Andrés salió de la estación de tren de Sants con un bocata de lomo en la mano. Fue comiéndoselo tranquilamente mientras caminaba hacia la parada de taxis. Tenía tanta hambre que no tardó mucho en dar cuenta de él y pronto estuvo listo para subirse a uno de los taxis que esperaban frente a la estación. Dio la dirección y el coche se puso en marcha. Ignoró la cara de extrañeza del taxista al ver sus pintas y la dirección a la que iban, pero se cuidó mucho de decir nada.
Cuando llegaron, Andrés pagó religiosamente y terminó caminando lo que le quedaba de trayecto. Miró a su alrededor y solo veía muros altos y la carretera que conectaba cada parcela. Allí no debía haber demasiada vida vecinal, pensó. Respiró hondo y dirigió sus pasos a la puerta principal. Llamó al telefonillo que, por supuesto, tenía cámara.
-¿Quién es?- preguntó una voz femenina.
-¡Buenas tardes! Vengo a ver a Olvido Ferreras. Soy su nieto.
-Ah, sí, un momento por favor.
Andrés esperó paciente y entonces escuchó el ruido de la puerta al abrirse sola. Entró en el jardín y caminó hacia la villa. La asistente de su abuela apareció para recibirle con una sonrisa. Él le devolvió la sonrisa y se dejó guiar hacia una sala en el interior de la casa que daba a la parte trasera del jardín. Allí, una mujer de unos 75 años tomaba un café mirando plácidamente a la preciosa fuente que borboteaba en el jardín. Había una taza más, vacía, pero ella estaba sola.
-¿Dónde está Isidoro?- preguntó a bocajarro.
Olvido se giró sobresaltada.
-¡Andrés! ¡Ay, mi niño!- la mujer se levantó como un resorte y le abrazó con fuerza.- Isidro se ha ido a echar la siesta. ¿Qué tal estás? Pareces cansado. ¿Has comido? Ven. ¡Marisa! ¡Por favor, caliéntale algo al niño!
-¿Lo mismo que ha comido usted hoy?- preguntó Marisa también a gritos desde la cocina.
-¡Sí, cielo! Ven, cariño, siéntate.- su gesto de alegría se ensombreció un tanto. Él suspiró y se encogió de hombros. Era obvio que se había enterado de que había dejado la Hermandad.- Pero, ¿qué ha pasado? Cuando me llegó el mensaje de Hugo no podía creérmelo y la verdad es que no daba mucha información. Era demasiado... críptico todo.
-No creo que Julián quiera entrar en mucho detalle, la verdad.
-Y lo de Paloma, por el amor de dios....- exclamó la mujer llevándose una mano a la cara.- ¿Cómo se ha podido mantener algo así en secreto durante tanto tiempo...?
-Vino con Manolín, abuela. Todos supusieron... creímos, que sencillamente era una recluta más. Joven, pero una más. Yo mismo sólo vi a su padre unas dos o tres veces. Nunca supe de dónde venía ni nunca pregunté. No me importó. Yo sólo... - Andrés volvió recordar de golpe lo mal que se había comportado sin saber, sin entender, pero rápido en la crítica y a la desconfianza. La angustia volvió a él pensando en que quizá todo aquello hubiera sido diferente si su actitud hubiera sido diferente y se encontró bajando la cabeza y reprimiendo el llanto. Delante de su abuela volvía a ser como un crío. Meneó la cabeza.- Pero da igual de dónde viniera porque Paloma es Paloma y es la mejor Asesina que he conocido nunca. Todo esto es una jugada para dividirnos.
-Y por dios que lo han logrado.- comentó la mujer muy seria. Andrés medio asintió a aquello.- Si fueras más joven pensaría que esto no sería más que un arrebato del corazón.
-No te mentiré, abuela. Algo de eso hay, pero no es lo único. Ya viste lo que pasó con papá con el minarete y lo que conllevó. Su obsesión le costó la vida y a nosotros meses de información filtrada. Mira Julián, más preocupado por los pulsos de poder que de otra cosa. Y Susana, que parece que no hace nada, pero se limita a arrimarse al ascua que más calor le dé. Y mientras los templarios moviéndose, como siempre lo han hecho.
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Assasin's Creed - Resurrección
AcciónLa Hermandad de los Asesinos en España es especial. Al contrario que en otros países europeos, la Hermandad es tricéfala con líderes pseudoinependientes divididos en 3 divisiones, Levante, Centro y Sur. Tras la muerte de Desmond Miles, la muerte del...