Parte 12

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Poco pudieron relajarse en aquella casa de campo de la sierra valenciana. Mientras desayunaban esa misma mañana, con un Julián hosco y malhumorado y con unos Joan e Isaac muy tocados por la pérdida de su compañero Tomás, vieron las noticias del primer matinal. Además de los temas intrascendentes habituales, al final sí que hubo algo que hizo que a todos se les atragantara el café.

De pronto aparecieron sus caras, las de todos ellos, excepto la de Andrés, como los culpables de un delito de tráfico de drogas, mafias levantinas y ajustes de cuentas. Por supuesto los rostros de Carles y Tomás aparecieron como dos de los delincuentes que la policía había conseguido eliminar, que los demás habían protagonizado una "huida espectacular" y que estaban en caza y captura. El que hicieran pasar a los templarios por policías era algo que no les sorprendía, pero verse en el telediario de la mañana significaba que iban a volver a aparecer al menos en los otros dos telediarios del día.

-Usos que le puedes dar a una base de datos de Asesinos por 25 pesetas... - musitó Andrés mordiendo una tostada.

-Joder...- decía Samu.- Como lo vea mi abuela...

-Contemos con la mala memoria a corto plazo de la gente.- dijo Joan.- No creo que debamos pasearnos en público en los próximos días de todas formas.

Aquello recibió asentimientos generalizados y miradas a Andrés.

-Qué. - preguntó a la defensiva.

-Que no queda leche, campeón.- comentó Isaac.- Entre otras cosas...

-Creo que deberíais preocuparos de algo más que del siguiente desayuno.- dijo Julián. Miró un instante a Paloma, que no movió un músculo.- Como por ejemplo de todo lo que hay en movimiento ahora mismo. ¿O es que nos vamos a desentender?

-Estamos ligeramente incomunicados ahora mismo.- comentó Samu.- Aquí no hay internet, ni teléfono, y los móviles no son seguros.

-Ese es vuestro problema.- comentó el veterano líder asesino.- Dependéis demasiado de todos esos cacharros.

-Están poniendo nuestras caras por todas partes.- dijo Isaac.- Nos reconocerían.

-En realidad Joan ha dado en el clavo antes.- dijo Julián.- La gente no se acuerda y no le importa. Sólo tendríais que preocuparos de la policía y de los templarios. ¡Vamos, que os han entrenado para esto!

Los jóvenes se miraron y luego miraron a Paloma que, al final, por presión popular, se decidió a aportar su parte.

-Julián tiene razón.- dijo al final para desazón de sus compañeros.- Que estemos aquí razonablemente incomunicados y con los cuerpos de seguridad del Estado detrás no significa que nos podamos desentender de los marrones que hemos dejado atrás.

-Pues ya me dirás cómo.- dijo Joan.- Con nuestra cara en carteles de WANTED por todas partes, como si fuéramos terroristas.

-Para ellos lo somos.- dijo Samu encogiéndose de hombros.- En cualquier caso habría que ver cuáles son los marrones que tenemos y cuáles son los que requieren de una mayor supervisión, ¿no? Al final cada bureau es muy independiente y es capaz de hacer su trabajo sin depender de... bueno, de nadie.

Paloma asintió y miró a Andrés.

-Sí...- dijo él.- Supongo que la misión en la que yo estaba hasta ayer es una de las que necesitan supervisión. En fin... - carraspeó y empezó a explicar todo lo que había descubierto de las empresas de conservas de Albacete, de la que había sido utilizada para ocultar las actividades de Abstergo tres años antes, de Netspark, de lo que buscaban en esas personas y de que al final todo llevaba a Toledo otra vez. Que un nombre había surgido, Teodoro Gutiérrez...

Assasin's Creed - ResurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora