CAPÍTULO VII

42 5 0
                                    


Al llegaba Vanessa de su viaje a París y me moría de ganas de que me contara todo, hasta el más mínimo detalle de esa ciudad; que me moría por conocer, y por supuesto saber si Roberto le había pedido matrimonio, ya sabía cuál sería su repuesta, pero deseaba saber los detalles románticos.

Nunca me había considerado una persona romántica, jamás me había a puesto en pensar en esas tonterías del alma gemela, pero ahora después de los sueños y las alucinaciones comencé a pensar en que de verdad cada quien tenía una media naranja, un solo amor al que estaba destinado a amar perdidamente hasta la eternidad.

Antes estaba creía que el matrimonio no estaba hecho para todo el mundo y que nunca me enamoraría, siempre me sentía como un ser solitario y diferente al resto de los mortales.

Sebastián me telefoneo para decirme que Estefany planeaba una fiesta en su casa el viernes en la noche para dar la bienvenida a Vanessa y a su novio, pero a pesar de que tenía muchas ganas de verla, la idea de reunirme con Sebastián después del incidente del campo se me hacía muy incómoda, ya que no estaba segura si quería rechazarlo de nuevo, pero tampoco estaba segura si quería otra de mis alucinaciones, solo de pensarlo se me erizaba la piel.

Era impensable perderme la fiesta, Vanessa y Estefany eran mis únicas amigas no podía hacerles ese desplante, lo único que me quedaba era armarme de valor e ir a la fiesta.

Sebastián se había ofrecido a recogerme, pero le dije que no era necesario porque iría directamente al salir de mi curso de italiano, que por cierto cada día me gustaba más.

En la fiesta había más gente de la que esperaba, me imagino que amigos de Roberto, todo estaba muy bonito, Estefany era una excelente anfitriona, así que cuidó todos los detalles; colocó flores blancas en entrador, también unos lindos candelabros colgados de la cerca verde que rodeaba todo el camino de piedras desde la acera hasta el porche, en el salón había unos hermosos arreglos de margaritas, que eran las preferidas de Vanesa, y un montón de fotos de ella y de su novio, una mesa con un delicado mantel color crema con bordados dorados, donde se encontraba un gran pastel con una parejita de novios en la cima, lo que me hizo pensar que Estefany ya conocía los detalles del compromiso de nuestros amigos.

Vanessa estaba más radiante que nunca, su rostro se veía más adulto reflejaba confianza y seguridad, estaba hermosa, con un vestido de escote corazón color hueso, que destacaba su lindo bronceado, al verme gritó desde el otro extremo del salón llena de emoción y caminó a gran velocidad hacia mí con su mano izquierda alzada, no alcanzaba a distinguir el anillo, solo podía ver el brillo del diamante al reflejo de las luces.

—Amiga, mira estoy prometida— me dijo enseñándome su mano y llena de felicidad. —yo suspiré, creo que con un poco de envidia.

—Vanessa, felicitaciones, sabes que te quiero y te deseo toda la felicidad del mundo. Te ves preciosa— la abrace como si fuera la hermana que nunca había tenido.

—Gracias, estoy tan feliz, fue tan hermoso, tengo que contarte todo— las palabras salían atropelladas de su boca, la emoción la embargaba.

—Hola, Roberto, felicidades y cuídala te llevas un gran tesoro— le dedique una sonrisa, tratando de parecer amigable, la verdad es que no terminaba de caerme bien.

—Gracias, Ángela y no te preocupes ella siempre será mi amor—me miró directamente a los ojos y su tono era sincero, creo que estaba tan enamorado como ella.

De repente Estefany se subió a una silla y llamó la atención de todos los presentes diciendo — Buenas noches estamos aquí para dar la bienvenida a los futuros señores Castell, sí como han oído esta fiesta no es solo de bienvenida es el anuncio del compromiso de Vanessa y Roberto— todos empezaron a aplaudir y a gritar vivan los novios.

DESPUES DE MI MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora