Era una noche invernal, salí de la biblioteca a eso de las diez de hacer un trabajo de la única asignatura que no cursaba con Claudia, al caminar por el campus hacia la calle sentí una presencia, como si alguien me seguía o me observaba, pero no había nadie, yo estaba totalmente sola, la noche era muy oscura sin un rayo de luna, era una noche sombría y tenebrosa, de repente percibí un fuerte olor pestilente como a mortecina y a azufre, no entendía de donde provenía ese hedor, la universidad estaba desierta como todos los viernes a esa hora, estaba aterrada solo podía clamar a Dios y caminar más rápido casi corriendo, Claudia debía estar en la calle esperándome, de la nada me sorprendió una mano en mi hombro y sentí un escalofrió que hizo temblar cada centímetro de mi cuerpo, en ese mismo instante supe que era él.
-Buenas noche preciosa- dijo con esa voz profunda que lo caracterizaba.
- ¿Puedo llevarte a casa? - me miro con esa sonrisa malvada.
-No, gracias Damián, Claudia viene a buscarme, ya debe estar allí esperándome- le dije tratando parecer despreocupada y sin mirarle a la cara.
-Ella no vendrá- su voz áspera me hacia temblar.
En ese momento timbró mi teléfono, era Claudia para decirme que su coche no quería encender y que no podría recogerme. Me quedé paralizada, tenía que ser obra de Damian.
-Vez, te dije que no vendría, dejame acompañarte las calles pueden ser muy peligrosas- volvió a sonreír con esa horrible sonrisa suya, yo seguía evitando mirarle a los ojos.
-No te preocupes por mi sé cuidarme sola- le contesté con apenas un susurro, en ese instante quise gritar y él me tapó la boca con su fría mano y con la otra me cogió por la garganta, era tan fuerte que me elevó un medio metro del suelo, yo cerraba los ojos por miedo a mirar los suyos que eran capaces de doblegar mi voluntad, no podía respirar me estaba asfixiando pensé que era mi hora, nada podría salvarme.
-No quiero hacerte daño, te quiero para mi, pero sino me aceptas, sino eres mía, te prefiero muerta, recuérdalo querida.
Yo pataleaba sin cesar y el me elevaba mas, era demasiado fuerte, no sé de donde saqué la fuerza y le acerté una buena patada en la entrepierna, el lanzó una carcajada y me tiró al suelo, golpeándome la cabeza al pegarme contra él, me hice una herida podía sentir la sangre caliente chorreando por mi rostro, comencé a chillar con todas mis fuerzas para pedir ayuda, entonces Damian se agachó sobre mi, pasó su mano por mi cara embadurnándose de mi sangre, la que chupó de su mano con su lengua con un gesto de lujuria y se esfumó, justo un segundo antes de que aparecieran un par de estudiantes en mi ayuda, estaba hecha un mar de nervios, no pude explicarles lo que me había ocurrido.
Esta vez estaba segura, no había sido una pesadilla, Damian me había atacado, estaba total e irrevocablemente convencida del significado de sus palabras, él había sido el culpable de la muerte de Ángela Cantivieri, lo que es lo mismo que mi muerte hace más de un siglo, y quizás también de la muerte de Alessandro Bianchi.
En la calle estaba Miguel esperándome, Claudia le había llamado histérica después de verme en una de sus visiones tirada en el suelo con la cara llena de sangre, sin poder ver que me había ocurrido debido a que seguía sin poder ver a Damián en sus visiones.
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DESPUES DE MI MUERTE
عاطفيةAngela es una chica tímida más bien rarita, que a sus dieciocho años no se ha enamorado. Aunque ha comenzado a sentir una fuerte atracción por su mejor amigo Sebastián, pero los extraños sueños y alucinaciones con un guapísimo desconocido le impiden...