CAPITULO XXVI

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Eran aproximadamente las dos de la madrugada, creo que apenas me acababa de dormir, después de horas de estar leyendo el libro que me había dejado Sebastián cuando un helado frio me despertó, sentía como si los huesos se me iban a quebrar era un frio realmente insoportable no podía comprender lo que estaba pasando, estábamos en el mes mas  caluroso del año como podía estar haciendo tanto frio, me levante a verificar el aire acondicionado, seguro se había vuelto loco, lo revise y aparentemente estaba perfecto marcaba 23 grados, pero eso no era todo cuando puse los pies en el suelo sentí como si me clavaran agujas estaba literalmente congelado me puse mi bata y mis pantuflas y camine con mucho cuidado hasta el salón al encender las luces me quede paralizada, las cortinas estaban corridas con los vidrios al descubierto ,para mi sorpresa, jamás me hubiera podido imaginar lo que mis ojos verían, los vidrios estaban totalmente cubiertos de escarcha, en ese momento sentí una corriente fría que hizo que todos los vellos de mi cuerpo se erizaran. Definitivamente algo no estaba bien, pude sentir una presencia, no estaba sola y recordé algo que decía el libro que Sebastián me había dejado: todo el mundo se convertirá en un lugar oscuro y frio donde se apagará el fuego de tu espíritu hasta que desaparezca todo vestigio de bondad en tu corazón.

Allí estaba otra vez ese repulsivo olor que me provocaba un asco incontrolable de inmediato sentí unas ganas inmensas de vomitar corrí al baño invadida de un profundo miedo, estaba completamente aterrorizada, pero otra vez llegaron a mi mente las palabras de Sebastián y las líneas del libro que decían: se fuerte, era el momento de echar todo temor fuera, debía tener fe y sacar mi fuerza interior, debía sacar el poder que estaba en mi al fin de cuentas yo era especial, respiré hondo y entré a mi cuarto con la idea de buscar la daga, mi única y poderosa arma la única capaz de matar a los hermanos Rossi. Pero allí estaba él acostado en la cama con una postura arrogante y petulante y con su voz característica me dijo: mi querida Ángela te estaba esperando, ven acuéstate aquí conmigo mi dulce niña, lo miré y sentí como mis piernas comenzaron a flaquear, no, no lo mires me repetía en mi mente aparta la mirada de sus ojos, sus ojos eran hermosos cautivadores, si lo mirabas directamente estabas perdida, ya no eras dueña de ti misma, él tenía ese poder al mirarlo su mirada era embrujadora te atrapaba e irremediablemente terminarías haciendo su voluntad.

Saque una gran fuerza, sentí como algo en mi interior se despertaba un fuerza broto de mí y pude dejar de mirarlo, salí corriendo hacia el comedor, pero para mi sorpresa él apareció allí como por arte de magia, me tiro en el suelo se puso sobre mí, tenía su rostro a solo centímetros, podía sentir su aliento, lo cual me sorprendió era muy agradable, me sentía confundida y aturdida. Daimon sujetaba con fuerza mis muñecas yo volteaba la cara evitando no verlo a los ojos estaba muerta de miedo,  soltó una mano para poder sujetarme la cara, trataba de resistir, pero era mas  fuerte que yo, sentí como dolía todo mi cuerpo por la tensión y el peso de él sobre mí, ya estaba perdiendo todas mis fuerzas ya no podía más y allí estaban esos ojos profundos y a la vez hermosos, lo miré y deje de existir, estaba cautiva sabía que estaba perdida ni siquiera podía pensar, era una sensación extraña sabía que no podía dejarme vencer, pero era como si mi cuerpo no deseara luchar, me di por vencida, él era más grande más fuerte y malvado, sonrió y luego me beso, era otra mezcla de asco, rabia, impotencia y un corrientazo escalofriante en mi cuerpo parecido al placer, algo que jamás había experimentado, pero mi mente y mi corazón me decían que lo que estaba haciendo era incorrecto, muy malo y peligroso,, pero mi cuerpo parecía responder gustoso a esa sensación y para mi gran sorpresa me encontré respondiéndole el beso.

Vinieron a mi mente como en una película en cámara rápida  todas las escenas de mi vida con Alessandro, que estaba haciendo?, la cordura volvió, debia sacar fuerzas de donde pudiera, no podia perderme mi cabeza daba vueltas, tantas que me sentia mariada, estaba abrumada de repente escuche una voz en mi interior que me dijo tu puedes Angi, tu puedes, tienes el poder dentro de ti, solo tienes que crer para encontrarlo; entonces desperte de mi letargo, le di una patada en la entrepierna y lo empuje con todas mis furzas y al fin logre quitarmelo de encima, corri con una velocidad que no podia ser humana llegue a la habitacion abri el cajon y alli estaba ella, hermosa, reluciente, impresionante y desafiante; parecia que mitaba con ese ojo rojo, mi unica esperanza la unica arma capaz de matarlos. La tomo fuertemente entre mis manos en lo que parecia una eternidad aunque realmente eran unos escasos segundos el aparecio frente a mi forcegiamos fuertemente por unos minutos, pero incleiblemente yo parecia ser mas agil y fuerte, asi que  logre clavarle  la daga directo a su corazon inmediatamente senti un fuego que recorrio todo mi cuerpo y una luz brillante salio de mis manos fundiendoce con la daga, Daimon cayo en el suelo y su cuerpo se encendio en llamas hasta las cenizas.

Por fin habia acabado esta pesadilla, habia matado a Damian, yo no existiria eses hombre malvado que queria apoderarse de mi, en ese momento me senti fuerte, llena de fe y al fin pude sentir eso especial dentro de mi, mis manos aun estaban iluminadas con una luz hermosa como un rayo de sol. Pero en lo que la adrenalina comenzo a decender me invadio un terrible meido Grabiella vendria por mi a vengar la muerte de su amado hermano y ella era mucho mas malvada y poderosa que Damian, me sente en el suelo y me puse a llorar desconsolada pensando en lo que ella podria hacerle a mis seres amados para vengarse de mi.

FIN

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2017 ⏰

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