Continuación

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Eren miraba esa silueta cubierta en sábanas conteniendo el impulso de tocarlo, sus labios ardían de sólo recordar el sabor que le había dejado probar el azabache; le resultaba irresistible a pesar de ser hombre deseaba tenerlo y saciar lo que le provocaba el mirarlo. Era distinto a todo lo que habia visto, contando que sólo se acostaba con mujeres incluyendo a Petra Ral. Su móvil era el incoveniente pues vibraba mucho interrumpiendo lo que hacia así que salió de la habitación a prisa presionando su bolsillo con fuerza al punto de querer reventar ese aparato contra el muro, no era extraño que quisiera hacerlo sobre todo por que sabía que era Petra quien lo buscaba como cada vez que terminaban teniendo sexo. Con fastidio cortó la llamada no quería hablar con ella, sabía de memoria lo que diría y lo dejaba de mal humor; ella no entendía las indirectas o las directas que siempre le decía con sus desplantes. De una u otra forma  siempre terminaba llenando su buzón con sus habladurías sin sentido, el móvil vibró por última vez y al sacarlo de su bolsillo vió que la pantalla marcaba sólo un mensaje, todo se calmó abruptamente; era extraño de cierta forma. Abrió el mensaje pensando que se había dado por vencida como siempre  pero al leerlo frunció el ceño  disgustado, sabía que algo tramaba esa chica y no dejaría que se saliera con la suya.

Mensaje:

¿Por que no respondes mis llamadas?¿acaso no quieres escuchar mi voz deseandote?bien olvidé decirte que dentro de tres días se llevará a cabo una fiesta en mi casa y espero que asistas, mi amor tu presencia es importante para mi, estare esperandote.

Con amor Petra.

Podía imaginarse la cara de buena actriz por parte de la castaña, al menos se esforzaba por no verse más falsa de lo que ya era; no le dió vueltas al asunto solo dejó en claro que no se tragaba ese cuento rechazando la invitación. Se encargaría de que nada saliera como esperaba, sabía que tendría que soportar a una niña mimada haciéndole un berrinche por algo absurdo pero no le importaba en absoluto; no sería la primera ni la única persona a quien rechazaba. Se desabotonó la camisa y continuó su camino hacia su dormitorio, necesitaba darse un baño. Quería descansar un poco después de lo que habia hecho durante el día, al menos tenía la certeza de que podría lograr lo que se proponía.

Durante el desayuno no hubo palabras solo una pesada atmósfera rodeando a ambos, sobre todo al castaño que apenas probó uno que otro bocado. Levi miraba con discreción lo que sucedia, al terminar estuvieron en la habitación igual que en el comedor nada parecia cambiar; el azabache preparó lo que usaría omitiendo la inquietud que le provocaba verlo de esa manera. No era su asunto. Decidió ignorarlo he inició el aplique del reentelado con sumo cuidado, sin embargo el vago recuerdo de aquélla noche donde se había sentido acosado aún rondaba su cabeza en busca de una respuesta coherente para esa sensación penetrante que lo desnudó sin tocarlo. Sospechaba que tenia algo que ver con ese castaño pero preferia reservar sus comentarios, quería preguntarle si no tenía nada mejor que hacer en algún otro lugar pero se malinterpretaria todo y dejaría en evidencia que había escuchado lo de la otra noche aunque no era culpa suya. Estaban frente a su habitación, no quería responder preguntas sobre eso y tampoco saber sobre sus aventuras, pensaba que si su meta era incomodarlo estaba logrando su propósito sin que pudiera hacer algo en contra; la palabra "deudas" no se lo permitía y una tontería como esa le costaria caro.

-¿Cenaste? - preguntó de repente el castaño.

-No tenía apetito - respondió a secas el pelinegro tratando de parecer convincente.

-¿Estás enfermo?¿pasa algo malo?

-Estoy bien, sólo no tenía apetito - intentaba relajarse un poco pero era inútil - necesito agua - dejó a un lado el pincel y se levantó seguido del castaño que sólo pasó a su lado.

Mein LiebchenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora