Parte 11

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Con Netspark habían dado en hueso. Y era duro. Mucho. El equipo de Hugo intentó colarse numerosas veces en sus servidores, sin éxito. Nada. Null. En una ocasión casi les pillan a ellos. Andrés sabía que Hugo era bueno, muy bueno. Lo suficientemente bueno como para ser referencia mundial en la Hermandad y como para tener una de las apps más lucrativas del mercado móvil, así que el hecho de que Netspark resultara tan complicado de "gestionar", le estaba empezando a preocupar.

Hugo le había intentado tranquilizar, pero a la decimosexta llamada preguntando que cómo iban por fin se le terminaron de hinchar los cojones y le mandó a la mierda. Luego desconectó el móvil. Así que no tuvo más remedio que esperar. Y se le daba fatal. Decidió salir un rato a entrenar. Correr le vendría bien.

Después del episodio de Letur, habían ido directamente al bureau de Albacete, donde les dieron alojamiento e información. Al parecer había habido una filtración de los iniciados que había puesto en peligro algunos bureaus. Pensó en Paloma. Aquello le traería problemas con Julián. ¿Dónde estaría? Mientras esperaba en un semáforo dando ligeros botecitos para no perder el ritmo, pensó en llamarla. Al fin y al cabo no le había contado qué había pasado con Ruper. Mientras cruzaba se le pasó por la cabeza que antes no reportaba hasta que la misión había terminado o en caso de bloqueo o peligro para la misión u otros hermanos. Quizá no fuera realmente necesario llamarla... Andrés sonreía sin darse cuenta mientras atravesaba un parquecillo. En cualquier caso debía mantener una actitud positiva. Tenían pistas muy sólidas y un rastro que seguir. Todo iba bien.

Lo único que empañaba su ánimo era la perspectiva poco apetecible de tener que llamar a su padre por el tema de Teodoro Gutiérrez. Teodoro, Ruperto... joder qué nombrecitos. El tal Teo estaba en la lista de templarios que le había sacado a Luis, el señor directivo del Banco de España que tan amablemente había accedido a colaborar con la Hermandad. Ese Teo era parte del grupo que estaba planeando el ataque a Barcelona y ahora, sabía por qué. Parecía que hiciera lo que hiciera todo le llevara de vuelta a Toledo. Al final todo acababa allí. Quizá...

De pronto empezó a vibrar su teléfono y paró de correr para cogerlo. Con la respiración agitada contestó al número desconocido.

-Hola Andrés.- era Julián. Sorprendido y un poco asustado devolvió el saludo. ¿Por qué le llamaba Julián y no Paloma?- Tenemos que hablar.

-Estoy en medio de una misión.

-Delégala en tus compañeros.

-¿Y Paloma?

-Por teléfono no. Ven inmediatamente.

-Adónde.

-Te lo dirán en el bureau.

-¿Tengo que preocuparme?

-Eso depende de ti.

Y colgó. Se le escapó un "¿Será capullo?" que sólo escuchó él y dio la vuelta hacia el piso franco. Qué habrá pasado. Madre mía. Esto es grave. ¿Por qué no me habrá llamado Paloma? La llamó. No le cogía. La llamó otra vez...

-Andrés.- era Samu.

-Tío, ¿dónde está Paloma?

-Está aquí.

-¿Le pasa algo? - notó que Samu dudaba.- Samu, por favor...

-Ven rápido, tío, en serio.

-¡Pero dime algo, joder!- ahora estaba oficialmente histérico.

-Carles... - entonces oyó de fondo la voz de Julián gritándole que soltara el móvil, que qué coño hacía, que el teléfono no era seguro, y luego nada. Colgó.

Assasin's Creed - ResurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora