempo.

— Sh-Shinya... — Murmuró (T/N) luego de ese gesto, su rostro tenía un notorio rubor y estaba apenada.

— No digas nada, no es necesario — Silenció él antes de que pudiese decir algo, colocando un dedo sobre sus labios.

La pelinaranja lo abrazó escondiendo su rostro en el cuello del más alto con cierta timidez.

— Sólo quédate en mis brazos, estarás segura. Mis brazos son el único lugar en donde nada ni nadie va a lastimarte. Lo juro, por el amor que te tengo, voy a protegerte.

(T/N) suspiró ante sus palabras y se acurrucó en su pecho, mientras Shinya la resguardaba en sus brazos. Sus brazos eran el único lugar dónde se sentía tranquila, segura y a gusto.

— Aún si no me lo pides, me quedaré entre tus brazos hasta que el sol salga — Susurró.

Avergonzada ante lo que dijo, quiso separarse del joven y salir corriendo por la pena, pero lo que consiguió fue que él la estrechara más contra sí.

— Entonces, nunca intentes huir de mí y quédate entre ellos — Rió el peliplata antes de besarla de nuevo.

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