Capítulo 24: Recaída.

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A la mañana siguiente....

Me desperté sintiendo como todo había cambiado y sintiendo como las cosas aun iban a cambiar. Recordé todo lo de hoy, debía solo enfrentar a mi padre y luego en la tarde buscar las pruebas de que ellos eran de hidra para luego guardarlas hasta mañana que es cuando ellos vendrán, decidí ducharme rápidamente y luego planear un poco más lo que les diría para explicar cómo lo sabía todo y solo espero que me crean porque si no estoy perdida y podrían creer que soy una mentirosa o algo peor, luego de un rato pensándolo decidí entrenar y ver si las cosas que había visto en mi sueño las podía hacer en la vida real y al parecer si, podía pelear como lo hice allí y todo, era como si mi cerebro lo guardara automáticamente para luego ponerlo en práctica.

Y así estuve toda la tarde hasta la hora de cenar por que no almorcé ya que no quería ver a nadie de mi familia y hacer las cosas un poco parecidas al sueño. Luego de eso baje a cenar y todo estaba justo como en el sueño, todos estaban hablando y riendo claro sin mí ya que me ignoraban a cada rato, pero ya eso no me importa de hecho me gusta porque ahora sé que es lo que va a pasar exactamente. Luego de comer antes de que mi "hermano" y yo nos vallamos mi "padre" nos dice.

—Ninguno de los dos se va, se quedan aquí porque necesito hablar con los dos—dice para que nos volvamos a sentar luego se voltea hacia mi hermana y le dice—Katherine mejor ve a jugar a tu cuarto con tus muñecas nena.

—si papi pero luego juegas conmigo ¿sí?—dice está haciendo un puchero para que nuestro "padre" juegue con ella. Es tan tierna, debo salvarla. Ya no hago esto por mi...lo...lo hago por ella.

—si nena después jugaré contigo pero mejor vete.

Ella asiente y luego me mira con preocupación y se va, ya después que se va mi hermana mi padre vuelve a la mesa y dice.

—hijo primero comenzaré contigo—dice viendo a Cristián—estoy muy orgulloso de ti eres uno de los primeros en el equipo de fútbol y has sacado muy buenas notas ven y dame un abrazo—dice levantándose de la silla y luego le da un abrazo a Cristián.

— ¿Ya me puedo ir papá?—pregunta viéndolo atento.

—Si hijo vete a celebrar—dice mi padre viéndolo feliz.

Luego de que se fuera mi hermano, mi padre se pone serio y me dice.

— ¿Por qué no puedes ser así como tu hermano y no una fracasada como tú, ah?—me grita a todo pulmón y yo me enfurezco y me levanto de la mesa golpeándola con mis dos manos en forma de puño.

—Por qué no soy como TU hijo y jamás lo seré. Acéptalo—le grite a la cara y este se acercó peligrosamente por lo que di un paso atrás.

—Estúpida a mí no me hables así, soy tu padre debes respetarme—dice tratando de darme una cachetada pero yo lo esquivo para luego agarrar su brazo y torcerlo estampándolo contra la mesa inmovilizándolo.

— ¡No!—grito furiosa— ¡No eres mi padre y aunque me criaras jamás lo serás pedazo de mierda!—le grite mientras le doblaba un poco más el brazo—si vuelves si quiera a intentar tocarme te matare—le susurre al oído para luego soltarlo y caminar hacia la puerta y antes de salir le digo—nunca más me harás daño. JAMÁS—digo para luego irme a mi habitación y en cuanto cierro la puerta puedo sentir las lágrimas caer por mis mejillas. Sabía que venía despues pero lo deseaba y a la vez no. Deseaba hacerme daño, ver mi sangre, deseaba cortarme de nuevo pero no quería hacerlo, quería ser fuerte, quería no volver a defraudar a aquellos que confiaban en mi para que no lo hiciera, quería no hacerlo por mi madre, mi padre, Tony, Bruce, Nat, Clint, Pietro, Wanda y Steve......por el más que todo no quería ver esa mirada que me dio la última vez y pensar en eso no me lo hacía fácil. De hecho nada lo hacía.

Pero lo termine haciendo, termine haciendo lo que dije que no aria. Cortarme.

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Chicas esta novela esta llegando a su final, ya falta poco muy poco.

Espero que les guste y si es así voten y comenten.

Hasta la próxima.

La Chica RaritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora