Los rayos de sol se filtraban por las cortinas blancas mientras estas se mecian con gracia debido a la ventana semi-abierta, con apenas unas horas de haber conciliado el sueño; el castaño se había quedado dormido. Miró el reloj en la mesita de noche que marcaba mediodía, si era sincero esta vez el culpable no había sido Morfeo sino ese chico que lo ignoró la noche anterior y lo trató como un cliente más; en parte no esperaba un trato especial por su parte pero tampoco que lo hubiese olvidado en poco tiempo. No era cierto que era el único imbécil que había decidido viajar hasta ese lugar por un completo extraño que le robaba el sueño y las ganas de follar como si no hubiese un mañana con cualquier chica que tuviese a su alcance, era parte de su encanto que al parecer no había tenido efecto en aquél azabache; sería un reto que le prestara atención o que siquiera le dirigiera una mirada furtiva. Luego estaba aquello que sentía cuando lo tenía muy cerca, no era lo mismo que con sus pasatiempos de eso no tenía duda pero tampoco creía en eso que no aceptaba; se negaba rotundamente el estar cautivado.
Después de una ducha y quedar listo, tomó el teléfono para llamar a recepción, sin duda alguna quería volver a ver a Levi y mientras estuviera ahí quería ser el centro de atención para ese azabache. Hanji quien había cambiado de turno con Sasha aunque no le había explicado a ésta la situación del pelinegro, recibió la petición del ojiesmeralda como si fuese una sentencia de muerte para su amigo, Farlan junto con Connie y Levi se había encargado de arreglar el bufet en la parte de abajo; sin embargo esa era una ocasión especial. La castaña no podía negar un servicio como ese o desviarlo como si nada, era parte de su trabajo y dudaba que su amigo se negara a realizar algo tan sencillo pero complicado.
-Levi -llamó la castaña sin mucho esmero- ¿podrías hacerte cargo de la habitación veintidós?
-Claro no hay problema ya terminé por este lado -respondió el azabache arreglando su uniforme formal, no había necesidad de preguntar mucho; con lo que sabía era suficiente.
-¿Podrás con esto?
-Sólo debo mantener distancia y no mezclar el trabajo con lo personal, déjalo en mis manos puedo con él.
Escuchar a Levi hablar como siempre era un gran alivio para ella quien estaba preocupada por cómo lidiarian con el huésped inesperado. El azabache sólo preparó lo que llevaría mientras su mente trabajaba en no tocar tema alguno con Eren, ya lo había hecho una vez y funcionó¿por que no habría de hacerlo una segunda vez?
Una vez frente a la puerta tocó, no quería aceptarlo pero estaba muy nervioso y le resultaba molesto. La puerta se abrió momentos después y prosiguió con lo que ya quería terminar ni bien iniciado.-Disculpe la intromisión aquí le dejo su pedido, ahora con su permiso me retiro -acortó el azabache en su intento de escape, ni siquiera lo miró sólo giró sobre sus talones pero fué atrapado por los hombros antes de tocar la perilla- ¿sucede algo malo con su pedido?
-Resulta que deseo comer un postre pero no está en el menú -respondió el castaño acercándose peligrosamente hacia Levi.
-D-dígame el nombre y lo pediré para usted..-dijo el pelinegro estremecido por el contacto ajeno, tanto que su voz casi había sido en un hilo.
-Es único en todo y su aroma es exquisito- se acercó al cuello del azabache que parecía congelado ya que no respondió a su comentario.
Levi estaba nervioso, muy nervioso por verlo de nueva cuenta en el mismo lugar que era su trabajo pero recuperó la postura al darse cuenta que estaba cediendo ante él por lo que tomó las manos del castaño para retirarlas de sus hombros, tal vez lo conocía muy poco o nada pero el simple hecho de que le dijera cosas como esas lo llevaba a pensar en lo que realmente buscaba. Lo había visto en las revistas de esas que le gustaban leer a su amiga, una tras otra hablando de lo bien que la pasaban con el castaño y no dejaban nada a la imaginación cuando recalcaban esas citas privadas en ciertos lugares. Incluso Petra Ral pasó de ser su amante a una hermosa esposa con alguien que no la miraba como un objeto tal como ya se sentía desde un principio.

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Mein Liebchen
DiversosEren lo eligió sin pensar para saciar lo que le provocaba el mirarlo, inició un juego de placer donde ambos se fundian en un sólo cuerpo desbordando pasión sin sentimientos de por medio para beneficio propio, la codicia bien justificada de uno y el...