Parte 6

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No durmió mucho. Tuvo sueños inquietantes en los que se mezclaban los recuerdos de sus sesiones del Ánimus con Omar, con la casa de la sierra donde se habían refugiado los últimos días, la puerta del minarete, Paloma pálida, inmóvil y enferma en una cama...

Iba por su segundo café cuando Luis entró en el comedor murmurando un "buenos días". El recién llegado, un hombre de estatura más bien escasa, delgado y fibroso, que parecía haber sido jockey en su juventud, llevaba la cincuentena con una vitalidad y fuerza que ya la querría él para sus 29 años. Era un tipo sencillo, callado, afable. Cualquier otro hermano era un elefante en una cacharrería al lado de aquel hombre y él le admiraba profundamente por ello. Cuando terminó de prepararse el desayuno se sentó frente a él en la mesa y empezó a comer en silencio. Al cabo de unos minutos en los que ninguno de los dos dijo nada al final Luis alzó la mirada.

-¿Vas a hablar con los chicos?- Andrés entendió que se refería a Juanma y a Javi.

-Sí.- asintió. Les debía una explicación después de lo de anoche.

Luis asintió. Entonces el móvil de Andrés empezó a vibrar en la mesa. Era Paloma. Lo cogió casi con precipitación.

-¡Hola!- dijo.- ¿Paloma?

-Hola.- su voz sonaba ligeramente débil, pero era ella.- Parece que no se te puede dejar solo, ¿eh?

-¿Cómo estás?

-Mala, pero me han mandado medicinas como para parar un tren, así que es cuestión de tiempo. Me han dado el alta.

-¿Vuelves a Madrid?

-No.

Y no dijo más. Andrés no presionó. Si no quería decírselo era por alguna razón.

-Te llamaba un poco para echarte la bronca...- dijo ella.- pero la verdad es que estoy lo suficientemente enferma como para que se me hayan pasado las ganas. Sólo dime que no la vas a liar parda.

-Francamente no lo sé.

Andrés se levantó de la mesa. Prefería tener esa conversación a solas, aunque Luis fuera una tumba. Le explicó todo lo que le había contado Hugo, lo que había averiguado en Toledo, lo que Tania le había enseñado. Le habló de su incertidumbre, de qué podría hacer con su padre y con el artefacto cuando parecía que el curso de los acontecimientos le había atado los brazos a dos caballos que corrían en direcciones diferentes. Le dijo que estaban pasando demasiadas cosas, algunas de ellas terriblemente personales, que estaba empezando a afectar a su relación con otros hermanos y que...

-Joder, Paloma... No te vuelvas a poner mala nunca más.

-Lo dices como si todo tu estrés te lo hubiera provocado yo.

-No, lo siento, no quería decir eso es... - Andrés buscó las palabras.- No sé cómo lo haces.

-Andrés...

-Te lo digo en serio. Sólo he estado cubriéndote un poco durante algo menos de una semana y estoy al borde del colapso nervioso...

-A ver...

-Porque claro, yo a lo más tengo que coordinar a un equipo de, ¿cuántos? ¿Cincuenta? Bueno, creo que son algunos menos si tenemos en cuenta que la gente de la zona norte los lleva mi padre, pero...

-Andrés, ya.

El aludido se calló. Oyó cómo al otro lado de la línea Paloma respiraba hondo.

-He hablado con Julián y con Susana. Carles está bien, pero yo también he recibido el informe de Tania y estoy al corriente de la situación.

-¿Entonces?

Assasin's Creed - ResurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora