Me desperté con la mejor sensación y vista que he tenido en mi vida; Bárbara estaba durmiendo a mi lado, su bello rostro, sus piernas entrelazadas con las mías y un brazo protector arrojado sobre mi cuerpo. Oí un mínimo ronquido venir de ella y simplemente la hizo aún más adorable.
Yo no podía dejar de mirar su piel, nariz y labios simplemente perfectos. Dios, nunca me he sentido tan feliz.
Me quedé helada cuando ella se movió y se lamió los labios antes de bostezar de una forma muy adorable, pero volvió a caer una vez más. No pude contener las ganas de mover un hilo de cabello que había caído sobre su nariz. Tan pronto como toqué su piel, sentí esos impulsos eléctricos, una vez más.
Me quedé mirando esos labios rosados, carnosos y me incliné para capturarlos con los míos. Incluso después de dormir eran húmedos, deliciosos, suaves. Gimió, luego sentí su brazo moverse alrededor de mí y pasar a posicionarse detrás de mi cabeza, tirándome más cerca. Abrió la boca y permitió que mi lengua entrara.
—Mmm... —gimió y se sentó frotándose los ojos. Se giró hacia mí, con los ojos ligeramente entreabiertos y una sonrisa en su rostro. —Buenos días. —bostezó de nuevo.
—Buenos días, ¿Cómo es posible que te veas tan bien después de despertar? —pregunté.
Ella hizo una mueca muy rara y yo me eché a reír, empujándola juguetonamente. Ella me empujó hacia atrás y nos quedamos en un juego de pelea. Me agarró de las muñecas y con fuerza las inmovilizó al lado de mi cabeza, mirándome con aquellos ojos.
—Quieta. —me guiñó un ojo. Bufé y luché por debajo de ella, pero era demasiado fuerte. —Imposible. —dijo en mi intento, sacando la lengua.
—Déjame. —me quejé pero reí cuando ella hizo una mueca triste.
—Nuh uh.
Me incliné para besarla y me perdí en sus labios, hasta que oí pasos fuera de mi habitación y luego tocaron la puerta. Nunca había actuado tan rápido en mi vida. Inmediatamente empujé a Bárbara de mi cama y se cayó, gimió del golpe y le dije que se callara, se metió en un espacio muy estrecho debajo de la cama.
—Lo siento bebé. —le susurré cuando ella me lanzó maldiciones mientras trataba de acomodarse un poco. La parte inferior de la cama estaba presionando contra su pecho así que le di una mirada de simpatía, pero mantuve mi dedo en los labios. —Shh.
Fui a la puerta de mi habitación, miré hacia atrás para ver si Bárbara se lograba ver, como no se veía abrí la puerta dejando que mi papá pasara.
—Hola Mica, ¿estuviste bien anoche? —preguntó mientras me abrazaba.
—Sí, estuve bien papá. —sonreí y me alejé un poco, mi corazón latía con fuerza por el nerviosismo.
— ¿Qué hizo que te levantaras? —se acercó a la cama y se sentó sobre ella. Mis ojos se abrieron como platos mientras caminaba alrededor de la habitación. Cuando mi papá se sentó, la cama se hundió, haciendo el espacio aún más limitado para Bárbara. La vi empujando contra la parte inferior de la cama, y yo no sabía qué hacer.
—Uh... es sólo que tenía tarea. —sonreí, tratando de no mirar a la difícil situación de Barbara.
—Esta cama es incómoda, Mica. —dijo saltando de arriba a abajo. Por el rabillo de mi ojo vi a Barbara con una mano en la boca tratando de detener sus propios gemidos por la presión causada sobre ella. Me miró con una expresión de dolor y supe que me estaba diciendo que me deshiciera de él de inmediato.
—Pa, ¿Te importaría hacerme un poco de desayuno mientras me baño? Tal vez un sándwich. —por favor, que diga que sí.
—Claro.
Gracias al Señor. Se levantó y cerró la puerta tras él. Corrí hacia Bar y tan pronto como la toqué, mi papá volvió de nuevo asomando la cabeza por la puerta.
—¿Qué tipo de sándwich? —miré abajo y la vi, estaba a punto de estornudar y tenía las manos debajo de su cuerpo.
—Um... —poco a poco metí la mano debajo de mi cama, le cogí la nariz y la boca con la mano. Desde el punto de vista de mi papá solo se veía como si estuviera buscando algo. —Cualquiera, no me importa. Sólo estoy muriendo de hambre. —sonreí.
—Bien nena, no tardare mucho tiempo. —dijo y se fue de nuevo. Barbara estornudo en mi mano y se golpeó la cabeza en el suelo, la solté de inmediato para que pudiera recuperar el aliento.
—Lo siento mucho. —susurré. —¿Estás bien? ¿Te lastimaste?
Ella sacudió la cabeza, acarició mi mano y exhaló. Corrí hacia la puerta para ver si mi padre no estaba por ahí, Bar mientras se arrastro con dificultad tratando de salir debajo de la cama. Apenas se puso de pie, la empujé dentro de mi armario, ya que era un poco más cómodo. Le di un beso en los labios y cerré la puerta.
Mi padre regresó unos minutos después con un plato en la mano, se sentó en la cama a mi lado mientras yo comía, percibí que me miraba como si quisiera decirme algo, así que lo miré pero tenía miedo de encontrarme con una mirada severa en su rostro.
— ¿Micaela estás ocultando a alguien en tu habitación? —preguntó mientras miraba a su alrededor. ¿Qué carajo?
Me atragante con la comida. — ¿Eh? —tosí.
—El auto en el garaje, ¿de quién es?
—Es de... Karen, ella vino ayer por la noche y bebió un poco de vino, así que no podía conducir de vuelta. Su madre la recogió, tú debes haber estado en la cama cuando su madre salió de la casa, era bastante tarde.
—Nunca la he visto a ella en ese auto, Micaela. Si es ese chico Alejo te juro que...
— ¡Que no es! —interrumpí, agarre mi teléfono y llamé a Karen. Ella era inteligente y me seguiría el juego.
(...)
— ¿Hola? —contestó, gracias a Dios.
—Kar, mi padre piensa que el coche que está en el garaje es de Alejo, y no cree que lo dejaste aquí anoche, cuando llegaste borracha. Dile que tu mamá te recogió. —le pasé el teléfono a mi padre y al parecer Karen le confirmó todo; le dijo que era un coche de alquiler, ya que el suyo no quería funcionar -muy inteligente Karen- Al final, él estaba convencido y se disculpó conmigo.
—Está bien. —sonreí. —Confía en mí, Alejo no vendrá nunca más.
—Siento lo que te haya pasado Mica. Si alguna vez lo veo por acá no voy a dudar en darle un buen golpe.
Me reí y le di un abrazo. —Gracias papá, pero estoy muy cansada, ¿te importa si duermo un poco más? —bostecé.
—Claro cariño, come y luego ten un buen sueño. —besó la coronilla de mi cabeza y salió de mi habitación.
Recibí un mensaje de Karen.
Karen: ¿Dónde está Barbara y cómo mierda vas a sacarla de ahí?
¡Mierda!
Mica: Ella está en el armario y no tengo ni puta idea ¡Ayudame!
Eché un vistazo al armario y sabía que ella estaba mirando a través de los listones en la puerta. Levanté una mano para decirle que esperara y oí una exhalación, probablemente de frustración.
Karen: JAJAJAJ en el armario ;) —justo cuando estaba a punto de retarla, otro texto llegó.
Karen: Voy a ir ahora mismo.
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N/A: Aquí les dejo un capitulo, así no cuelgo tanto.
Perdón por tardar bastante en actualizar, lo que pasa es que tengo que dar materias y no me dan muchas ganas de escribir.
Gracias por leer :)
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Lujuria oculta (Barbica)
FanfictionSi al entrar al salón de clases me hubieran dicho que mi vida cambiaria para siempre, no lo hubiera creído.