CAPITULO XVI

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Con la ayuda de mi gran amiga Claudia y de mi querido Alessandro y mintiendo un poco a mis padres, cosa que no me hacía nada feliz, me fui del apartamento de Gabriella, no podía resistir un día mas sabiendo que dormía casi puerta con puerta con ella, así que me mudé a un pequeño estudio un piso más abajo del de Claudia, allí me sentía mas segura, aunque estar sola me aterrorizaba, así que pasaba mucho tiempo en casa de mi querida amiga, estábamos juntas todo el tiempo intentando descifrar mis sueños y leyendo libros antiguos sobre ángeles y demonios, para ver si podíamos dar con alguna idea de lo que nos ocurría, estábamos convencidas de que los hermanos Rossi no eran seres humanos, o por lo menos no humanos corrientes, también teníamos claro que eran malvados y que tenían poderes, y definitivamente Claudia era especial y estaba destinada a ser mi amiga y ayudarnos, según ella yo también era especial porque a través de mis sueños podía ver muchas cosas, Alessandro poco a poco iba recordando cosas de nuestra vida pasada, pero aun no entendía que era lo que él tenia de especial, claro que para mi, eso estaba clarísimo, él era el hombre más especial que había conocido, el más hermoso, el más dulce, por eso no entendía cómo era posible que yo estuviera destinada a estar con él.

Las horas que pasaba a su lado eran para mi el mas sublime de los regalos, estaba incondicionalmente enamorada de él, y sus caricias y besos me derretían como si fuese un helado al sol, yo le amaba y deseaba con todo mi cuerpo estar con él, en toda la extensión de la palabra, pero para mi desgracia el momento de consumar nuestro amor aun estaba muy lejos porque para Alessandro el gran amor que sentía por mi no era mas fuerte que sus principios un poco a chapados a la antigua, los cuales incluían a pesar de mis sutiles intentos el de llegar virgen al matrimonio, en cambio yo estaba ardiendo de deseos y dispuesta a entregarme en cuerpo y alma a él en ese mismo instante, estaba convencida de que jamas podría amar a nadie mas, que no fuese mi Alessandro y el matrimonio no era una prioridad para mi, solo estar con él, aunque fuese una sola vez me haría inmensamente dichosa, además estaba ese pesar en mi pecho que me decía que nuestro futuro pendía de un hilo y que en cualquier momento los demonios acabarían con nuestras insignificantes vidas.

Solo faltaban una semana para las vacaciones de navidad, el solo pensar en alejarme de Ales por tres semanas hacia que mi corazón se encogiese de dolor y más después de saber que la detestable Gabriella iba a acompañarlo a Italia con la escusa de ver a sus abuelos que también vivían allá. Por mas extraño que nos parecía a todos Gabriella no le había dicho nada a Ales, que nos diera señal alguna de que sospechaba algo sobre mi relación con él, pero sin embargo cada noche cuando Alessandro venia a mi casa ella vigilaba en la calle sentada en su coche, eso era muy desconcertante para mi, ignorábamos si ella tenia idea de que yo vivía en el mismo edificio, o si pensaba que Alessandro venia a estudiar con Miguel, que era la versión que él le contaba a su supuesta novia.

Todo parecía transcurrir con calma, pero esto en vez de sosegarme me alteraba más, tenía la sensación de que los demonios Rossi planeaban algo espantoso en nuestra contra, que Claudia no pudiera verlos en sus visiones no ayudaba demasiado. Yo seguía teniendo pesadillas y hasta alucinaciones aterradoras casi cada noche, me sentía exhausta todo el tiempo, me encontraba cansada y mis notas habían caído en picada esta situación de angustia me estaba matando, Claudia había insistido en que fuera al medico así que le hice caso y fui y éste dijo que yo estaba anémica y que tenía que descansar más. Después fui a la iglesia, aunque no era muy religiosa, pensé que un poco de ayuda nos vendría bien, así que nos hicimos con algunos libros y una biblia.

DESPUES DE MI MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora