Parte 22

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Paloma recuperó el conocimiento por imperativo químico. Le habían vuelto a vendar el hombro, le habían metido analgésicos para parar un tren y el repentino nerviosismo del estimulante que le habían inyectado estaba lanzando calambres por todo su cuerpo. Pero funcionó. Desde luego que sí. Tenía tal subidón que del respingo que dio cuando oyó de pronto todo el bullicio de fuera, se destapó entera quedándose medio sentada en la camilla. ¿Qué pasaba? Se apoyó en su mano izquierda para bajarse cuando su hombro le recordó que estaba dislocado y al poner los pies en el suelo se dio cuenta de que vivía la típica lucidez de los borrachos, la que te hace decir "No tío, déjame que yo controlo". Se tomó un instante para respirar hondo.

Vale, estaba un poco drogada y bastante dolorida. También tenía hambre y parece que la siesta había hecho algo bueno con su cansancio general. Había sido un día duro, más por la manta de hostias recibida que otra cosa, pero no era nada que no pudiera aguantar. Soltó el aire más convencida y segura de sí.

¿Qué era todo aquel follón que se oía? Lo que sea que fuera aquello había logrado que la dejaran sola. Todo el ruido venía del exterior. ¿Dónde estaba? Era obvio que ya no estaba en el sótano dojo. Estaba en algún piso superior ya que las ventanas estaban a altura normal y sin rejas. Probó a abrir las ventanas. Estaban cerradas. Intentó abrir la puerta. Alzó una ceja bastante sorprendida mientras la puerta se abría ante ella. "No me lo puedo creer". Se asomó. No veía a nadie. Frunció el ceño y se encaminó al aparente vacío pasillo.

Que las ventanas las cerraran y la puerta estuviera abierta significaba que aquel tumulto les había pillado desprevenidos y habían salido todos a lo que fuera que ocurriera. ¿Un ataque asesino? Calmó su corazón anhelante mientras andaba con cuidado por aquel pasillo largo e impoluto. Parecía el área sanitaria. Al llegar al final vio un rellano en el que habían colocado una mesa felizmente vacía con un ordenador. En frente tenía una puerta de ascensor y al otro lado, una puerta con un cristal. Se asomó con cuidado. Eran las escaleras. Fue a la mesa y rebuscó tratando de encontrar algo que pudiera servirle como arma. Con un gruñido de frustración cogió lo primero que vio y enfiló escaleras abajo poniendo toda su atención a que los ruidos que oía no se acercaran a ella. Parecía que la atención de todo el mundo estaba en el patio. Oía la voz de Fernando bramando órdenes allá afuera de manera indistinguible entre el furor de muchos pies, gente y coches moviéndose a la vez.

Una vez estuvo en la planta baja se dio cuenta de que aquel sitio era grande y extraño. Parecía una mezcla entre cuartel, edificio de oficinas y residencia de estudiantes. Pudo ver una cocina, dos cuartos de baño, uno de sólo duchas y otro con lavabos e inodoros, dos clases con sus pizarras y proyectores, un comedor y una sala grande con mesas y sillones. En todo aquel área apenas se cruzó con dos o tres personas que iban corriendo hacia la salida o se metían en otra estancia a la que ni se acercó. Su objetivo, en realidad, no era explorar, sino encontrar alguna sala en la que las ventanas parecieran abiertas. La cocina, sin embargo, tenía una puerta lateral. Se coló entre las grandes islas de aquella cocina industrial sintiéndose un poco como en Jurassic Park y deseó con todas sus fuerzas que no hubiera nadie mirando esa puerta por fuera. "Nah, todos están muy estresados ahora, muy liados con... lo que sea. Nadie mirará la puerta de la cocina...". Así que preparándose para encontrarse cualquier cosa al cruzarla, se impulsó hacia la puerta y la abrió.

Estaba abierta.

No contaba mucho con ello, la verdad, y la sorpresa la dejó pasmada un instante. Salió y la cerró tras ella pegándose a la pared. Miró a su alrededor. Aún oía el ruido del patio y de refilón vio un par de coches y gente que corría en la parte delantera de la casa. Alrededor de la casa vio unos arbustos, unas casetas y detrás, un muro imponente de 3 metros. Más allá, la oscuridad.

Assasin's Creed - ResurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora